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Cómo alquilar tu piso de manera segura y elegir al mejor inquilino

Aunque no es una ciencia cierta, sí se pueden identificar una serie de pasos recomendables que minimizan el riesgo de problemas con los inquilinos.

Cómo alquilar tu piso de forma segura
Entrega de llaves de un piso en alquiler
Pixabay

El alquiler de un piso es una transacción en la que ambas partes deben buscar un equilibrio de intereses, como ocurre en cualquier relación. También debe basarse en la confianza y el respeto; además, como conlleva unas obligaciones económicas y de conducta, es necesario que haya una capacidad de respuesta financiera suficiente en el arrendatario para hacer frente a los pagos mensuales, y que el arrendador garantice unas condiciones mínimas de calidad del inmueble y sus enseres (o efectúe las reparaciones necesarias) para que el arrendatario esté confortable en su nuevo hogar. Hay casos extremos, como los que se producen en muchos grandes edificios de las principales ciudades de Estados Unidos; allí se llega a votar entre todos los vecinos para aceptar o no a un nuevo inquilino de alguno de los pisos. Son situaciones ajenas a la cultura española, al menos fuera de zonas muy exclusivas de las grandes ciudades.

Dicho esto, queda claro que meter en tu casa a extraños es un riesgo, y hay que tratar de prevenir las sorpresas desagradables. La aseguradora Mapfre ofrece una serie de recomendaciones que aluden sobre todo al inquilino, empezando por el cara a cara; es muy recomendable que la transacción del alquiler tenga al menos un momento presencial, para que el propietario pueda valorar la actitud inicial del que va a ser su inquilino. Aunque no es tan frecuente, ayuda el hecho de que el inquilino potencial aporte por escrito la opinión de un anterior casero sobre su comportamiento.

Naturalmente, la solvencia económica del inquilino es fundamental. La fianza es mayor o menor según cada caso, pero si la transacción es directa (no se trabaja con inmobiliaria) suelen pedirse dos meses más el mes de entrada, mientras que cuando es a través de una agencia se pide un mes de fianza, el de entrada y otro para la inmobiliaria como pago por la gestión. La petición del aval bancario es menos común en el mercado del alquiler; suele aparecer más en el de compra.

El contrato de arrendamiento debe ser lo más detallado posible, para que no haya lugar a sorpresas; además de los puntos fundamentales como duración, cuantía de la mensualidad o las fianzas, debe establecerse la compensación para el propietario si el arrendatario abandona el piso antes de un tiempo fijado en el contrato. Por ejemplo, contrato de un año con penalidad por abandono en los primeros seis meses, y posibilidad de abandono con preaviso de un mes sin penalidad a partir de esos seis meses.

El propietario tiene que depositar la fianza en el organismo público que corresponda; desde la firma del contrato, hay un plazo de dos meses para realizarlo mediante ingreso en la cuenta corriente habilitada al efecto. También ayuda hacer fotografías de todas las habitaciones y establecer las condiciones de los electrodomésticos, con copias para ambas partes y un documento privado en el que propietario e inquilino afirman estar de acuerdo sobre este particular. En resumen, se trata de un escenario de buena voluntad apoyada por argumentos de peso.

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