Pastores de almas
Una línea telefónica pone en contacto a pastores con personas en soledad. Se trata de ganaderos que están en el campo con sus ovejas o cabras y que, durante un rato, hacen las veces también de pastores de almas para escuchar a quienes no tienen a nadie con quien desahogar sus penas o sus alegrías. Así que quien llame encontrará la voz de un hombre (o una mujer, que las hay) con el sonido de los cencerros y el canto de los pájaros de fondo. Se trata de otra de las iniciativas que han surgido para hacer más llevadero el confinamiento a los más vulnerables, en este caso impulsada por la Interprofesional del Ovino y Caprino. Y es que si de algo saben los pastores es de vivir en soledad. Por eso pueden ayudar a quienes necesitan compañía, compartir con ellos experiencias y pensamientos, y de paso llevar el sonido de la naturaleza hasta la habitación con vistas a un patio interior de la ciudad.
Los profesionales de la psicología también se han volcado para sofocar la incertidumbre y los miedos, en su caso no solo de quienes viven solos, sino también de los afectados por las difíciles relaciones que se cuecen bajo un mismo techo sin apenas respiro, sufriendo el efecto ‘olla exprés’. Cientos de psicólogos voluntarios atienden llamadas de personas que buscan un cayado en el que apoyarse en estos momentos.
Una de las primeras voces que, a título personal, decidió dedicar una parte de su tiempo a ejercer de pastora de almas durante la cuarentena fue Luz Casal. Haciendo honor a su nombre, la cantante llama a quienes necesitan ayuda para desbrozar el oscuro sendero y les permite atisbar al final el arco iris.
