Marilia Monzón: "En este mundo no hay nada más revolucionario que la dulzura"

La cantante y compositora canaria actúa este viernes 24 de mayo en La Casa del Loco (22.00) y el sábado 25 en El Veintiuno (23.30). También estará en Pirineos Sur, el 28 de julio

Doble concierto en Aragón de Marilia Monzón esta semana.
Doble concierto en Aragón de Marilia Monzón esta semana.
Jorge Rico

La artista canaria Marilia Monzón hace doble parada en Aragón esta semana. Este viernes 24 de mayo actúa en La Casa del Loco (Mayor, 10, 22.00) y el sábado 25 hace lo propio en El Ventiuno oscense (Padre Huesca, 52, 23.30) dentro de la programación del ciclo Girando Por Salas. Las entradas cuestan 11,5 euros en ambos casos y pueden adquirirse de manera anticipada en entradasatualcance.com.

Marilia participó en Operación Triunfo hace seis años, con la mayoría de edad recién estrenada. Ahora gira con su álbum ‘Prenderé una velita’ (2023) y tiene previsto un regreso muy próximo a Aragón: el 28 de julio comparte cartel en Lanuza con Mon Laferte, un remate de altura y excelencia dentro de la programación de Pirineos Sur.

Llamándose Marilia y siendo cantante en España, una de las cuestiones que debe resolver con mayor asiduidad es que no, no es la de Ella Baila Sola. “De hecho, nos conocimos hace muy poco y le conté que me llamo Marilia por ella. Me pareció una persona maravillosa. Mi madre me iba a poner Delilah, pero mi hermana era fan de Ella Baila Sola y se empeñó en que me bautizaran así”.

La joven grancanaria (de Gáldar, concretamente) no reniega de OT, pero tiene a la Academia como algo ya semienterrado en el recuerdo. “Es un gran altavoz, ayuda a darte a conocer. También se trata de una experiencia dura, sobre todo si entras con 18 años, que fue mi caso. Nadie te prepara para ese tipo de exposición, sales de allá siendo otra. Conservo, eso sí, amigos de aquella generación, entre los participantes y también del equipo: con eso me quedo”.

Su velita musical tiene tres lumbres: Juanma Latorre, de Vetusta Morla (productor del disco) y Pablo y Adrián Seijas. “En el proceso creativo de este disco he aprendido que rodearse de gente buena de corazón es fundamental. Así ocurre con Pablo y Adrián, desde antes de que este disco fuera disco. Y quiero agradecer a la gente del bar Peor para el Sol de Madrid, que nos dejó en la postpandemia un espacio para rodar estas canciones. Juanma también ha sido un ángel caído del cielo; entendió desde el principio lo que quería para las canciones, las sonoridades y melodías; además, grabar en el estudio de Kaki Arkarazo en Gárate, en medio de la naturaleza, fue impresionante”.

Marilia lleva la dulzura de serie, pero sus canciones no rehuyen temas espinosos ni riesgo. “En este mundo no hay nada más revolucionario que la dulzura, que nada tiene que ver con la blandura. Con toda la falta de empatía, la tensión y las confrontaciones, buscar el lado bueno de las cosas es reivindicativo”.

Escuchar a Marilia dispara las comparaciones. Dos se repiten por asociación: musical (Natalia Lafourcade) e insular y espiritual (Valeria Castro). “Este disco está impregnado de la esencia de mujeres que forman parte de mi vida. Natalia Lafourcade siempre ha sido una inspiración absoluta, la escucho desde niña, sus letras y canciones han estado ahí en momentos importantes de mi vida. Valeria está abriendo camino para mi tierra: me enorgullece mucho compartir esta vivencia y andadura con ella”.

Sobre sus conciertos aragoneses, apunta que “ahora voy a dos salas con prestigio nacional, y por supuesto conozco el festival Pirineos Sur y el lugar idílico en el que se desarrolla. Es una oportunidad increíble para mí: además, con Mon Laferte, imagínate, es otro ‘check’ en la lista de deseos de mi vida”.

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