Redactor de la sección de Cultura y columnista en HERALDO DE ARAGÓN

Pirineos Sur dice "gol, gol, gol, alé alé alé"

Rodrigo Cuevas, con cachirulo, en las Fiestas del Pilar de 2023.
Rodrigo Cuevas, con cachirulo, en las Fiestas del Pilar de 2023.
Javier Belver

Pirineos Sur ha muerto. ¡Viva Pirineos Sur! Hay pocas cosas incuestionables en la vida, al menos en términos generales, pero entre las verdaderamente importantes (no, la relevancia de las elecciones europeas no está en tela de juicio: imposible plantear siquiera la cuestión, por lo palmario de la respuesta) parece claro que el festival de Lanuza ha mudado la piel del todo. No este año, la mudanza ya viene de tiempo atrás.

A ver: siguen siendo músicas del mundo, al menos en la carcasa del concepto, pero Ricky Martin (un currante de cuidado, por cierto) es efectivamente de otro mundo, muy alejado del que solía otearse desde el anfiteatro sallentino en un escenario flotante rodeado de montañas, epicentro de noches que cuentan con la magia de serie.

¿Está mal que esté? ¿Y que se traiga a Vetusta Morla en plena despedida, ya veremos cuán duradera? Para muchos, sí. Para bastantes, nanay: que vengan. Actúan una noche cada uno y si no gustan, es sencilla la cosa: día libre para el espectador que no quiera pasar por el aro. En un cartel tan nutrido que ni siquiera está aún cerrado hay sitio para todos, y no está escrito en piedra (quizá sí sobre arena: en ese caso, un cefirillo borra lo escrito enseguida) que un festival gestionado ahora desde lo privado tenga prohibido trazar una estrategia encaminada a no palmar pasta u, osados ellos, a ganarla.

Miremos, además, a la profundidad de un cartel que, repito, ni siquiera está completo: de entre las postalitas repetidas por recalcitrancia en las visitas a esta tierra alegra encontrar a Lila Downs, Silvia Pérez Cruz, Carmen Linares, Sara Baras o Rodrigo Cuevas. Personalmente celebro la ocasión de toparme por vez primera con directos de Mulatu Astatke, Rawayana, Meute o Maro, entre otros. Me da además que ese primer fin de semana aún virgen de confirmaciones traerá algo excitante.

El valle del ‘tema’, por otra parte, bulle en argumentos para la visita. Allá están los cócteles de Miguel Brota en el Nievesol, el Reverendo Gascón azotando puretas con su verbo acendrado, el maestro De la Figuera impartiendo cátedra, las chuletas de Casa Martón, el paseo hasta la Sarra y un sinfín de alicientes para excursionar y procrastinar a gusto las obligaciones formales, siempre más aburridas que las mundanas. Ustedes mismos.

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