Cartel de Pirineos Sur 2024: los artistas, uno a uno

La organización advierte que aún faltan incorporaciones al cartel para el primer fin de semana del festival, que se va a celebrar en Lanuza entre el 4 y el 28 de julio

Concierto de Vetusta Morla en el Espacio Zity de Valdespartera en 2023.
Concierto de Vetusta Morla en el Espacio Zity de Valdespartera en 2023.
Marcos Cebrián

El cartel de Pirineos Sur en 2024 se va a desarrollar entre el 4 y el 28 de julio. La alineación artística confirma la línea marcada en los últimos años, ese cambio de rumbo conceptual que, sin ser completo, confiere una nueva identidad al festival. Se cuenta con figuras de relumbrón masivo como gancho, hay más presencia latinoamericana que africana y se mantienen varias apuestas de zahorí para recordar a los nostálgicos que la cita de Lanuza no olvida sus raíces. A falta de los últimos nombres del cartel, que corresponden a los del primer fin de semana, el elenco resultante no está nada mal. 

Ricky Martin, reclamo de Pirineos Sur

El astro puertorriqueño es el gran reclamo de la presente edición. Profesional del gremio desde hace más de cuatro décadas (tiene 52 años: fue una estrella infantil), el intérprete de ‘María’ y ‘La vida loca’ se mueve últimamente por impulsos de su instinto artístico, después de toda una vida sometido a las veleidades de la industria. Desde la ‘boy band’ Menudo a nuestros días, Martin se sacó la lotería con un amigo fiel que está detrás de muchos de sus éxitos, como productor y compositor: su compatriota Robi Draco Rosa. El último concierto de Martin en Aragón fue en 2017, en el pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza, donde también había actuado una década antes.

Loreena McKennitt

La canadiense fue ingeniera y musa del 'new age', y sigue siendo hechicera de la música celta; no venía a actuar en Aragón desde 2019, con la gira de su álbum ‘Lost souls’. El escenario flotante de Lanuza es un enclave que va como anillo al dedo para su propuesta musical, tan onírica como vibrante. Vocalista excepcional, se prodiga con igual con el arpa, el acordeón o la gaita. Será una delicia verla actuar rodeada de montañas.

Mon Laferte

El público zaragozano comprobó en el primer Vive Latino España de Zaragoza (2022) que el runrún llegado del otro lado del océano con esta mexicana de origen chileno no era casual. El suyo fue uno de los recitales más aplaudidos de aquella cita, donde estuvo regia, emocional e inspiradísima. Sin embargo, no era su primera visita a Aragón en concierto: ya estuvo en 2019, precisamente en Pirineos Sur. Una artista de los pies a la cabeza.

La Plazuela

Posiblemente, junto a Califato ¾, Derby Motoreta Burrito Kachimba o La Pegatina, estamos ante el grupo español con el directo más redondo y enérgico de la actualidad. Salidos de la factoría interminable que es Granada para la música independiente, mezclan el flamenco con el funk y la electrónica con un desparpajo fantástico. Para los escépticos de la tierra que, sin embargo, se pasaron el año 2023 por su concierto zaragozano en Música al Raso, ya no hay dudas que valgan. Aquello es una fiesta de belleza atípica, emociones en manantial y música de muchos quilates.

Vetusta Morla

Pucho, Guille y compañía acaban de anunciar un barbecho de dos años cuando concluya la actual temporada de conciertos. La banda madrileña, con un cuarto de siglo de actividad, necesita parar y echar un vistazo de 360 grados a su realidad como proyecto creativo. El lugar que probablemente marcará su última presencia escénica en Aragón hasta dentro de un buen tiempo les viene como un guante: el sentimiento que emanan sus canciones rebotará en el monte y regresará multiplicado a la audiencia de esa noche.

Sara Baras

La bailaora y coreógrafa gaditana acaba de confirmar en Zaragoza que el paso del tiempo no hace sino acrecentar el duende que preside su pulsión creativa. El reto para ella será hacerse con el entorno en Lanuza, trasladar ese embrujo tan fuerte de los teatros y auditorios a la naturaleza indómita del Pirineo. Ahora bien, si hubiera que apostar a su éxito, cabrían pocas dudas: será una velada llena de magia.

Meute

Los alemanes son una de las apuestas más singulares del festival. Esta banda hanseática hace el camino inverso al mundo remezcla: toma éxitos del ‘dance’ en general y el techno en particular y los lleva a un formato de brass band, con resultados sorprendentes. Si todos los desfiles formales fuesen con Meute en el soporte musical, otro gallo le cantaría al mundo. Será uno de los conciertos más divertidos y aptos para el baile de toda la edición.

Mulatu Astatke

He aquí la figura del festival. El padre del llamado ethiojazz, doctor en Berklee, trabajó con Duke Ellington en los 70 y su delicada mixtura de ritmos latinos jazzeados con la tradición de su Etiopía natal convertirá por una noche el anfiteatro de Lanuza en un club de altos vuelos, trasplantado del Soho londinense o el mismísimo corazón del Lower East Side neoyorquino. Además, ha inspirado a miles de productores del hip hop, que emplean sus creaciones como bases melódicas. Un genio.

Maro

La portuguesa (otra graduada en Berklee dentro del cartel) juega al juego de la música con las cartas marcadas que regala el talento natural. Más allá del fado, sutilmente irrespetuosa con los clichés que parecen acotar la capacidad expresiva de las solistas lusas, Maro es una creadora de belleza que construye desde el esquema de la llamada ‘canción de autor’ piezas emocionales de sencilla traslación a los gustos masivos. Una especie de cruce entre Fiona Apple, José González y, precisamente, Loreena McKennitt y Mon Laferte. Almíbar puro para los montes del valle de Tena.

Silvia Pérez Cruz

La catalana excede desde hace años toda categorización. Vive en permanente estado de gracia, algo que sería peligroso si no fuera por la certeza absoluta de que no va a fallar, que una y otra vez hará 40 puntos, 20 asistencias y 25 rebotes, a lo Doncic o Caitlin Clark (y perdón por el símil baloncestístico); agarrará de nuevo los corazones del público y los retorcerá con toda la dulzura del mundo. Como diría Sergio Algora, tiene un jardín cada poro.

Rodrigo Cuevas

El asturiano ha conseguido algo muy difícil: ser barroco desde el folclore, un divo desde la investigación, un ‘showman’ en plena forma que llega siempre al fondo de la cuestión. Muy presente en tierras aragonesas en los últimos años, su espectáculo aúna el factor del entretenimiento y la calidad sonora de un modo tan natural como pasmoso. Es rabiosamente divertido, el tipo. Un crack.

Grupo Niche

Historia viva de la salsa, colombiana y universal. Caminan hacia el medio siglo de carrera como si la mochila no pesara un ápice. Cuando se quiere revestir una fiesta de clase, y motivar a los bailadores a moverse con toda la seriedad y sabor que requiere la música más pura del género, los de Cali son una baza segura. ‘Sin sentimientos’ o ‘Gotas de lluvia’ acumulan 170 millones de reproducciones en Spotify, como dato para los que llevan anotaciones.

Rawayana

Con Jamaica como epicentro, la alargada sombra de Bob Marley llega a todas partes, y como una cápsula lunar regresando a la atmósfera terrestre, se impregna en el camino de lo que aporta cada territorio de paso o destino. En Venezuela también hay reggae de altura, y Rawayana (que chalanea igualmente con otros géneros y derivas, desde el soca al trap) es la prueba viviente de ese hecho. Sus seguidores son legión al otro lado del Atlántico.

Lila Downs regresa a Aragón.
Lila Downs regresa a Aragón.
Tato Arce

Lila Downs

La mexicana viene mucho por Aragón, afortunadamente. Hay una cuestación popular para buscarle residencia permanente, a cambio de un par de conciertos anuales. Oírle cantar ‘Cariñito’ es una de las cosas que deberían hacerse con frecuencia elevada. Su trabajo en la redimensión del folclore es exquisito, además de manejarse con gran soltura en los directos: sabe cómo conectar. Ha estado ya dos veces en el festival.

Carmen Linares

La más grande de las cantaoras flamencas de la actualidad, con permiso de alguna representante de las nuevas generaciones. Versátil y purista al mismo tiempo, su credo artístico pasa por hacer de cada pieza que canta una oda al desgarro y la pasión. En plena celebración de sus primeros 40 años en el arte, se adueñará de Lanuza en el primer quejío.

Baiuca

Es el gran triunfador en los último premios MIN, entregados en Zaragoza el pasado 17 d abril. Aunque los galardones le han llegado por el trabajo junto a su compañera artística Alba Reche, el músico gallego es uno de los creadores más poliédricos y capaces del pop español actual, por la diversidad de fuentes que alimentan su caudal creativo y la capacidad que tiene para imprimir su sello a lo que hace, con la electrónica y la percusión como aliadas.

Iseo & Dodosound

¿Alguien dijo reggae? El dúo navarro defiende actualmente esa bandera en el contexto nacional e hispanoparlante como pocas bandas en el mundo. Lo hace desde una óptica desprejuiciada, tan salvaje como enrailada, con el arma incuestionable de la voz que atesora Leire (también corresponsable de los arreglos y la producción) y el arte de Alberto con sus mil y un juguetitos, todo apoyado en los directos por una sección orgánica de vientos que marca la diferencia. Conciertazo, por cierto, el que dieron en el Jardín de Invierno en las pasadas Fiestas del Pilar.

La Lulu

Colombiana de Cali, moldeó desde muy niña su talento en las calles de Nueva York, por mudanza familiar. Luisa Fernanda Bastidas (su nombre en el pasaporte) se desenvuelve de miedo con la cumbia, a la que dota de un lenguaje sonoro más acorde a los nuevos tiempos, sin despreciar la raíz del ritmo. Canta, rapea, baila, maneja el spanglish y no se muerde la lengua en las temáticas con canciones como ‘La pipa de mi papi’.

Marilia Monzón

El añadido del apellido es para distinguirla de la cantante con el mismo nombre propio que fuera el 50% de Ella Baila Sola. Esta Marilia es canaria y pinta por otros atardeceres musicales. Escuchar su álbum ‘Prenderé una velita’ es toparse con una puesta en escena que aúna la carcasa lolitesca con la reivindicación del eterno femenino: una mezcla de Carla Morrison con Belanova a la española, con el trópico revoloteando por sus pentagramas.

Airu

La banda de la cantante y compositora bilbaína Irune Vega lleva seis años en danza. Los seguidores de Núria Graham, Pauline en la Playa o Anni B. Sweet (el sonido de la banda, por suerte, no camina en una sola dirección) hallarán trazos familiares y asibles en esta propuesta que tiene su aquel de psicodelia y sus gotas de postpunk para sazonar un guiso muy nutritivo.   

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