Boxeador, maquillador, generoso y currante: Paco Martínez Soria, un aragonés leonardino

Aragón Televisión consagró este jueves 11 de abril su horario de ‘prime time’ a Paco Martínez Soria, con dos focos diferenciados y consecutivos: el segundo programa de ‘Tenía que ser de aquí’ (Factoría Plural), presentado por Itziar Miranda, y el documental ‘El precio de la risa’, de Gabriel Lechón y Pablo Urueña, que abundaba en la faceta empresarial y el hecho, siempre llamativo al repasar su biografía, de que el gran éxito en el cine le llegó más allá de la sesentena.

El programa se articuló sobre la charla de Itziar con Eugenia Martínez Soria, hija de Paco, que se abrió a su interlocutora con una generosidad absoluta. El grueso de la conversación se desarrolla en el Teatro Bellas Artes de Tarazona, la ciudad natal del artista, donde hay además un busto suyo. Eugenia ha donado un montón de recuerdos al lugar, que el público puede admirar. La sintonía de cabecera, por cierto, es el ‘Resurrección’ de Amaral; además, abre y cierra con ternura y voz en off, algo que tras dos entregas parece ser una marca de estilo.

Curiosidades y sorpresas de Paco Martínez Soria

El programa tiene detalles entrañables, como el momento en el que Eugenia presta a Itziar unas gafas de astigmatismo de su padre, o el recordatorio de su primer mediometraje (de 1937, a los 35 años) con un personaje que pudo haber sido recurrente: ‘Paquete, el fotógrafo público numero uno’.

Eugenia revela igualmente que su padre los llevaba a comer muchas veces al aeropuerto de El Prat para ver salir los aviones o las estrellas de fútbol como Kubala, y allí coincidían con la actriz Mary Santpere y sus hijas. Martínez Soria era muy futbolero, seguidor del Real Zaragoza y el Espanyol de Barcelona, y fue boxeador aficionado en su juventud. Otra sorpresa, aunque tiene lógica: tenía cierto acento catalán, dado que vivió en la Ciudad Condal desde los 5 años de edad.

El actor tenía fama de tacaño, pero tanto su hija como Lita Claver, Emilio Gutiérrez Caba o José Sacristán rebaten ese argumento, haciendo hincapié en su generosidad. Trabajó un tiempo de maquillador, le gustaba desayunar café con leche y galletas María leyendo la prensa, y lloraba con las malas críticas tras un estreno teatral, sobre todo si le salvaban a él y machacaban a su compañía o la la obra en cuestión.

El programa también dedicó minutos de calidad a su gran aldabonazo en el cine, que disfrutaron en las salas cuatro millones de personas: ‘La ciudad no es para mí’, con dos aragoneses como Lázaro Carreter y García Abril en la sala de máquinas. Curiosamente, una cinta de corte familiar estaba catalogada como película para mayores de 18 años, debido a ciertos temas tratados en el guión que entonces eran tabú en el ámbito público.

Otra curiosidad revelada por el programa: el tío Cleto, un personaje de Tarazona al que conoció cuando regresó a su localidad natal durante la luna de miel, le inspiró para el personaje de este filme. También brillan los recuerdos de otro gran intérprete que figuraba en la película, Luis Varela, o el testimonio del productor Enrique Cerezo, presidente del Atlético de Madrid.

Voces autorizadas

El desfile de impresiones relevantes desde compañeros de profesión y admiradores es amplio, empezando por los aragoneses. Jorge Asín, Luis Alegre, Luis Rabanaque, el editor Javier Lafuente (Doce Robles sacó ‘El don de la risa’, dedicado a Paco Martínez Soria, en 2014), Marisol Aznar, Lita Claver ‘La Maña’, Miguel Ángel Lamata, Nacho Estaregui o Miguel Ángel Tirado (Marianico el Corto) comparten sus recuerdos y reflexiones sobre el turiasonense más conocido del siglo XX. El espacio puede disfrutarse en el segmento A la Carta de Aragón TV (alacarta.aragontelevision.es).

Conforme a los criterios de

¿Por qué confiar en nosotros?