Los restaurantes de Teruel donde comieron Amaia Salamanca y Eduardo Noriega

El dúo de intérpretes encabeza junto a la madrileña Norma Ruiz el elenco actoral de 'El árbol y el ruiseñor', la película de terror que rueda Miguel Ángel Lamata

Miguel Ángel Lamata y Amaia Salamanca, en una pausa del rodaje.
Miguel Ángel Lamata y Amaia Salamanca, en una pausa del rodaje.
Mayte Navales

Para hacer una buena película de miedo hay que manejar los códigos del género, tener ganas, ambición, un poco de jeta, tino para elegir a los compañeros de aventura, una localización idónea y, por supuesto, buenos lugares para comer y dormir. El cineasta zaragozano Miguel Ángel Lamata ('Una de zombis', 'Tensión sexual no resuelta') tiene callo en este proceso: el zaragozano está inmerso en el rodaje de ‘El árbol y el ruiseñor’, que ha agotado varias semanas en Teruel y va a continuar en Zaragoza.

Protagonizado por Amaia Salamanca, Eduardo Noriega y Norma Ruiz, el largometraje se estrenará el próximo mes de octubre en el Festival de Sitges, antes de dar el salto a las pantallas comerciales y las plataformas. Durante los días turolenses, elenco y director se han alojado en el hotel Reina Cristina de Teruel, y sus paradas gastronómicas han gravitado por el casco histórico de la capital turolense. Cuatro establecimientos han copado la mayor parte de estas visitas: El Portal de Guadalaviar (restaurante del mentado hotel), El Portal Gastrobar, El Museo y La Torre.

Lamata, Noriega y Ruiz hablan en una pausa de la filmación.
Lamata, Noriega y Ruiz hablan en una pausa de la filmación.
M. N.

El Portal del Guadalaviar

En el centro neurálgico del jamón aragonés, con denominación de origen incluida, este tesoro rojizo veteado en blanco es omnipresente en las cartas. Eso sí, en este restaurante (Salvador, 15) hay varias cosas para perder el sentido, empezando por los huevos rotos con gambitas de cristal y jamón de pato o las croquetas ‘Depende, de qué depende’, que homenajean a Jarabe de Palo.

Cachopo del Portal de Guadalaviar.
Cachopo del Portal de Guadalaviar.
H. A.

Tampoco hay que perderse el cachopo, los corazones de alcachofas a la plancha, cabezada de jabalí y café, o el carpaccio de trufa negra de Teruel macerada en virgen extra del Bajo Aragon, con escamas de sal y sobre tosta. Brilla el tataki de vaca con lascas de queso de Albarracin y aceite de trufa, o el postre de chocolate blanco, crocanti de almendras, frambuesas y helado de albahaca.

El Portal Gastrobar

El grupo Gargallo abrió hace un año este negocio (Paseo del Óvalo, 1) que se ha posicionado rápidamente entre los favoritos de la ciudad para degustar tapas y raciones, en una carta que también ofrece platos más contundentes. Se cuidan los detalles, y la apuesta es de amor a la tradición sin desdeñar los guiños al riesgo. En los entrantes, por ejemplo, destaca la ventresca de atún escabechada a la naranja, ensalada de tres pimientos y aceite de pipas de calabaza.

Las croquetas de El POrtal Gastrobar.
Las croquetas de El POrtal Gastrobar.
H. A.

También hay muchos devotos de los fideos fritos con conserva turolense artesana, setas y alioli de pimentón, o del cachopo de ternera relleno de jamón de Teruel y queso gorgonzola con bravas de berenjena, por no hablar de la sepia fresca en salsa americana,patata violeta y aceite de cebollino.

El Museo

El templo de las croquetas, las hamburguesas y los bocadillos en el centro de Teruel (Rubio, 4) también ha sido una visita recurrente del equipo de la película. Entre su oferta hamburguesera destaca la Baconera de Angus, consistente en pan brioche, lechuga, carne angus, cebolla, queso cheddar, y mermelada de beicon casera; también tiene mucho predicamento la opción vegana del lugar, la Beyoncé, que incluye carne vegana Beyond, lechuga, champiñones, tomate, cebolla caramelizada y salsa de miel-mostaza.

Hamburguesa de El Museo.
Hamburguesa de El Museo.
H. A.

El bocadillo de jamón de Teruel al corte con tomate untado también es de los que quitan el hipo y alguna otra afección común, según la sabiduría popular; en cuanto a las croquetas, las más llamativas son las de pollo al caramelo y la de bacalao con gambas.

La Torre

Un clásico de la ciudad (Salvador, 20), con más de tres décadas de servicio en un enclave único: bajo la Torre del Salvador, joya mudéjar y, por tanto, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. El detallismo, la elegancia y el punto barroco (aunque el mudéjar mande por cuestión de proximidad) marcan una carta que presenta maravillas en el arranque, como la ensalada de mezclum de lechugas, rúcula y canónigos con torreznos de Soria, nueces, manzana y crema suave de cabrales, o el arroz rojo de pescado y marisco con alioli de lavanda y cítrico de naranja.

Una delicia de La Torre.
Una delicia de La Torre.
H. A.

El santo y seña de la casa son las berenjenas rellenas de carne y gratinadas con bechamel y queso fundido. Las sopas de ajo al perolico; el codillo de jamón asado con vino blanco, brandy y manzana; la espiral de solomillo de vaca rellena de puerros y panceta de Monreal con salsa de boletus y ralladura de trufa negra de Sarrión o el helado de queso de Celadas con sopa de fresones al pacharán son razones suficientes para seguir buceando en su carta tras cada visita.

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