El Grupo Gargallo transformará en hotel el convento de las dominicas de Albarracín

El Grupo Garballo invertirá 15 millones de euros y se suma así a la oleada de proyectos e inauguraciones de alojamientos turísticos de alto nivel de Teruel.

Recreación del monumento tras su reconversión en hotel por el Grupo Gargallo.
Recreación del monumento tras su reconversión en hotel por el Grupo Gargallo.
David Ardanuy

El Grupo Gargallo convertirá el antiguo convento de las dominicas de Albarracín en un hotel de cuatro estrellas superior con una inversión de 15 millones de euros. La actuación servirá para habilitar 58 habitaciones y crear en torno a 50 puestos de trabajo. La iniciativa se suma a otras del mismo sector destinadas en los últimos años a reforzar la oferta hotelera de alta calidad en la provincia de Teruel, como la reciente reapertura del Hotel de la Villa de Rubielos de Mora por el empresario americano Nick Neonakis o las inauguraciones de los hoteles de lujo del Palacio de la Marquesa en Teruel y de la Torre del Marqués en Monroyo, de cuatro y cinco estrellas, respectivamente.

El arquitecto encargado de la adaptación del convento de las dominicas como hotel, David Ardanuy, explicó que este proyecto "reafirma" el compromiso del Grupo Gargallo con la provincia de Teruel, lugar de nacimiento de su fundador, el empresario ya fallecido Miguel Gargallo. El monasterio, construido a las afueras de Albarracín, fue terminado en 1621 y permanece cerrado desde 2013, cuando lo abandonó la última comunidad monástica.

A pesar de su "buen estado de conservación", como señala el proyecto de rehabilitación, las obras de adaptación al nuevo uso se demorarán en torno a 26 meses. El proyecto acaba de recibir el aprobado del Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga). Ardanuy indica que, una vez cumplimentado este trámite, solo queda pedir la licencia de obras al Ayuntamiento. Si no hay contratiempos, los trabajos empezarán en el primer semestre de 2024.

El arquitecto señala que, a pesar de la alta concentración hotelera que presenta Albarracín en relación a su población -1.600 alojamientos frente a 1.008 habitantes-, la localidad no presenta saturación turística, salvo en fechas concretas de temporada alta. Aclara, además, que el hotel del Grupo Gargallo puede "descongestionar" el centro urbano, porque está situado a las afueras del pueblo. Matiza que habilitará una oferta de alta gama que actualmente no existe en la localidad.

El alcalde, David Úbeda, coincide con el arquitecto en que la localidad no sufre una "masificación" de visitantes, excepto en momentos muy puntuales, como Semana Santa o el 15 de agosto. Úbeda considera que la mayor parte del año "no hay problemas" de saturación turística y recuerda que este sector es el pilar fundamental de la economía local.

Hoteles de lujo

El hotel más lujoso de la provincia es, actualmente, la Torre del Marqués, de cinco estrellas. Abrió sus puertas en 2020 con una inversión de cinco millones de euros -después llegó una ampliación de otros tres- para convertir una torre del siglo XVIII en alojamiento turístico selecto. Su propietario, Óscar García, niega que existe riesgo de saturación turística en el Matarraña, una zona "con un potencial brutal por su patrimonio y su naturaleza".

A su juicio, el sector puede crecer, pero tropieza con el "cuello de botella" de la falta de oferta de ocio complementaria de los alojamientos. García considera que la comarca y la provincia entera son unos «desconocidos» en el mercado internacional y la Administración debería volcarse en la promoción exterior y en ampliar las actividades lúdicas para el visitante, lo que alargaría las estancias. Lamenta que una atracción que generaba muchas visitas, como la tirolina gigante de la vecina Fuentespalda, "haya estado cerrada todo el verano".

En la capital provincial, el último establecimiento de alto nivel en abrir es el hotel del Palacio de la Marquesa, inaugurado en 2021 tras una inversión de 15 millones de euros para rehabilitar un palacio del siglo XVII. Su gerente, Manuel García, afirma que la oferta hotelera está lejos de tocar techo en la ciudad, sobre todo la de alta calidad. Considera que, en general, los hoteles se habían quedado «anticuados» y señala que queda mucho margen para que abran más establecimientos de cuatro o más estrellas.

Señala que, por ejemplo, en este puente del Pilar no ha tenido "ni una habitación libre". Añade que cuando oferta habitaciones se las "quitan de las manos". A su juicio, son necesarios más alojamientos de calidad para atender la demanda generada por el turismo y, además, en el caso de Teruel, para cubrir las reservas derivadas del "fuerte tirón de la actividad del aeropuerto".

Entre los proyectos en puertas para reforzar la oferta del alto nivel de la capital, destacan el hotel de cinco estrellas que promueve el Grupo Térvalis en Los Baños con una inversión de 15 millones de euros, el de cuatro estrellas previsto en la antigua harinera "La Milagrosa" o -este más modesto- el que empezará a construir el próximo noviembre el presidente de la patronal del sector, Roche Murciano, en el centro de la capital con dos millones de presupuesto.

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