FOTOGRAFÍA Y CINE. OCIO Y CULTURA

José Antonio Duce: "Me gustaría llegar a los cien años y celebrarlo como se merece"

El fotógrafo y cineasta, director de 'Culpable para un delito', cumple 90 años y sigue trabajando en las miles de su impresionante archivo de imágenes.

Primer plano de José Antonio Duce, fotógrafo de retrato, de reportaje y de numerosos monumentos de Aragón.
Primer plano de José Antonio Duce, fotógrafo de retrato, de reportaje y de numerosos monumentos de Aragón.
A. C./Heraldo.

José Antonio Duce (Zaragoza, 1933) cumple 90 años. Nació un 12 de diciembre y sigue teniendo una memoria vibrante: aún recuerda cuando hizo su primera foto, en 1954, en la pasarela del Ebro, a tres chiquillos que volvían de la escuela del Arrabal. Está de inmejorable aspecto. “Los dolores van por dentro. Lo peor de todo es mi estado de ánimo: ahí sí que flaqueo un poco. Si soy pesimista siento que estoy al final del camino, como decía Luis Buñuel; pero si me pongo optimista, me gustaría llegar a los cien años y celebrarlo cómo se merece”.

José Antonio es un hombre entrañable y es, ante todo, un hombre de amigos. Muchos de ellos le vienen a la cabeza, casi sin venir a cuento en el café Paparazzi, donde se ha reunido para celebrar un día tan señalado con grandes fotógrafos: Santiago Chóliz, “él es quien me dice que no coma dulces. Para mí como fotógrafo es el discípulo y sucesor de Víctor Orcástegui”; Miguel Ansón, “por favor, dígalo, es un gran artista”, y José Luis Cintora, “un especialista de la Torre Nueva, prepara un libro definitivo sobre ella, y de los Sitios”. Y en cuanto puede mete otros nombres: su maestro Joaquín Gil Marraco, y otros compañeros de distintas épocas: Lorenzo Almarza, o Pedro Avellaned y Rafael Navarro.

“Yo tengo dos grandes discípulos y amigos que han superado al maestro y son más conocidos que yo: Pedro Avellaned y Rafael Navarro. A Rafael, cuando me fui a Madrid a hacer cine a principios de los años 70, cuando yo era presidente de la Real Sociedad Fotográfica de Zaragoza, le dejé mi cargo. Somos buenos amigos desde entonces. Y ahí seguimos”, cuenta.

“Yo tengo dos grandes discípulos y amigos que han superado al maestro y son más conocidos que yo: Pedro Avellaned y Rafael Navarro"

José Antonio Duce oye con cierta dificultad. A veces adivina las preguntas o los comentarios por el movimiento de los labios. Miguel Ansón, con delicadeza, desliza: “No te oye bien”. No sé si por capricho, por cariño o por obsesión reaparece el nombre de Víctor Orcástegui. “Su hijo trabaja en HERALDO. Era un fotógrafo fantástico. De verdad. Merece que lo rescatemos y le hagamos un gran homenaje. Él fue el creador del grupo Calle a calle. Le debemos mucho”, dice. Mira hacia Miguel Ansón, en silla de ruedas como él, y apunta. “Es un formidable fotógrafo. Él fue el primero que retrató el ‘San Valero’ de Pablo Serrano; lo captó desde el lateral con la torre de La Seo al fondo. Desde entonces esa foto se la han copiado muchas veces. Es un fotógrafo muy original”, dice. Los cuatro amigos, y otros que a veces se suman, se citan todos los días en el Paparazzi (calle Cesáreo Alierta, 8) y hablan de todo: de fotos, de amigos, de artículos, de revistas, de premios, de la Real Sociedad Fotográfica de Zaragoza. Al parecer, iniciaron la tertulia en los años 70 y han ido pasando por distintos cafés, hasta que finalmente llegaron aquí.

José Antonio Duce, a la derecha, con algunos de sus entrañables amigos: Santiago Chóliz, José Luis Cintora y Miguel Ansón, en la cafetería Paparrazi, donde se reúnen a diario desde 2020.
José Antonio Duce, a la derecha, con algunos de sus entrañables amigos: Santiago Chóliz, José Luis Cintora y Miguel Ansón, en la cafetería Paparrazi, donde se reúnen a diario desde 2020.
A. C./Heraldo.

“Buscamos un lugar cerca de casa de José Antonio. Al principio venía con sus muletas, luego con silla mecánica y ahora con silla eléctrica. El Paparazzi tiene rampa. Y nos tratan muy bien, y aquí pasamos buenos ratos hablando un poco de todo”, explica Santiago Chóliz.

"Al poco tiempo vino un policía a casa para que le explicase mi relación con los rusos. Le conté la verdad. Eran 400 pesetas (como dos euros y medio). Al cabo de un instante, todo serio me preguntó: ‘¿Qué hacía usted el 18 de julio de 1936?’. Le dije: ‘Tenía tres años. A lo mejor aún estaba mamando’. Me miró con incredulidad”

Duce recuerda algunas de sus fotos: por ejemplo, primero por iniciativa propia y luego con la ayuda de Mariano Laborda, hizo la Semana Santa de Híjar y con una foto, donde había una figura femenina, deslumbró en Japón y resultó premiado. “Otra vez, Emilio Alfaro Lapuerta padre del médico, cineasta, escritor y concejal del PSOE Emilio Alfaro, me pidió una foto para ‘La Hoja del Lunes’, periódico que había fundado y que dirigía. Como era un aniversario de los Sitios, le hice la puerta del convento que está en la escultura de Querol en la plaza de los Sitios. Le gustó y la publicó en portada. Y no solo eso, me pagó, fue la primera vez que cobré, 500 pesetas (tres euros de hoy). Y en otra ocasión me publicaron una foto de unos gitanillos en el diario ‘Pradva’, con el texto en ruso, claro. También me pagaron y lo hicieron a través de un banco francés. Al poco tiempo vino un policía a casa para que le explicase mi relación con los rusos. Le conté la verdad. Eran 400 pesetas (como dos euros y medio). Al cabo de un instante, todo serio me preguntó: ‘¿Qué hacía usted el 18 de julio de 1936?’. Le dije: ‘Tenía tres años. A lo mejor aún estaba mamando’. Me miró con incredulidad”.

Otro de los recuerdos que acuden a su cabeza es cuando ganó la primera convocatoria del Premio ‘Santa Isabel de Portugal’, en tiempos de Ildefonso-Manuel Gil al frente de la Institución ‘Fernando el Católico’. “Hablé con la hermana de Mariano Laborda, el gran animador de la Semana Santa de Híjar; la convencí, la vestimos de monja, hicimos varias fotos en el monasterio de Veruela y logré una imagen de paso universal que luego convertí en otro formato e imprimí una tela rugosa sobre tabla. Me hizo mucha ilusión ser el primer ganador de la nueva disciplina”, dice.

Una de las fotos de su viaje a Perú, en el Cuzco, de donde procedía un gran maestro como Martín Chambi y donde estuvo también su admirado Irving Penn.
Una de las fotos de su viaje a Perú, en el Cuzco, de donde procedía un gran maestro como Martín Chambi y donde estuvo también su admirado Irving Penn.
José Antonio Duce.

Es ahora José Luis Cintora quien extrae otro recuerdo. “¿Sabe que el Dúo Dinámico tocó en ‘Radio Zaragoza’ con la guitarra de José Antonio Duce?. La historia es graciosa: Manuel y Ramón hicieron el servicio militar en Zaragoza y mi hermano Joaquín Cintora era cabo furriel en el cuartel, y amigo de las gentes de la radio. Vivíamos en el paseo de los Plátanos, muy cerca de la emisora, donde estaba antes Loscertales. Y mi hermano consiguió que les invitase a tocar. Acudieron, pero se olvidaron la guitarra. Y de repente nos acordamos de José Antonio Duce, que vivía en San Miguel, 50, y fuimos a su casa a buscar el instrumento. Y allí hicieron algunas de sus primeras canciones”.

José Antonio Duce revela: “Ya no salgo a hacer fotos con los amigos. Ahora lo que hago es recuperar cosas de mi archivo de miles y miles de fotos, de distintas épocas, y hacer mis distorsiones, desdoblamientos o experimentos. Hago entre cinco y siete cada día. Eso me divierte. Piense que, sin presumir de nada, fui de los primeros en trabajar con ordenador y hacer foto digital. Hice una exposición ya con esos materiales; se tituló: ‘Gemelas’. Tuve mi primer ordenador en 1995 y fui renovándolo cada cierto tiempo. La fotografía me lo ha dado todo”, dice. Y confiesa que su primer maestro fue Joaquín Gil Marraco, y luego le ha gustado mucho siempre el norteamericano Irving Penn, “que hizo de todo: reportaje, retrato, moda, estuvo en Perú. Yo también anduve por allí. He hecho y series de Alemania, de Canadá, de Perú. Cuando me premiaron en Japón por una foto de Semana Santa, recuerdo que Alfonso Zapater dijo en HERALDO algo así como ‘Duce lleva a Aragón más lejos que nadie, hasta Japón’. Un titular muy simpático”, concluye el hombre que recuerda también, con inmenso cariño, una película como ‘Culpable para un delito’, con Hans Meyer, que convirtió Zaragoza en una ciudad nórdica con metro y puerto de mar.

José Antonio Duce en la cafetería Paparazzi. Al fondo, un probable cazador de imágenes.
José Antonio Duce en la cafetería Paparazzi; al lado la rampa de acceso que la facilita la vida y le anima al café con sus amigos. Al fondo, un probable cazador de imágenes.
A. C./Heraldo.
Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión