Lorenzo Cortés, el ejeano que musica la radio y la televisión mundiales, se regala un disco

El compositor compagina su parcela creativa con una plataforma de gestión de los derechos de autor

Lorenzo Cortés, en su estudio de Ejea.
Lorenzo Cortés, en su estudio de Ejea.
Cyan

En los últimos años se utiliza mucho en reflexivo y participio la frase “se han democratizado” en relación a las grabaciones musicales. El avance tecnológico ha propiciado, básicamente, que se pueda hacer un disco decente en casa;lo que viene a ser una maqueta ‘repolida’, ‘apañá’, en la que no se echan de menos esos matices ya perdidos por la escucha en dispositivos que llevan la compresión sonora de serie. Luego coges ‘Las uvas dulces’ de María José Hernández (Delicias Discográficas) y entiendes que otro mundo es posible. Lo mismo ocurre con el trabajo del ejeano Lorenzo Cortés, que acaba de sacar su álbum ‘Panoramas IV’, editado por Beatclapmusic y Musickly.

Hablar de Cortés es hacerlo con un artista de éxito singular, que no vive bajo el foco: suele moverse en el apoyo de proyectos audiovisuales. Este verano ha querido embutir en un traje de gala piezas selectas de su autoría, varias de ellas con arreglos orquestales. “Llevo tres décadas en la música profesional, y me apetecía contar con esta tarjeta de visita actualizada para mi música, que muestra mi trabajo en diferentes registros. No tengo intención de mostrarlo en directo: eso sí, iré subiendo a las plataformas todo lo que vaya haciendo”.

Talento precoz

Lorenzo Cortés empezó a tocar el piano a los siete años de edad. “A los nueve ya componía cosas. Completé el conservatorio y me planté con 18 años pensando en qué hacer con mi vida. Tenía claro que la música me apasionaba, era mi forma de sentir y relacionarme, y ahí surgió lo de “vale, muy bien, pero... ¿a qué te vas a dedicar?” Estuve en un grupo, El Tiempo Huye, sacamos un disco en el 92 y tuvimos cierto impacto local:eran los años de La Ley, Días de Vino y Rosas o el arranque de JahSta en Zaragoza, pero acabamos siguiendo nuestros caminos personales. Al final estudié ingeniería informática”.

En el año del año de proyecto fin de carrera, la suerte se alió con el joven cincovillés. “Mandé una cinta a TVE con composiciones caseras, que había grabado en mi ordenador, y le hizo gracia a un ambientador musical, la persona que coopera directamente con el realizador del programa en la selección, montaje, sincronización y efectos especiales sonoros. Me pidieron que la regrabara en condiciones y así lo hice: invertí 15.000 pesetas de 1995 en Kikos. Mi música empezó a sonar en programas como ‘Informe semanal’, ‘Estadio 2’ o ‘Jara y sedal’, además de entrar en informativos”.

La empresa Sintonía era la principal referencia nacional de la época en la producción musical para cine y televisión, y mantiene plena vigencia en la actualidad. “Me contactaron. La llevaba Clifton Williams, que vivió muchos años en Zaragoza. Empecé a trabajar en mi disco de librería: eran 99 cortes con sintonías, fondos para programas, informativos… tuve suerte, porque entonces no había mucha gente centrada en este trabajo concreto”.

Carrera paralela

Además de meter la cabeza en ese nicho musical, Cortés trató de estar al día en el aspecto tecnológico. “Armé mi página web en 1996, y se convirtió en una ventana al mundo. Me contactaron desde la Radio Nacional de la República Checa y acabé haciendo música corporativa con ellos. A los dos meses llegó de Japón la llamada de la NHK, todo un sueño. Fundé una empresa y fui asumiendo más encargos. Como socio de la SGAE iba recibiendo además mis primeros pagos, pero en 2007 me llegó de pronto una liquidación de 7.000 euros generada en Japón: nunca los había visto juntos”.

Ese suceso le sorprendió tanto que contactó con la entidad nipona de gestión de derechos. “Me explicaron que estaba sonando mucho allá y que si completaba cierta documentación faltante, mis ingresos mejorarían, en virtud del acuerdo que tenían con SGAE. Ahí empezó a llegar más dinero, y lo vi claro: afinando el tema de los registros podía llegar a vivir bien de esto”.

Lorenzo Cortés aplicó entonces sus conocimientos informáticos a esta tarea. “Desarrollé una plataforma para monitorizar el empleo de mi música en todo el mundo; así me entero dónde suena y puedo cuadrar mejor las cantidades que genera, además de tener un apoyo para cualquier reclamación que pueda hacer”.

En 2013 estuvo a punto de emigrar a Estados Unidos para desarrollar allá su carrera, pero una desgracia familiar lo impidió. “Decidí que iba a montar estudio en Ejea, y así fue. Trabajo mucho, y soy feliz. He creado más de 1.200 obras musicales que se han escuchado en 230 países distintos: no lleno estadios, pero no me hace falta, en la segunda línea se está bien”.

No siempre anda en segunda línea: su banda sonora del corto ‘Inmortal’ (2018), sobre la Semana Santa en el Bajo Aragón, se llevó el Delfín Negro a la mejor banda sonora en el Festival de Cine Corporativo de Cannes. “Hace dos años hice la música del documental de Prime Video ‘Vivir para competir’, sobre el piloto Carlos Sainz, y la música del concurso ‘Atrápame si puedes’, de la FORTA, es mía”.

El presente tiene otro nombre propio para Cortés: Musickly, una compañía creada “para ayudar a compañeros músicos a gestionar sus derechos de autor y a dar una segunda vida a la música de los artistas, abriéndoles camino hacia la música de catálogo. Cuento con la colaboración inestimable de Ignacio Casado, exdirector de la zona norte de SGAE. Trabajamos conSanti del Campo de Especialistas, Elem y mis amigos de Tako, entre muchos otros artistas. Ah, y permíteme una cosa para cerrar: el disco nuevo de Tako va a ser impresionante”.

Un álbum que apela a los cinco sentidos

El disco ‘Panoramas IV’ de Cortés (el tercer volumen data de 2007, y los dos primeros, de sus pasos iniciales) consta de nueve temas.Hay una sonata de piano, dos jotas adaptadas al pop, una balada pop con gotas de rap, piezas de bandas sonoras y temas ambientales. Brilla la voz de Susana Burguete, excelsa en la revisión de ‘Soñé que la nieve ardía’, jota de los hermanos Anoz. En ‘Stay’, Burguete vuelve a destacar, con el acertado fraseo de Corto Alcance mechado entre estrofas. 

Julián Laborda y Javier Sánchez colaboran en las letras y Freeman Creación Audiovisual en la parcela de imagen, con el vestuario de Arenaymabe Ejea. Las portadas son de Víctor Mógica Compaired y Javi Roldón se ha encargado de la masterización en Vacuum Mastering. 

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