música

'Dios está aquí', el hit cristiano de ámbito mundial que no ha hecho rico a Javier Gacías, su autor aragonés

Gacías, con la asistencia de la letrada aragonesa Isabel Marco, ha demandado a la SGAE por incumplimiento de contrato y le exige además daños y perjuicios.

Javier Gacías, el pasado jueves 4 de noviembre, en Zaragoza.
Javier Gacías, el pasado jueves 4 de noviembre, en Zaragoza.
Francisco Jiménez

Javier Gacías es un artista aragonés de larga trayectoria en el ámbito amateur, el mayor de 15 hermanos. El pequeño, por cierto, es Ramón, batería y productor, el único músico que ha permanecido trabajando junto a Enrique Bunbury durante toda su carrera en solitario. Ramón también formó parte de la banda Gazza junto a cinco de sus hermanos: Alberto, Ángela, Cuco, Carlos y Pedro. Todos reconocían como influencia clave para avanzar en la música a su hermano Javier, que escribió hace más de cuatro décadas ‘Dios está aquí’; se trata de todo un himno católico, con millones de reproducciones en Youtube y Spotify, además de ventas en múltiples soportes físicos por toda América Latina y Estados Unidos. Aunque la composición del tema data de 1979, Javier no la registró hasta 1990. Y sí, la han oído: es la que dice “Dios está aquí, tan cierto como el aire que respiro, tan cierto como la mañana y el atardecer”.

Otros músicos se atribuyeron la canción a lo largo de los años, y han obtenido pingües beneficios de ella. Javier figura como autor del tema en el registro de la Sociedad General de Autores de España (SGAE) desde el mentado año 1990; allí también aparecen como autores -no coautores, en un renglón distinto- Ramón Guerrero y Juan Salazar, componentes de Grupo Mojado, banda mexicana en la que aún milita Salazar. Existe incluso otro renglón del tema atribuido al dominio público. Después de muchos años batallando por sus derechos, sin éxito, y recibiendo cantidades ínfimas o nulas en las rendiciones anuales de cuentas, Gacías dejó el asunto en manos de la letradas aragonesas Isabel Marco y, posteriormente, Mónica Sevil; ambas han construido el caso tras una ardua tarea de documentación.

Gacías demandó a la SGAE el 11 de diciembre de 2018 en Madrid por incumplimiento contractual, pero una declinatoria por falta de competencia objetiva por razón de la materia hizo que la demanda no fuera admitida a trámite. Tras nuevos intentos de llegar a un acuerdo fuera de los juzgados, Gacías puso nuevamente una demanda a la entidad gestora de derechos de autor el pasado 20 de julio de 2021 en el juzgado de lo Mercantil de Zaragoza; la nueva declinatoria de la SGAE, esta vez por falta de competencia territorial, no fue admitida y el caso, por tanto, sigue adelante. El zaragozano pide 150.000 euros de indemnización (fijada a tanto alzado) por daños patrimoniales, y otros 30.000 por daños morales.

Juventud pía

En su juventud, Javier mostraba inquietudes musicales y una gran fe católica, siempre muy involucrado en las actividades juveniles de la parroquia de San Juan de la Cruz. “Queríamos transmitir nuestra admiración por la figura de Jesús, y empezamos a ensayar canciones en las instalaciones de la parroquia. Dábamos mucho mal -ríe- y acabamos organizando el festival Jesús Te Llama en el salón de las franciscanas. Teníamos un grupo, Nueva Vida, en el que estábamos Pilar Lacruz, Nieves Campillo y mis hermanos Jesús, Pablo y Alberto. Vino gente de otros puntos de España, nosotros también fuimos a otras ciudades… para estos festivales compuse varios temas, y ‘Dios está aquí’ fue uno de ellos. Hicimos un cassette que registramos en el Gobierno de Aragón, y editamos la revista ‘Mostaza’ desde 1980. La revista, que fue mensual al principio y duró varios años; allí también anunciábamos el cassette, creo que valía 13 pesetas”.

El movimiento de Renovación Carismática, reconocido por el papa Pablo VI en 1973, convirtió en un himno el tema. “Mis padres pertenecían a este movimiento en Zaragoza, y la movieron, la tocaban mucho en sus encuentros; posteriormente nos pidieron que grabásemos nuestras canciones de alabanza en un cassette para llevarlo a sus comunidades en América Latina. Fue pasando de mano en mano, de parroquia en parroquia, no había internet. Con los años, un sacerdote y excelente compositor navarro, Carmelo Erdozain, que aún vive, me dijo que debía registrarla en una sociedad de autores. Él tiene más de 30 discos de música cristiana, y me dijo que mucha gente le había hablado de ‘Dios está aquí’, que era una de las mejores canciones de alabanza. Me localizó y me pidió permiso para grabarla, incluso me ayudó con la partitura para el registro, que se hizo el 26 de noviembre de 1990, cediendo la gestión de los derechos con ámbito mundial”.

La batalla legal

Isabel Marco detalla el proceso que ha derivado en la actual demanda. “Conocí el caso por una compañera con la que compartía despacho; dado que Javier y su hermano Jesús iban a fundar una editorial, me comprometí a ayudarles. Sin embargo, cuando me contaron su pelea con ‘Dios está aquí’ y las escasísimas liquidaciones obtenidas por una canción que era un hit mundial desde hacía tantos años, grabada por tanta gente y cuya autoría se atribuía a otros, les dije que debían hacer algo al respecto. Ellos habían cursado varias reclamaciones directas, verbales y por escrito, sin éxito ni explicaciones. Cuando dirigí la primera reclamación personalmente, hubo cierta respuesta y aparente intención de estudiar el asunto; en la sede de SGAE en Zaragoza nos decían “lo paso a internacional, ya os diremos algo”, pero no se movía nada. Finalmente, decidimos ir a Madrid y denunciar el plagio, más allá de la liquidación de derechos, ya que en principio era muy complicado saber cuánto se había dejado de recaudar”.

Los servicios jurídicos de SGAE plantearon un acto de conciliación en 2015, ya que otros autores que tenían registrada la canción en América pertenecían a Universal Music México. “Al principio decían cosas muy curiosas -apunta Marco- como que había muchos casos de canciones que se llamaban igual, y que quizá se trataba de una mera confusión. Al pedir la partitura de esas canciones para compararlas nos decían que solo podían mostrarlas si había un interés legítimo y por requerimiento judicial, cuando ese interés era tan obvio que no merece la pena ni analizarlo”.

“Acudí al acto -explica Marco- junto a la compañera abogada zaragozana radicada en Madrid Mónica Sevil, cuyos servicios nos había recomendado Ramón, el hermano de Javier. Nos dijeron que Universal Music Publishing iban a solicitar a la SGAE la retirada de la obra atribuida a Salazar y Guerrero, pero que los autores no estaban localizables; además, se negaron a trasladar la cuestión a Universal México para que ese registro también quedase anulado, y dijeron que no estaban autorizados a hacer a Javier ningún desembolso en compensación, por lo que no hubo avenencia. SGAE, no obstante, dijo que lo iba a estudiar. Esto fue hace seis años, y ya hace tres de la primera demanda; no hubo posibilidad de llegar a un acuerdo, aunque sí notamos que desde esa demanda se incrementaron algo las recaudaciones anuales de Javier desde la SGAE, aunque también hubo muchos años de liquidaciones nulas”.

Quiere grabar

Javier -su hija Paloma también es artista, más orientada al rock, y ha grabado con el nombre artístico de Mia Route- sacó un disco en 2014 con 13 cortes, encabezado obviamente por ‘Dios está aquí’. Acaba de comprar un micro de membrana grande este mes para grabar en casa, porque sigue componiendo y quiere sacar un disco nuevo, pero no puede hacer grandes dispendios. “Tengo cientos de canciones escritas. Si hubiera recibido lo que me corresponde, podría invertirlo en hacer un trabajo con más medios, además de recibir lo que legítimamente me toca. Hay más de 230 millones de reproducciones de mi canción en Youtube, y figura en múltiples grabaciones físicas, hasta 200 llegamos a compilar antes de la primera demanda. También se podía escuchar en una serie de televisión argentina, y en la promoción de la obra teatral de gran éxito ‘La llamada’, escrita por Los Javis. Un autor americano, Raúl Galeano, se atribuye la autoría y tiene múltiples registros a su nombre, con idéntica letra y melodía”.

Al respecto de este autor, llegó a afirmar por escrito a Javier que había consultado con sacerdotes y expertos y que definitivamente era posible que Dios hubiese inspirado a más de una persona con un texto y música idénticos al mismo tiempo. Se dan situaciones bizarras, como el hecho de que en el directorio de la productora Bethel Corp. Music & Video, radicada en Chile, aparezca Juan Salazar como productor musical, arreglista y orquestador, y se atribuya la autoría del tema ‘Dios está aquí’ a Raúl Galeano y Javer Gacías, con arreglo de Juan Salazar. En octubre de 2015, ‘Dios está aquí’ -incluida en el álbum ‘Sal de la Tierra – 50 cantos contemporáneos’- ocupaba el número uno de ventas en el apartado góspel y espiritual de música digital de Amazon, y la canción estaba en el puesto 43 en ventas generales de canciones digitales de esta plataforma, con un precio de 1,29 euros.

El futuro inmediato

Consultados al respecto, en la sede zaragozana de SGAE se han limitado a comentar que sabían de la demanda, e hicieron notar que Javier había solicitado a la SGAE que limitase su acción recaudatoria con el tema al ámbito español, para dejar el resto del mundo en manos de otra sociedad de gestión, algo que efectivamente hizo el autor en octubre de 2020. Eso no afecta a los derechos no protegidos los 30 años anteriores, obviamente. Con la demanda del pasado verano admitida a trámite, la pelota está en el tejado de la SGAE. La posibilidad de un acuerdo extrajudicial siempre está ahí y no se descarta de plano, pero el camino ya iniciado va en otro sentido. “Cuando la SGAE responda a la demanda, se analizarán los hechos -explica Isabel Marco- y se propondrá fecha de juicio; se aportarán pruebas y argumentario por ambas partes, antes o durante la vista, y posteriormente solo habría que esperar la sentencia”.

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