"Ser actriz no es ser rica ni tener la vida resuelta. Es una carrera de incertidumbre"

La intérprete Clara Alvarado, conocida por 'La casa de papel' o 'Cristo y Rey', es una de las invitadas este jueves al encuentro 'Mujeres', que HERALDO organiza en el Auditorio.

Clara Alvarado, durante su reciente actuación en los premios Platino.
Clara Alvarado, durante su reciente actuación en los premios Platino.
EFE

"Aragón es una tierra preciosa. El Pirineo es de mis lugares favoritos, lo he visitado muy de pasada pero siempre pienso en quedarme de retiro al menos una semana por ahí", dice la actriz Clara Alvarado, que este jueves (19.00) recalará en el Auditorio de Zaragoza para participar en el encuentro 'Mujeres' que organiza HERALDO. 'Talento, pasión y trabajo en clave femenina' es el subtítulo de una cita que también contará con la presencia de Cayetana Guillén Cuervo, Sonia Fornieles, Carlota Castrejana, Patricia Ramírez e Isabel Ordaz.

Viene de cantar en los Premios Platino y de interpretar a Rocío Dúrcal en 'Cristo y Rey'. ¿Qué conocía de ella antes de interpretarla? 

Conocía a Rocío Dúrcal y su estela, su meteórica carrera como actriz pero sobre todo como cantante. Sabía que al otro lado del charco, sobre todo en México, había sido muy famosa y afronto el personaje con mucho respeto y admiración hacia la persona que fue.

¿Había visto la controvertida película 'Me siento extraña', en la que Dúrcal intima con Bárbara Rey?

No conocía la película hasta que me llegó el personaje. Me la entregaron desde Dirección y pude ver el filme, así como alguna entrevista de la promoción de aquel entonces. Me consta que Rocío Dúrcal, con el tiempo, incluso se llegó a arrepentir de haber aceptado el personaje.

Ha vuelto a 'La llamada', el musical de 'los Javis'. ¿Cómo es la sensación del directo, de subirse a las tablas, de no poder fallar porque no hay otra toma?

'La llamada' es increíble, es una obra perenne y eterna. Lleva ya diez años en cartel, yo estuve en 2015 y volví en 2021. Nunca sabes lo que pasará porque es la obra de las sorpresas. El teatro es vida, me apasiona, estar cerca del público y en directo... Al iniciar la obra sabes que no hay vuelta atrás y eso genera una adrenalina que me hace sentir muy viva.

¿De qué compañero de profesión ha aprendido más? ¿Tiene algún Cicerone? ¿Alguna maestra?

Aprendí mucho de Belén Cuesta. Tuvimos una escena muy íntima y me pareció una profesional de los pies a la cabeza. También he de citar a Pedro Alonso, de 'La casa de papel', porque allí abordé a uno de mis primeros papeles y le agradezco su proceso de creación de personaje y todos los ensayos que tuvimos, la seriedad con la que se tomó la trama… 

Hasta el momento ha hecho todo tipo de personajes, ¿teme que le encasillen en algún perfil en concreto?

El encasillarme es algo que de momento no me genera miedo, he hecho personajes muy distintos en cada proyecto: nada tiene que ver Ariadna con María Casado ni con Rocío Dúrcal ni con la nieta de Concha Velasco en ‘El funeral’. Me encanta meterme en piel de personajes muy diferentes.

¿Algún registro se le da mejor que otro?

No sé qué se me da mejor, creo que depende mucho del momento vital y las circunstancias que te acompañen como persona. Hay proyectos que te parecen el doble de complicados si estás en un estado emocional distinto al del personaje.

La profesión de actriz es muy volátil, pero con su bagaje y trayectoria, ¿se siguen pasando nervios cuando el teléfono está una semana sin sonar? 

Esa es una realidad y hay que contarla. Ser actriz no es ser rica ni tener estabilidad ni una vida resuelta. Es la carrera de la incertidumbre, del arriesgar, de luchar por vivir por un sueño y una locura que hace sentir viva, pero también es vivir en un constante temor a estar equivocándote. Cuando sientes dentro la fuerza y las ganas por contar y cantar historias, es algo superior, sabes que es ahí donde tienes que poner la energía.

Es una apasionada del Pirineo, pero ¿qué más le une a Aragón?

Tengo buenos amigos mañicos: el fotógrafo Chemi o la actriz Sara Vidorreta y, claro, el cineasta Álex Rodrigo que fue quien me dirigió en las dos primeras temporadas de 'La casa de papel' y fuimos vecinos en Usera. Tengo, además, familia en Barcelona y he cruzado muchas veces Los Monegros.

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