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Isabel Ordaz, actriz: "A la mujer se le exige una juventud sempiterna, pero no al hombre"

La actriz madrileña participa este jueves en el foro 'Mujeres' de HERALDO y Mujer.es para hablar de los retos del colectivo y el viernes representa en el Teatro de las Esquinas la obra ‘La profesora’.

Isabel Ordaz, actriz.
Isabel Ordaz, actriz.
Pier Francesco Artini

Isabel Ordaz es una de las caras conocidas de la televisión por su papel de ‘la Hierbas’ en la longeva serie ‘Aquí no hay quien viva’, pero su trayectoria se ha cimentado en el teatro y desde hace unos años en la poesía. La actriz madrileña participa este jueves en el encuentro 'Mujeres' que organiza HERALDO DE ARAGÓN y Mujer.es (el vertical de ‘20minutos’) en Zaragoza.

En el acto, patrocinado por Atlas Copco, Grancasa y Principal Construcciones, intervienen también otras actrices como Cayetana Guillén Cuervo, Clara Alvarado, la psicóloga Patricia Ramírez y la ex deportista y directora del Women’s Sports Institute Carlota Castrejana. En el foro se hablará de distintos temas de actualidad y cuenta con la colaboración de Tapigrama Sofás, Línea Confort y Pitillos y de forma especial la Academia de las Artes Escénicas de España. Tendrá lugar a las 19.00 en la sala Mozart del Auditorio de Zaragoza.

Viene a la capital aragonesa en plena gira con su obra ‘La profesora’, que se podrá ver el viernes y el sábado en el Teatro de las Esquinas, y a participar en el foro 'Mujeres'. ¿Qué le pone más nerviosa?

Me siento contenta y honrada de formar parte de un debate en el que se visibilice a la mujer y se hable de lo femenino en todos los ámbitos. El teatro siempre es un placer, aunque hay una pequeña inquietud y el público de Zaragoza es exigente porque es un público que es buen aficionado.

Foro 'Mujeres'.
Foro 'Mujeres'.
H. A.

¿Ha sentido desigualdad en el teatro o en la televisión respecto a sus compañeros de trabajo hombres?

Las cosas han cambiado mucho. Yo subrayaría el hecho del poder. En la medida en que aún las posiciones donde se toman las decisiones las ocupan hombres ahí se están creando tendencias de opinión. Esos puestos sí que todavía están por conquistar.

"Antes había en todos los sentidos, teatro, cine y televisión un mundo y una sociedad muy jerarquizada donde el varón tenía la última palabra. Ahora hay una visión distinta"

​"Hay que mirar la realidad desde lugares de paridad. Hay que ampliar las voces, hablar con reflexión sobre lo que está pasando, pero no desde un posicionamiento bélico sino analizar con sensatez"

¿Ha vivido alguna situación que vista desde ahora no hubiera tolerado?

Es más una actitud de supremacía. No puedo reseñar un ataque directo ni de violencia sexual, pero puedo analizar socialmente lo que era evidente, que antes había en todos los sentidos, teatro, cine y televisión un mundo y una sociedad muy jerarquizada donde el varón tenía la última palabra. Ahora hay una visión distinta, con más mujeres en la dirección y otros campos.

Las quejas de las actrices suelen ser por la brecha salarial, como en otros sectores, pero también por el menor número de papeles atractivos, sobre todo, a ciertas edades. ¿Eso está cambiando o seguimos siendo en la pantalla ‘mujeres de’, ‘hijas de’ o la chica en apuros?

Ha ido mejorando mucho. Hay un factor que es importante que es la estética. A la mujer se le exige una juventud sempiterna, que no se le exige al hombre. Las corrientes de opinión solo se cambian cuando desde el poder decisorio hay personas que tratan de abrir otras ventanas y tener otros puntos de vista. Son 20 siglos de cultura, está en el ADN. Hay que mirar la realidad desde lugares de paridad. Hay que ampliar las voces, hablar con reflexión sobre lo que está pasando, pero no desde un posicionamiento bélico sino analizar con sensatez.

"Hace 15 años que dejé la serie y me siguen reconociendo. Vienen personas al teatro que me saludan y me conoce la abuela, la madre y la nieta"

"Fue un arquetipo que me ha dado muchas satisfacciones, pero ya no tiene nada que ver conmigo"

Para el público en general, el éxito le ha llegado en la pequeña pantalla, por ese vecindario loco al que hay tantos espectadores enganchados desde hace años. ¿Alguna semejanza entre usted y su papel en ‘Aquí no hay quien viva’?

Es verdad que hay un fenómeno sociológico detrás porque hace 15 años que dejé la serie y me siguen reconociendo. Vienen personas al teatro que me saludan y me conoce la abuela, la madre y la nieta. Lo agradezco porque reconocen un trabajo que hice, fue un arquetipo que me ha dado muchas satisfacciones, pero ya no tiene nada que ver conmigo.

¿Cuál cree que es el secreto del éxito de la serie? ¿Los españoles somos cotillas y nos encanta mirar por la mirilla a los vecinos?

No lo sé. La primera etapa tenía una clave extraordinaria de verdadera comedia de situación, con unos actores estupendos y se abordaba la actualidad, que eso gusta mucho, había crítica y ternura, aunque fuera con personajes un poco esperpénticos. En la segunda parte (‘La que se avecina’) se extremó mucho más y para mí ya perdió interés, no participé.

¿Y de dónde le viene su vocación de actriz y después la de poeta?

He tenido siempre ganas de narrar cosas, primero fue el baile, luego el teatro, supongo que si tienes una historia por contar tienes que seguir viviendo, como en la historia de Sherezade. Mientras haya un relato estás vivo y tienes pasión. Eso es fundamental para seguir viviendo. La pasión te tiene que acompañar siempre.

Ha publicado varias obras como ‘La geografía de tu nombre’, y ‘Bonabella’. ¿Cómo empezó a escribir?

He publicado ya ocho o nueve poemarios. Está todo relacionado con la lectura, soy una lectora voraz, y terminas escribiendo. Empiezo a escribir hace mucho tiempo pero a publicar poco. La palabra en mi vida es importante. El teatro es el recinto de la palabra aunque es pura acción. La palabra me ayuda a vivir, a conocerme y conocer el mundo. Lenguaje es un instrumento insustituible que ojalá utilizáramos con más cuidado para no volverle nuestro enemigo. La poesía como género es el más extremado amante del lenguaje.

¿Cómo se le ocurrió leer poemas en las redes sociales?

En Instagram de vez en cuando hago algunas lecturas casi siempre de poemas míos, pero también de poetas que me gustan. He descubierto una afición subterránea que está por el mundo de las redes. He llegado a conocer a poetas jóvenes, de menos de 30 años, muy notables.

¿Qué referentes tiene a la hora de escribir?

Soy muy anárquica. Me gusta mucho Antonio Machado, Pedro Salinas, las mujeres poetas como la peruana Blanca Varela, me apasiona Emily Dickinson, pero también San Juan de la Cruz y Rilke y el romanticismo alemán. Lo que más me parece milagroso es que va amaneciendo tu propia voz.  

¿No cree que son malos tiempos para la lírica?

Siempre. Y para el teatro. Pero no creo que como especie podamos sobrevivir sin poesía, sin teatro, seríamos otra cosa, seríamos el grito, seríamos la espada, la bala. Ya hay suficientes guerras, imagine si no hubiera alguien que apostara por el diálogo, por la palabra.

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