La Biblioteca de Humanidades de la Universidad de Zaragoza cumple 110 años

Un equipo de 20 personas atiende de lunes a viernes a más de 3.000 usuarios, no solo de la comunidad universitaria. Varias exposiciones conmemoran el aniversario.

Si un turista visita el campus universitario de la plaza de San Francisco no pensará, al ver la Biblioteca de Humanidades María Moliner, que se trata de una institución más que centenaria. La modernidad y funcionalidad de diseño e instalaciones remiten a lo contemporáneo. Y así es por el edificio, pero la institución en sí está inmersa en la celebración de sus 110 años de vida. Lo hace de forma modesta pero visible, con exposiciones que ponen de relieve su rico pasado. "Es muy importante, lo ha sido siempre, que la biblioteca preste servicios de calidad –subraya Matilde Cantín, la directora–, por eso nos hemos ido adaptando con rapidez a las nuevas necesidades".

A comienzos de enero de 1912 el decano de la Facultad de Filosofía y Letras, Eduardo Ibarra, invitaba a la inauguración de la biblioteca de la mencionada facultad, en el piso bajo de la universidad, que entonces se alzaba en la plaza de la Magdalena. Se iniciaba así la andadura cultural de una institución que, desde sus comienzos, no está únicamente al servicio la comunidad universitaria, sino que abre sus puertas también al resto de ciudadanos.

De la primitiva biblioteca, evocada con nostalgia por su abolengo y belleza, se conservan algunas fotografías antiguas y la idea equivocada de que a principios de los años 70 del siglo pasado sucumbió a la piqueta por culpa de la propia universidad. En realidad, el Ministerio de Educación le había privado de la propiedad hacía años (permitió seguir usándola como almacén de libros) y fue su intención de construir un instituto, el que ocupa actualmente el lugar, lo que acabó con ella.

En 1941, tras superar numerosos problemas derivados de la guerra civil, se estrenó la biblioteca en el entonces nuevo campus de la plaza de San Francisco. Y allí ha estado, en distintas ubicaciones, (en los años 70 se instaló en el Pabellón de Filología, que ya no existe) hasta que en 2003 se inauguró en un edificio nuevo, el de hoy en día, diseñado por Ricardo Marco, Joaquín Magrazo, Fernando Used y Juan Gayarre.

El aniversario número 110 también llega acompañado de actividades culturales. "Iniciamos las celebraciones en enero pasado, con una exposición sobre los distintos espacios que ha ocupado a lo largo de la historia –relata Matilde Cantín–. Y tenemos preparadas más. En abril, por ejemplo, queremos mostrar al público la importancia que tienen las donaciones dentro de nuestros fondos".

La Biblioteca María Moliner de la Universidad de Zaragoza cumple 110 años.
Matilde Cantín, directora de la Biblioteca María Moliner de la Universidad de Zaragoza.
Guillermo Mestre

La importancia de esos legados es que constituyen conjuntos únicos. Desde 1944, año en que se recibió la biblioteca del erudito Gregorio García Arista, se han recibido, entre otras, donaciones de María Luisa Ledesma, Federico Torralba, la familia Duplá, Ana María Navales o Ignacio Izuzquiza. Destacan también el archivo y la biblioteca personal del poeta Miguel Labordeta, que llegaron en 2009. "Este año terminaremos la catalogación de la biblioteca de José Antonio Ferrer Benimeli, especializada en masonería y que suma más de 5.000 volúmenes", añade la directora.

Ibarra, cuando la puso en marcha, ya señaló que quería que estuviera abierta al mundo. Y lo hace. A finales del año pasado, por ejemplo, se sumó a la celebración del 275 aniversario del nacimiento de Francisco de Goya con una exposición bibliográfica sobre el pintor.

Un equipo de 20 personas

La Biblioteca María Moliner tiene en la actualidad cinco salas de consulta con 474 puestos de lectura en total, una sala de trabajo en grupo, dos aulas, un salón de actos, 38 ordenadores de consulta... Y sobre todo libros y revistas, en formato digital y en papel, muchos de ellos difíciles de encontrar en cualquier otro centro.

"Tenemos 13.000 metros lineales de estanterías, con 400.000 ejemplares de libros y folletos –asegura Matilde Cantín–. Además, ponemos a disposición del usuario numerosas bases de datos y 4.400 títulos de revistas científicas. Somos un equipo de 20 personas y estamos abiertos, de lunes a viernes, de 8.15 a 21.15, ininterrumpidamente. Como Biblioteca de Humanidades y de Ciencias Sociales, prestamos servicio a más de 3.000 personas, entre alumnos y profesores, de 10 grados y 11 postgrados. E intentamos que el servicio sea lo más preciso y especializado posible, porque no es lo mismo un alumno de primero que otro de postrado: sus necesidades son distintas. Estamos en continua transformación". De hecho, ahora acaban de dar el salto a un nuevo sistema informático, que les permite seguir dando un servicio puntero y ejemplar. Aunque la pandemia les obligó a cerrar en marzo de 2020, todo el personal teletrabajó, y en cuanto se pudo se reabrieron sus puertas, con cita previa.

La Biblioteca María Moliner de la Universidad de Zaragoza cumple 110 años.
La Biblioteca María Moliner de la Universidad de Zaragoza cumple 110 años.
Guillermo Mestre

Cantín trabaja en la Universidad de Zaragoza desde 1981. En ese tiempo ha vivido la gran revolución, el formato digital. Se trabaja también en ese campo. "Es un formato imprescindible para todo lo que se tiene que proteger. Estamos digitalizando el fondo antiguo".

A la biblioteca le enorgullece poder lucir el sello de Excelencia Europea EFQM 500+, que solo tienen seis universidades españolas, y sobre todo su nombre actual. "María Moliner creía en la importancia de la cultura y que los libros ayudaban a mejorar la sociedad", concluye Matilde Cantín. 

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