El verano, con el sopor de su canícula, es un tiempo ideal para esas lecturas que nos distraen de las plusmarcas del mercurio en nuestros termómetros. Para estos días que nos quedan de calor querría proponeros la lectura de dos obras maravillosas, al tiempo que totalmente distintas. La primera de ellas la edita la veterana firma de cómics y novelas gráficas Norma Editorial y lleva por título ‘Orwell’. La obra elaborada por las manos de Christin y Verdier (y traducida por Xisca Mas), incluye colaboraciones de otros seis ilustradores ─usadas como recurso narrativo que destaca momentos particulares de las obras del británico─, y está basada en los escritos del propio Eric Blair (quien adoptó el conocido seudónimo ya iniciada su carrera literaria), que incluyen su obra literaria, sus artículos y sus 'Diarios', así como en la extensa biografía ‘George Orwell, a Life’ de Bernard Crick, entre otras obras canónicas sobre la figura de Orwell.

Este acercamiento a la multifacética figura de Orwell es tan interesante como conveniente, al recordarnos su lectura cómo el miedo ─incluyo al ridículo─ se apodera fácilmente de nuestra voluntad. También nos instruye sentenciando que “el lenguaje ‘coloquial’ no permite formular un enunciado sin sentido sin dejar en evidencia que no lo tiene. Esto explica por qué tanto profesores como periodistas, políticos o críticos literarios se resisten a usarlo”, tomamos nota. 

De igual modo, conmueve leer sus palabras sobre España: “Lo que vi en España y lo que descubrí después sobre cómo funcionaban los partidos de izquierdas me hizo aborrecer la política”, así como recordar los eslóganes del Partido, tan vigentes en 1984 como ahora: “La guerra es la paz, La libertad es la esclavitud, la ignorancia es la fuerza”. Desde mi ventana ­─y desde la del escritor y locutor Miguel Mena, admirador confeso de Orwell─ se ve Monte Oscuro. De alguna manera, en esta lectura conectan muy bien pasado y presente.

La segunda obra, es una sorprendente y acertadísima incursión de Olifante ─dentro de su pequeña colección Moncayo─ al relato gráfico. En ‘Lili y la corza’, obra con guion de Frank Palacios e ilustrada por Josema Carrasco, se nos presenta la décima leyenda bequeriana, ‘La corza blanca’, entramada de forma muy conveniente con un relato paralelo y contemporáneo. 

Si en aquel lejano año de mil trescientos y pico era la hermosa Costanza quien transitaba de mujer a corza, asaetada por las flechas de la ignorancia, en el momento actual, en un instituto cualquiera, es Lili quien sufre también los dardos de la incomprensión y la insulsez al recorrer su propia transmutación de género. No dudo que esta obra, cuyo mensaje rico en valores llega de forma clara, sencilla e ineludible, va a ser ─con toda seguridad─ muy leído y es absolutamente recomendable para la educación en empatía e igualdad de los miembros más jóvenes de nuestras familias.

Ambos libros, por su composición y formato, pueden ser disfrutados por todos y compartidos en la tumbona o sobre el césped, por lo que no solo aliviarán con ellos sus propios calores, sino que acertarán en una diana más amplia empática.