Imágenes de la capital del cierzo / 16. 'artes & letras'

Skyline de Zaragoza desde la antigua Facultad de Medicina y Ciencias, circa 1898

La acequia de la Romareda dividía la ciudad entre dos diócesis aragonesas, la zaragozana y la oscense. 

Imágenes de la capital del cierzo / 16. 'artes & letras'
Skyline de Zaragoza desde la antigua Facultad de Medicina y Ciencias, circa 1898.
Kutxateka/Fondo Alday/Fotógrafo Juan Rafael Alday

Zaragoza todavía dormitaba cuando fue tomada esta fotografía. Quizás no vio las estrellas esa noche, pero Juan Rafael Alday Lasarte, quien años después fuera arquitecto municipal del Ayuntamiento de San Sebastián y diseñador de la icónica barandilla de la playa de la Concha, aprovechó el privilegiado lugar que le brindaba el observatorio astronómico, situado en el tercer piso de la nueva Facultad de Medicina y Ciencias, para fotografiar a vista de pájaro la ciudad.

No sabemos lo que pensaba en esos momentos, si el cierzo le recordaba la brisa marina de su tierra, o si le asombraba el hecho de que no apareciera ninguna forma humana en todo el horizonte.

Lo único cierto es que durante su estancia en Zaragoza había recorrido varios parajes, muchos relacionados con el agua y los puentes, ya fuera el Canal Imperial, el río Ebro o el Gállego. Tal vez por eso quiso hacer una parada y descubrir la ciudad desde uno de los lugares más altos para realizar una panorámica, como hemos dicho en líneas anteriores, desde el torreón de la Facultad de Medicina y Ciencias.

Fue en 1886 cuando el Ayuntamiento de Zaragoza decidió dónde se iba a construir el nuevo edificio, escogiendo los terrenos del llamado Campo de Lezcano, situado extramuros de la ciudad a las afueras de la tercera puerta de Santa Engracia, y propiedad entonces de don Pedro Arana y don Miguel de Irisarri, ambos fabricantes de camas y somieres, quienes recibieron la cantidad de 180.000 pesetas a cambio del mismo.

Inaugurado el 18 de octubre de 1893, el edificio diseñado por Ricardo Magdalena era un modelo de simetría, con un ala destinada a la enseñanza de Medicina y la otra a la de Ciencias, todo ello con un estilo ecléctico que en su época llegaron a llamar estilo Magdalena.

El torreón que ocupa la parte central de la fotografía corresponde al flanco de Ciencias, esquinero con el camino de los Cubos, hoy calle de doctor Cerrada, lugar donde se encontraba uno de los lavaderos de la ciudad, del que asoman algunas de sus edificaciones. Por este camino pasaba, y sigue pasando aunque ahora cubierta, la acequia de la Romareda, que constituía el límite de las parroquias de San Ildefonso y Santa Engracia, esta última perteneciente a la diócesis de Huesca hasta 1956, por lo que se da la circunstancia de que, al menos desde el punto de vista eclesiástico, estamos viendo Zaragoza desde territorio oscense.

Oculta bajo el paseo de la Lealtad, hoy paseo de Pamplona, que cruza la imagen en diagonal por delante del edificio de la Facultad, la acequia resurgía al otro lado ya convertida en la del Pontarrón y proporcionaba energía a la fábrica de conservas de los hermanos Francisco y Mariano Bescós, en el edificio esquinero con la calle de Valencia, hoy de Ponzano, cuya fachada lateral y chimenea asoma tras el torreón.

Imágenes de la capital del cierzo / 16. 'artes & letras'
Escuela de Veterinaria, lavaderos del Carmen e iglesia del Convento de las Reparadoras.
Kutxateka/Fondo Alday/Fotógrafo Juan Rafael Alday

También proporcionaba agua a los lavaderos del Carmen, ubicados entre la escuela de veterinaria, a la izquierda de la fotografía; el antiguo convento del Carmen, en el momento de la imagen ya reconvertido en cuartel, en el centro; y la iglesia del Convento de las Reparadoras, en la que destaca su espadaña, a la derecha. Todos estos edificios serían derribados algo más de sesenta años después para que crecieran construcciones mucho más modernas y, sobre todo, más verticales, con las que aprovechar mejor el espacio generando beneficios a sus constructores. Con ellos desapareció el modo de vida de las personas que los ocuparon en algún momento, así como el de todas aquellas mujeres que con frío o con calor, en invierno o en verano, tenían que desplazarse hasta los lavaderos cargando con la ropa sucia, frotando y enjabonando las prendas, tendiéndolas al aire, dejando que el cierzo las secara a su voluntad. Mientras esto ocurría, compartían confidencias, rumores y chascarrillos.

Los terrenos de esos lavaderos albergaron un tiempo después, en la década de los años 10 del siglo XX, uno de los primeros campos de fútbol con los que contó Zaragoza, el llamado de la calle Bilbao. Fue escenario de partidos de equipos como el Pilar F.C., el C.D. Fuenclara o el Iberia Sport Club, todos ellos antecesores del actual Real Zaragoza, que con el pasar de los años acabó jugando también al lado de la misma acequia, en el campo bautizado con su nombre, pero ya en las cercanías del Parque Primo de Rivera desde 1957. Allí jugaba también el Camerún F.C. formado por alemanes que huían de la guerra de ese país.

Imágenes de la capital del cierzo / 16. 'artes & letras'
Fábrica de conservas de los hermanos Bescós, con la Capitanía General de Aragón a la derecha de la imagen.
Kutxateka/Fondo Alday/Fotógrafo Juan Rafael Alday

Edificado en los terrenos que ocupó la Exposición Aragonesa de 1868, tras cuya celebración se procedió a parcelar los terrenos de la Glorieta de Pignatelli, asoma a la derecha el edificio de la Capitanía General de Aragón, también inaugurado en 1893, y los cupulines del edificio del número 10 de la Glorieta, que sucumbieron años después en la ampliación llevada a cabo por la tendencia a la construcción vertical.

Zaragoza no tenía rascacielos, pero por intentarlo que no quedara.

Y gracias a esa incomprensible tendencia de nuestros antepasados a construir más a lo ancho que a lo alto, se nos brinda la posibilidad de contemplar el Skyline de finales del siglo XIX, con la torre de San Pablo a la izquierda; seguida de la iglesia del convento de San Ildefonso, hoy reconvertida al culto de Santiago el Mayor; la Casa de la Audiencia, la Real Capilla de Santa Isabel, la Mantería, San Felipe, la Catedral del Pilar, con su casi recién estrenado chapitel construido por Averly que coronaba la torre de Santiago y, difuminada en la lejanía, la por entonces única torre de la Azucarera de Aragón.

Afortunadamente, hoy seguimos disfrutando del torreón desde el que Alday tomó esta imagen, aunque la panorámica, por desgracia, tan solo sea un recuerdo en la cámara del fotógrafo.

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