Puigdemont, cuatro años de escapada

El expresidente de la Generalitat huyó de España el 30 de octubre de 2017 y desde entonces ha sido arrestado dos veces, en Alemania e Italia, sin que se le haya extraditado hasta el momento.

Puigdemont, este sábado en Alguer, Cerdeña.
Puigdemont, este sábado en Alguer, Cerdeña.
Yara Nardi/Reuters

La huida de Carles Puigdemont a Bélgica el 30 de octubre de 2017 fue una evasión cargada de trampantojos. Simulando ser un bulto en el asiento trasero de un todoterreno, sin documentación y acompañado de su mujer, cruzó la frontera francesa con destino Bélgica solo tres días después de la fallida declaración de independencia de Cataluña, de su destitución como presidente de la Generalitat en aplicación del artículo 155 de la Constitución, y ante la inminente querella de la Fiscalía General del Estado por rebelión, sedición y malversación. Desde entonces ha fijado su residencia en Waterloo y pasado cuatro años jugando al juego del gato y el ratón con la justicia española.

El jueves por la noche, el líder independentista escribió un nuevo capítulo en la historia de su escapada. La llegada a las 21.05 del vuelo FR6732 a la localidad sarda de Alguer activó las alarmas del Sistema de Información de Schengen. Agentes de la Policía de Fronteras italiana le estaban esperando para arrestarle en virtud de una euroorden emitida en octubre de 2019 por el magistrado Pablo Llarena, instructor de la causa abierta en el Tribunal Supremo contra los líderes independentistas

Veintiuna horas estuvo Puigdemont en la prisión de Bancali en Sassari, Cerdeña. Una juez del tribunal de apelación de esa ciudad, con el apoyo del fiscal, acordó este viernes su puesta en libertad sin medidas cautelares y le citó para declarar el 4 de octubre. Entretanto, el expresidente catalán tendrá total libertad de movimientos. "No hay ninguna medida cautelar. Puede viajar a donde quiera", explicó su abogado italiano Agostino Marras. "España no se cansa de hacer el ridículo", afirmó Puigdemont.

Viajes internacionales

No es el primer viaje internacional del líder independentista pese a sus cuentas pendientes con la justicia española. Desde su base en Waterloo ha viajado a Finlandia, Escocia o Francia, siempre con la intención de internacionalizar el conflicto catalán. El 25 de marzo de 2018 permaneció 12 días detenido en Alemania, en la cárcel de Neumünster, tras intentar cruzar en coche la frontera desde Dinamarca acompañado por dos mossos que le hacían de escolta. El juez alemán autorizó entonces su extradición a España pero solo si era juzgado por malversación, no por rebelión. Llarena lo rechazó.

En enero de 2020, Puigdemont ocupó por primera vez su escaño como eurodiputado junto a su exconseller Toni Comín, también huido. El cargo les otorgaba inmunidad parlamentaria hasta que el Tribunal General de la Unión Europea decidió retirársela siete meses más tarde. El expresident recurrió esa decisión a la justicia europea, que todavía no ha resuelto.

Esto no impidió que el expresidente catalán continuara sus giras por territorio de la Unión. La cuestión que ahora deberá dirimir las autoridades judiciales italianas es si inician un proceso de entrega a España o si consideran que ningún Estado puede ejecutar una euroorden contra Puigdemont.

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