Carles Puigdemont, detenido en Cerdeña en virtud de una orden del Supremo

El líder nacionalista pasará este viernes a disposición judicial en Italia tras dormir en la comisaría del aeropuerto de Alguer.

Carles Puigdemont

El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, fue detenido este jueves en Cerdeña por policías italianos en el aeropuerto del Alguer. El dirigente nacionalista había viajado a la isla italiana para reunirse con líderes secesionistas sardos. Puigdemont fue apresado por dos agentes de paisano. Se preveía que pasara la noche en la comisaría del aeropuerto.

La detención se produjo como consecuencia de la orden de búsqueda y captura emitida por el Tribunal Supremo. Su abogado, Gonzalo Boye, confirmó el arresto. «Esta detención es en función de la euroorden del 14 de octubre de 2019», dijo. Desde la oficina que Puigdemont tiene como expresidente de la Generalitat, apuntaron que el exalcalde de Girona pasará hoy a disposición de los jueces de la Corte de Apelación de Sassari (Cerdeña), «que es competente para decidir sobre su puesta en libertad o su posible extradición». Puigdemont tenía previsto reunirse con el presidente de la región autónoma de Cerdeña y con el síndic del Alguer.

En su entorno mostraron su convencimiento de que hoy mismo saldrá en libertad. Apuntaron que estaba tranquilo. Puigdemont lleva casi cuatro años huido de la justicia europea. Desde entonces, el Tribunal Supremo ha intentado extraditarlo, pero se ha dado de bruces contra la justicia belga o la alemana.

Después de que Carles Puigdemont perdiera su inmunidad como europarlamentario, el juez Llarena cambió de estrategia para tratar de extraditarle. El magistrado del Supremo maniobró para que fuera la justicia europea la que se pronunciara sobre las euroórdenes y fijara las razones de denegación de una orden de detención y entrega europea.

Medidas cautelares

Por ello, planteó una cuestión prejudicial al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) acerca del alcance de las posibilidades de petición y de las razones de denegación de una orden de detención y entrega europea. Fuentes independentistas hablaban ayer de mala fe por parte del Tribunal Supremo, pues entendían que mientras no se resolviera la prejudicial, la euroorden «se encuentra suspendida».

En Junts hablaban de engaño por parte de la justicia española. Fuentes del alto tribunal negaron la versión del abogado del líder nacionalista y señalaron que la orden de extradición nunca había quedado desactivada. El expresidente podrá no obstante solicitar de nuevo medidas cautelares al Tribunal de Justicia de la Unión Europea para tratar de recuperar su inmunidad como eurodiputado y parar su extradición a España.

Se trata de la segunda detención de Puigdemont desde que huyó a Bruselas, metido en el maletero de un coche, el 30 de octubre de 2017, días después de la declaración unilateral de independencia aprobada en el Parlamento catalán. Fue arrestado el 25 de marzo de 2018, en virtud de la orden de europea de extradición dictada por el Tribunal Supremo para que fuera juzgado como lo fueron los dirigentes del 'procés', condenados con posterioridad a penas de 9 a 13 años y con el tiempo indultados por el Gobierno. Puigdemont permaneció doce días en la cárcel. El Tribunal Regional Superior de Schleswig-Holstein, en el norte de Alemania, dictó su libertad bajo fianza de 75.000 euros y además declaró que no vio admisible el delito de rebelión que le imputaba entonces la justicia española. Sí en cambio el delito de malversación.

La detención ayer del expresidente cayó como un jarro de agua fría en el independentismo. El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, condenó el arresto y le expresó su apoyo: «A tu lado, presidente Puigdemont». «Ante la persecución y represión judicial, la más enérgica condena; se tiene que parar», dijo. Además, defendió que la amnistía es «el único camino» y la autodeterminación la única solución para solucionar el conflicto catalán.

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