gastronomía

Una hamburguesería con genes del Arrabal

Bunga Burger nació como una cocina fantasma y ha dado el salto a un local.

Rubén Espelta, en Buga Burger del barrio del Arrabal.
Rubén Espelta, en Bunga Burger del barrio del Arrabal.
Bunga Burger

La historia de Bunga Burger comenzó en plena pandemia y dio sus primeros pasos en una cocina fantasma del barrio del Arrabal de Zaragoza. Hace unos meses cambió su formato original –aunque no esencia– y levantó la persiana de un nuevo local, no muy lejos de su cuna. Ahora, a pesar de ser físico, no pierde el carácter digital.

Las hamburguesas pueden ser dobles o triples y todas son ‘smash burger’, una técnica que le otorga un punto caramelizado muy de moda. La baconesa, la ‘cheesmosa’, Italy, Bunga… más la versión de los niños, aunque prometen novedades pronto. Por cierto, también está la posibilidad de decantarse por la opción vegetariana, elaborada con soja y trigo con sabor a pollo y muy crujiente.

Detrás de cada una de sus propuestas se esconden largas horas de una exhaustiva selección de ingredientes. Por ejemplo, Rubén Espelta, socio y gerente de Bunga Burger, recuerda que probaron más de medio centenar de panes diferentes hasta que eligieron el definitivo. El elegido fue un suave pan de brioche.

La selección también fue entre una quincena de carnes distintas, una decena de beicon y tres o cuatro tipos de patatas diferentes. "La carne es de vaca gallega o del Pirineo", cuenta Espelta. Pero las catas son continuas, de hecho, hace unas semanas se sometieron a una de postres de chocolate.

Pero la decisión de los clientes trasciende de lo físico y se lleva a las redes sociales, que son un fuerte de este negocio, siendo los seguidores quienes toman la palabra. Además, en la carta también ofrecen alitas de pollo y ‘fingers’, además de patatas con varias salsas. Se observa cierto guiño italiano e innovan en las salsas, como la apuesta por la mayonesa de albahaca.

Bunga Burger responde a un recuerdo de infancia. "El nombre es porque nos recordaba a los videojuegos con los que jugábamos cuando éramos niños, en la década de los años 90", explica Espelta. En esta hamburguesería se pide como si fuera una gran cadena: en unas grandes pantallas se escoge lo deseado, la comanda pasa a la cocina, donde se preparan los menús para servir pasados unos pocos minutos. No obstante, tienen la opción de pedir para llevar en Glovo, tomar allí o para recoger en la tienda.

Apúntate a la newsletter de gastronomía de HERALDO y recibe en tu correo recetas para hacer en casa y las últimas noticias del sector.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión