Mmm, ¡qué rico!, el chocolate con churros tejeringos que sabe a segunda oportunidad en el centro de Zaragoza

Fermín Moreno regresa al mundo de la hostelería, esta vez al Paseo de María Agustín, tras el sonado cierre de la chocolatería de plaza Sas.

Fermín Moreno y Javier Guiu, en la chocolatería Mmm, ¡qué rico!
Fermín Moreno y Javier Guiu, en la chocolatería Mmm, ¡qué rico!
Camino Ivars

Han sido dos años y medio muy duros para el zaragozano Fermín Moreno, quien regentó durante más de una década la mítica chocolatería Valor de la plaza Sas de la capital aragonesa. Tras su sonado cierre y la oleada de solidaridad que despertó en la capital aragonesa a golpe de pegatinas con mensajes de ánimo sobre su persiana bajada, hoy vuelve con un nuevo proyecto y con más ilusión que nunca por volver a repartir dulzura: Mmm, ¡qué rico!

Y lo nace en el número 9 del paseo María Agustín, a escasos metros de la puerta del Carmen -en el local del antiguo Telepizza- y muy bien acompañado de su socio y amigo de toda la vida, Javier Guiu. “Nos conocimos en la guardería, con 5 años, y siempre hemos estado en la vida del otro”, explica este asesor de banca prejubilado.

Fermín Moreno y una de sus empleadas muestran los churros tejeringos en la chocolatería Mmm, ¡qué rico!
Fermín Moreno y una de sus empleadas muestran los churros tejeringos en la chocolatería Mmm, ¡qué rico!
Camino Ivars

Guiu ha vivido la lucha de su amigo desde el cierre de Valor, y fue precisamente esto lo que le animó a asociarse con él en este nuevo e ilusionante proyecto. “Estoy convencido de que va a ser todo un éxito, porque sabe lo que hace y entiende mucho de este negocio”, afirmaba este sábado, primer día de apertura del local, que desde las 8.00 de la mañana contó con un buen número de clientes y curiosos. “Ya era hora de que hubiera algo así en el barrio, ¡nos faltaba la chocolatería”, advertía una vecina a Fermín.

En Mmm, ¡qué rico!, encontramos uno de los mejores chocolates a la taza de España, traído de Andalucía; así como churros tejeringos (o malagueños) cuya receta se encuentra a medio camino del churro y la porra. Se trata de “una masa frita en aceite que nació durante la civilización griega, aunque fueron la romana y la árabe las encargadas de mantenerla viva”, relata Guiu. “El sabor recuerda al del buñuelo y la textura es mucho más blanda y sabrosa”, añade Moreno, que es el encargado de preparar los churros. Se trata del único local en Aragón en el que se lleva a cabo esta receta.

En la puerta de la chocolatería Mmm, ¡qué rico!, en el paseo de María Agustín de Zaragoza
En la puerta de la chocolatería Mmm, ¡qué rico!, en el paseo de María Agustín de Zaragoza
Camino Ivars

“Hemos estado durante meses viajando por toda España para traer lo mejor de cada lugar, y estamos convencidos de que lo hemos conseguido”, afirman. Y qué mejor que inaugurar cuando comienza la temporada alta de estos dos productos, que arranca para las fiestas del Pilar y se prolonga hasta Semana Santa.

Además de chocolate a la taza y churros -los verdaderos protagonistas-, en este nuevo local invitan a probar su café de especialidad, repostería artesana y tostadas, dulces y saladas, ideales para el desayuno, el almuerzo o la merienda. “También tocaremos algo de vermú y copas, para la gente que salga de trabajar de la zona y quiera tomarse algo”, explican.

“Para mí supone una enorme satisfacción estar de nuevo aquí y voy a luchar por volver a repetir el éxito que tuvimos en la plaza Sas con nuestro buen producto y, sobre todo, con nuestras ganas”, añade, emocionado, pues llegar hasta aquí no ha sido nada fácil.

 

Con el cierre de Valor, Fermín tuvo que despedirse de sus once trabajadores, algunos de ellos le llevaban acompañando desde la apertura. Hoy, en Mmm, ¡qué rico! Cuenta en su plantilla con algunos de ellos, como Yolanda Gandú, una de sus churreras: “Estoy muy contenta de volver aquí, ha sido una ilusión tremenda y llegamos con las pilas cargadas para volver a enamorar a los zaragozanos”.

Fermín dejó una vida cómoda como funcionario, pues es maestro de Primaria y trabajaba en la ONCE transcribiendo textos al braille. “Siempre había tenido una inquietud por abrir un negocio propio y hacer algo distinto. Salir de la rutina. Esto me da mucha marcha”, admite. Fue así como, casi sin pensarlo, llegó al mundo de la hostelería, que acabó por enamorarle. “Desde el cierre tenía claro que quería volver a regentar mi propio negocio, y más ahora que tras dos años y medio trabajando para otros he descubierto cómo no se tienen que hacer las cosas”, lamenta. En Mmm, ¡qué rico! han dado trabajo a un total de ocho personas.

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