Hace once años que Javi Matinero y Natalia Gracia levantaron la persiana de Trasiego y hace seis que dejaron el pequeño local de la ciudad barbastrense para instalarse en San Julián. Durante este tiempo han conseguido una identidad propia que hace que sus platos se reconozcan.

Algunos de ellos se pueden encontrar en amplia carta, como el elegante ajoblanco de coco con tartar de trucha imperial o el sorprendente huevo con madejas o lechecillas. También cautiva un imponente bacalao con salsa de tomate rosa de Barbastro o el tartar de tomate rosa con helado de mejillón en escabeche. El Ternasco de Aragón es un buen aliado, tanto en el lingote como en la paletilla, esta última tiene el título de la mejor de la provincia de Huesca. Por cierto, no olvidar la torrija conquistadora torrija en el capítulo de los postres.

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En Trasiego no apuestan por un menú cerrado. "Nuestra filosofía casi es la contraria, nos encanta complicarnos la vida -asegura Gracia-. Nosotros ofrecemos un menú del día, otro Trasiego, la amplia carta y siempre jugamos con sugerencias de temporada, con productos frescos".

En su cocina destacan varios productos estrella. "Resaltamos con las setas, tanto en otoño como el resto del año. Hacemos boletus salteados con yemita de huevo y jamón, una carbonara que queda espectacular, rebozuelos con salsa de Pedro Ximénez y virutas de foie, trompetillas, tortilla con un relleno de setas y jugo de cebolla de Fuentes...", enumeran. Pero también apuestan por la trufa: "Cuando llega la temporada, a finales de noviembre y diciembre y enero, todos los días una media de cinco o seis sugerencias".

A veces, el producto de temporada obliga a versionar algunos platos. "Lo que nos da valor es que buscamos un producto de calidad, de kilómetro 0, de algunos que no se encuentran fácilmente...", menciona Gracia.

En las mesas de Trasiego se sientan parejas, familias, comidas de trabajo… Sus creaciones gustan a mayores y pequeños. "Hay muchos niños fans del Trasiego, de hecho, algunos tienen claro que quieren celebrar aquí su comunión", ríe Natalia. La clientela es un equilibrio entre los vecinos de Barbastro y visitantes, normalmente de Barcelona, País Vasco y Zaragoza.

Al otro lado del restaurante está La Trastienda, un espacio gastronómico donde probar propuestas más informales -desde unas croquetas caseras a calamares- o sugerencias y platos de autor. También es tienda de vinos, ya que en este lugar los Somontano son una especie de religión. "Otro aspecto que nos diferencia de otros restaurantes es que ellos tienen cartas de vino cortas y seleccionada, pero nosotros tenemos representación de todas las bodegas del Somontano y solo tenemos de esta denominación", defienden en Trasiego. Así, han conseguido más de un centenar referencias de tintos, rosados y blancos.

Brilla su cocina y un sol Repsol luce. "Fue un reconocimiento totalmente inesperado que da motivación extra y también estamos reconocidos por guía Michelin, son reconocimientos que te ponen un poco más en el mapa, pero desde el principio hemos contado con una clientela que nos ha dado muchísimo", agradecen en Trasiego.

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