Birragoza vuelve a brindar en La Magdalena
Este año se celebra la décima edición del festival de Cerveza Artesana de Zaragoza.
Desde este viernes se celebra Birragoza, el Festival de Cerveza Artesana de Zaragoza. El entorno de la plaza de San Agustín será hasta la noche del sábado el epicentro de este tipo de cerveza. "Esperamos pasarlo bien, tanto los que estamos a un lado de la barra como al otro. Queremos ver cómo la gente disfruta hablando con los cerveceros, probando nuevas propuestas, enriqueciéndose del mundo de la cerveza artesana...", cuenta Sergio Ruíz, director del festival. Ruiz subraya el verbo "disfrutar" y lo conjuga con la cerveza y la gastronomía.
Para disfrutar del festival es necesario comprar un bono –cuesta 6 euros- con el que se entrega un vaso conmemorativo, que es imprescindible para ser servido en los diferentes puestos, además de una guía y la primera consumición en cualquier cervecería. Todos tienen cervezas canjeables con el ticket de primera consumición que se entrega con el vaso, sin embargo, algunas cervezas no se entran en esta modalidad.
Cada año se apuesta por novedades y mejoras, como la introducción de propuestas sin gluten, vegana y vegetariana; así como varias cervezas sin gluten de tirador. Este año, además, se podrá tomar cerveza artesana sin alcohol de tirador, que aseguran que no dejará indiferentes a sus consumidores.
Algunos cerveceros se estrenan este año y los habituales también apuestan por novedades. En total se podrán probar cervezas de 18 puestos diferentes, que llegan de País Vasco, Cataluña, Madrid o Cantabria. También internacionales, como De Ranke, que vienen de Bélgica. Obviamente, no faltan las aragonesas, como Tensina, Pyrene Craft Beer o Rondadora.
"Se pueden probar más de 150 cervezas diferentes, así que recomiendo que pregunten al maestro cervecero que esté en ese momento", aconseja Víctor Rodríguez, de Cierzo Brewing, uno de los puestos aragoneses. "La artesana es un producto que está en auge en España", valora Rodríguez.
"Es un reencuentro familiar con compañeros de fuera", considera Christian Sigler, de El Bandido Cucaracha. "Es un buen sitio porque hay tanta variedad que pueden tomarla los que se estrenan, pero también los cerveceros de largo recorrido", añade este cervecero de Zaragoza. Recomienda Burbáguena. "Tiene una fermentación ácida a propósito que hemos hecho con cerezas, que en su día se cogieron del pueblo que le da nombre".
"Espero disfrutar como en los últimos cinco años, de su paciencia y las ganas de beber cerveza. Siempre me voy con la sensación de que agradecen nuestra visita, por eso, repetiré siempre", celebra Carlos Ayora, de la barcelonesa Senglaris. En su caso, consideran que la cerveza más especial es la Castaña de Cerdeña, una belga de 13 grados que en Birragoza gusta.
"Se trata de una cerveza sin pasteurizar, lo que da como resultado una cerveza viva donde no se degrada ningún compuesto", señalan desde la organización.
El festival, con 10 ediciones cumplidas, ya camina solo, "pero es un poco rebelde", ríe Ruiz. A pesar de estar a las puertas de la pubertad, la filosofía se mantiene: la cerveza artesanal, elaborada con mimo y personalidad, buenas materias primas -agua, malta, lúpulo y levadura- y centrada en la calidad.
También agradecen el apoyo del público. Además, de brindar, hay multitud de actividades programadas en torno a esta bebida. Se podrán escuchar a varios pinchadiscos, funk o rock alternativo con aires noventeros, entre otros. Tampoco faltarán las catas, como la que ofrecerá este sábado por la tarde Víctor Rodríguez, de Cierzo Brewing, en la que se unirá el mundo de la cerveza artesana con los cócteles. Y la parte gastronómica, con varias gastronetas.
Este evento está organizado por Cervezas artesanas Lupulus y con la colaboración del Ayuntamiento de Zaragoza, no obstante, también tienen especial fuerza la presencia de la Asociación Birramigos y el Centro de Historias de la capital aragonesa, entorno donde tiene lugar.
La historia de Birragoza
Corría el año 2012 cuando nació Birragoza, entonces la ciudad se asomaba "tímidamente" a un fenómeno relativamente extendido por otros países y partes concretas de España, como eran las cervezas artesanas. "Entonces apenas había elaboradores de cerveza artesana ni lugares donde poder probarla –recuerdan-. Apenas tres o cuatro productores y un número similar de establecimientos se preciaban de conocerla". Ese fue el motor para crear un festival para extender y fomentar dicha cultura.
Ahora brindan por esta década sin perder de vista el cielo y las nubes que pueden asomar este sábado. "Y si no, como dice el refrán, al mal tiempo, buena cerveza", concluye entre risas Sergio Ruiz.
