gastronomía

Elem: "Solo de pensar en dulces me siento feliz"

La cantante y compositora Elem anima a disfrutar de la gastronomía de una forma consciente.

Elem, en el mostrador de la pastelería Tolosana.
Elem, en el mostrador de la pastelería Tolosana.
Francisco Jiménez

Para Elem, la música y su condición de cantante, compositora y pianista son los territorios hacia donde encauza sus inquietudes personales y su trayectoria profesional. Las dos cosas van de la mano. "Conecto muy bien conmigo misma cuando estoy componiendo".

Su último disco, 'Planeta de cristal', así lo refleja. Casi se puede entender como una reflexión vital desde la infancia hasta la actualidad, con sus luces y sombras. "Me interesa mucho trabajar la inteligencia emocional; intentar ser, en primer lugar, coherente conmigo misma conociéndome un poco mejor; tomar conciencia de todo lo que me rodea en el día a día y a partir de ahí relacionarme de una forma sana con el resto del mundo".

Alcanzar esa estabilidad también tiene que ver con estar bien físicamente, con hacer deporte y comer sano. "Cuando llevo un orden en la alimentación y practico una actividad física regular, lo noto en mi cabeza".

Tal vez por eso le da tanta importancia al desayuno, en el que combina fruta, cereales, frutos secos, lácteos... Es la gasolina que necesita para empezar el día y recomienda cuidar este momento gastronómico.

A diario, Elem cocina "sano y sencillo", pero cuando tiene tiempo le gusta hacer algún plato elaborado porque "me relaja mucho". Es muy de combinar, "de preparar algo parecido a platos combinados donde haya una presencia de verdura con carne o pescado, acompañados de quinoa, un imprescindible de mi dieta".

Si tiene que cocinar para más gente, en su propuesta de menú de picoteo no pueden faltar croquetas caseras, tortilla de patatas, "que me sale bastante rica", solomillo con queso de cabra y alcachofas con jamón.

Pero su perdición es el dulce. "Soy muy laminera". De hecho, para la entrevista ha propuesto quedar en la cafetería de la tienda de Tolosana de la avenida de Goya. “Es uno de los sitios donde solía venir con mi abuela Feli para probar los lacitos glaseados o el milhojas, que es uno de mis bocados favoritos”. Esos recuerdos le llevan a evocar tortas y flanes caseros “y el surtido de chocolates que siempre tenía en casa”.

Durante la charla da buena cuenta de uno de esos lacitos y lo hace disfrutando del momento como si no hubiera un mañana. “Si mientras lo estoy comiendo pienso en la discusión que he tenido con alguien o en lo que voy a hacer dentro de un rato, la experiencia no va a ser la misma”.

Esta pasión por el dulce –“pero del bueno –matiza–, nada de pastelería o repostería industrial”– le lleva a asumir que se tiene que controlar. Y es que, confiesa, “comería mucho dulce todos los días; solo de pensarlo me siento muy feliz”.

Tanto le gusta que se anima a recomendar una ruta zaragozana por algunos de sus imprescindibles: las tartas y el roscón de nata y crema de Melba; los lacitos de chocolate de la pastelería Martín; los bizcochos y las masas de pizza de Tahona Sallentina; las ensaimadas de Los Mallorquines; los turrones de Marquesán...

Casi hay que pararla porque el listado es interminable y, además, muy centrado en productos concretos de cada establecimiento. “Durante la pandemia me puse a hacer algo de repostería, pero afortunadamente no he terminado de cogerle el punto”. Eso sí, siempre que tiene la oportunidad, acude al brownie de chocolate que prepara su padre y a la tarta de queso de una amiga. “Ellos lo bordan, así que mejor que no aprenda”.

Selección de productos de la pastelería Tolosana.
Selección de productos de la pastelería Tolosana.
Francisco Jiménez

El chocolate, un detalle musical

De momento, Elem no pone el foco de su creatividad en la gastronomía. Eso sí, asegura que en los nuevos temas que está componiendo y grabando “la palabra chocolate aparece por algún sitio para mostrar este pequeño detalle que tanto me gusta del mundo dulce”.

La cantante todavía no ha cumplido los 30 años y reconoce no haber caído en la tentación de la comida basura para resolver la cena rápida de una tarde de sábado entre amigos. “No me interesan ese tipo de propuestas –asegura–, cuando salgo, me gusta ir de tapas por el Tubo y socializar en sitios como el Bula, que es uno de mis preferidos”.

Profesionalmente, se pone metas a corto plazo porque tiene claro que “la música es una carrera de fondo; nunca me hubiese imaginado actuar con Julieta Venegas, como sucedió el año pasado en la sala La Riviera de Madrid, así que lo que tenga que ser se irá viendo”.

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