gastronomía

Luis Martín: "De pequeño soñaba con ser inventor o cocinero"

Luis Martín Nuez compagina la Academia de Inventores con proyectos hosteleros.

Luis Martín, en El Taburete de Zaragoza.
Luis Martín, en El Taburete de Zaragoza.
Álvaro Sánchez

Luis Martín Nuez se define a sí mismo como emprendedor e inventor. Esto último es lo que soñaba desde pequeño, un anhelo que compartía con el de ser cocinero. "Al final –confiesa– son dos actividades cortadas por el mismo patrón: tengo unos ingredientes o un material, sigo unos pasos y obtengo un resultado que casi es ciencia, pero en la cocina hay más creatividad".

Para ser inventor pensó que estudiar dos ingenierías –electrónica e industrial– le mostraría el camino, pero pronto se dio cuenta de que no. Tras colaborar en numerosos proyectos, en 2018 impulsó la Academia de Inventores, "un espacio formativo para orientar a las personas que, como yo en mi infancia, no tuvimos asesoramiento”"

A día de hoy, esta academia zaragozana acaba de dar el salto a Madrid y a Asturias. "Es el que considero mi trabajo; el resto de lo que hago me gusta pero es complementario". Esas otras cosas lo vinculan al sector hostelero, ya que es socio fundador de restaurantes como The Moonkeys Pasta&Pizza, Alcachopo o Birabola, que forman parte del Grupo Laminero.

En estos locales aporta ideas pero no ejerce de asesor gastronómico. De alguna forma, es su sueño, el que intenta impulsar a través de programas de televisión como 'Mi madre cocina mejor que la tuya', de Telecinco; 'Ven a cenar conmigo', de Cuatro, y 'Masterchef', de La 1. En este último casi entró el año pasado y ahora mismo participa en el casting para la próxima edición.

Luis ve estos programas como un trampolín y en ellos no duda en promocionar los productos de Aragón como la borraja. De hecho, uno de sus platos preferidos es el arroz con borrajas, almejas y cocochas confitadas.

De sus recuerdos de infancia en los fogones hay de todo. Una experiencia muy negativa la vivió con 12 años. "Mis padres se habían ido al pueblo y estaba en casa con mi hermana; se me ocurrió hacer un huevo frito, pero mientras se calentaba el aceite fui a jugar al ordenador hasta que me di cuenta del humo y de las llamas", rememora. Apagó el incendio con agua pero tiñó de negro la cocina, así que desde ese día visitó poco esta estancia.

El relevo lo tomó en la casa de su abuela María. "Ella me enseñó a hacer la masa de las pizzas", comenta. Curiosamente, el primer establecimiento que montó como empresario fue una pizzería.

En su día a día reconoce que cocina lo justo porque "no me da la vida", pero tiene claro que comer saludable es una de las cosas que le salvó en 2020. "Hasta entonces estaba muy centrado en mi trabajo, me relacionaba poco y vivía todo de forma acelerada; también a la hora de alimentarme".

Así es como se plantó a las puertas de la pandemia con 135 kilos en el cuerpo y un negocio –The Mookeys– que acababa de abrir y tuvo que cerrar. "Fueron cuatro meses de replantearme muchas cosas en los que perdí 50 kilos; comer sanó me salvó, cambié como persona, surgieron nuevas oportunidades y aprendí a vivir y a disfrutar de todo lo que hago sin tanta presión".

Desde luego, no la tiene a la hora de preparar las recetas que más le piden sus amigos: pasta carbonara o con trufas y setas, ensalada de perdiz escabechada o arroz negro. Además, una de sus últimas aficiones es intentar replicar platos de otros, como las gambas rebozadas con salsa de queso del restaurante Pic Nic, o uno de sus cachopos preferidos de Alcachopo.

La propuesta de El Taburete.
La propuesta de El Taburete.
Álvaro Sánchez

Una ruta por la periferia

Luis Martín Nuez reivindica que a la hora de salir hay vida más allá del centro de Zaragoza. En el entorno del distrito Universidad y del barrio de La Bozada él encuentra todo lo que necesita.

En El Taburete (c/ Álava, 2), el picoteo perfecto. De este local le encantan la ventresca de atún salvaje ahumada con trufa, con tomate rosa, cebolla de Fuentes y aceite del Bajo Cádiz, y las albóndigas de secreto a la naranja con champán, calvados, armagnac y vino blanco.

También disfruta del vermú en Kapitana (c/ Félix Navarro) y para una cena divertida y desenfadada con amigos no duda en acudir al Mesón Martín (c/ María Guerrero, 26). Incluso recomienda cachopos como los que se pueden degustar en De Rechupete (avda. Gómez Laguna, 6) o la apuesta que supone Tribu (Vía Hispanidad, 18) en un entorno en el que no hay nada alrededor.

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