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Cinco errores que cometemos con el pescado (y cómo evitarlos en la cocina)

A la hora de cocinar este producto perpetramos algunos crímenes que destrozan su textura, sabor, aroma e, incluso, sus beneficios para nuestro organismo.

Desde que lo descongelamos hasta que lo servimos, todos los pasos importan.
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Aunque a muchos les parezca mentira, hay vida más allá de la panga. El pescado, bien sea azul o blanco, de agua dulce o salada, es un alimento completo y nutritivo que aporta gran variedad de nutrientes -tales como vitaminas A y , fósforo y omega 3- beneficiosos para el organismo. Pero, además de su valor nutricional, este producto es un bocado exquisito que admite cientos de elaboraciones, ya sea un guiso, una fritura o una buena brasa. Claro que, nuestros trucos culinarios no siempre están a la altura de este producto y, sin quererlo, lo maltratamos hasta que pierde sabor, textura y, también, su buen aspecto.

Cinco errores con el pescado que hay que evitar

  • Usar pescado húmedo

    Para evitar el anisakis, hay que congelar mínimo 48 horas cualquier pescado antes de consumirlo. Esto no significa que podamos cocinarlo con la cantidad de agua que irá soltando en las horas progresivas: hay que secar cada pieza con papel de cocina para que, tras cocinarlas, no queden gomosas.

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  • Quitar la piel antes de cocinar

    Cocinar manteniendo la piel del pescado asegura que este retendrá gran parte de sus jugos, aromas y sabores, lo que influirá de forma muy positiva en el resultado final de la receta. 

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  • Muy caliente

    Las prisas no son buenas compañeras en la cocina, y menos si pretendemos preparar una buena receta de pescado. Así, da igual la forma que elijamos para hacerlo, es fundamental que el utensilio o electrodoméstico en cuestión estén muy calientes para asegurar la textura tersa de nuestra pieza.

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  • La sal en crudo y muchas especias

    Si bien es cierto que echar la sal nada más colocar el pescado en la sartén favorecerá que su sabor se impregne, hacerlo mucho antes de cocinarlo puede acabar con la calidad de este. Si lo hacemos, perderá más agua de la esperada y, probablemente, esté demasiado salado. Además, hay que evitar condimentar el pescado con la primera especia que aparecen en el armario, ya que, según la especie, casa mejor con una u otras

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  • No respetar los tiempos

    Cada pescado tiene una forma óptima de cocinado (vapor, plancha, horno, rebozado) y un tiempo que conviene respetar si se busca el resultado ideal: jugoso, en su punto y con mucho sabor.

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