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No todas las sobras se guardan igual: claves para conservar bien los alimentos

La cocina de aprovechamiento nos ha enseñado que los restos no se tiran. Sin embargo, no siempre es sencillo dar con la fórmula perfecta para cada comida.

Para guardar la comida sobrante la organización es fundamental.
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Croquetas, empanadillas, canelones e, incluso, bocadillos... ¿Quién no ha disfrutado alguna vez de estas delicias haciendo uso del recetario de aprovechamiento? Cocinar con sobras está a la orden del día en numerosos hogares aragoneses, así como guardar la comida restante para preparar algún que otro táper para el trabajo. Sin embargo, no siempre le damos el tratamiento debido a los productos ni respetamos su modo óptimo de conservación, poniendo en riesgo nuestra salud (y la de aquellos que disfruten de nuestros platos). La realidad es que no existe una intencionalidad en dichas acciones: todo es fruto del desconocimiento, pues son muchos los alimentos a los que no sabemos sacar partido a la hora de conservarlos.

Sobra a sobra, así hay que guardarlas

  • Pasta y arroz

    Dejar la pasta y el arroz cocinados fuera de la nevera es un auténtico peligro, aunque solo sean algunas horas. Y es que, tienen una bacteria tóxica que no se llega a matar durante la cocción y que se multiplica a temperatura ambiente. ¿Lo peor de todo esto? Que su presencia no se puede detectar a través de la vista o el olfato... Por eso es recomendable guardar las sobras en la nevera lo más rápido posible y en un recipiente hermético, así como consumirlas antes de pasados los dos días. 

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  • Carne ya hecha

    Da igual si es roja o blanca, la carne una vez hecha puede llegar a durar hasta cuatro días en la nevera bien envuelta en papel de film o dentro de un táper. Aún así, hay que tener cuidado a la hora de consumirla y no recalentarla más de una vez en el microondas, pues solo conseguiremos una textura gomosa y sin sabor y, además, aumentaremos las posibilidades de que acabe sentándonos mal. 

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  • Aguacate (y derivados)

    No solo de guacamole vive el hombre (en lo que a conservación se refiere). Si bien es cierto que para que esta salsa no se oxide, lo mejor es exprimir algo de limón, colocar dentro el hueso de la fruta y cubrir con papel de film hasta que este toque el guacamole, cuando nos sobra medio aguacate la cosa cambia. En estos casos, lo mejor es cubrir con aceite de oliva la carne de la mitad que lleva el hueso, envolverlo en una hoja de periódico y a temperatura ambiente. 

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  • Pescado cocinado

    A diferencia del resto de comidas de esta lista, el pescado cocinado es de esos alimentos que no deberían convertirse en sobras a las que no se les vaya a dar una salida inmediata, ya sea en el plato o en forma de croquetas. Y es que, en menos de un día hay que haber consumido el pescado una vez hecho, incluso aunque haya estado congelado las 48 horas de rigor para alejar al anisakis. 

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  • ¿Y la pizza?

    Ya sea casera, de supermercado o de algún restaurante, es habitual que sobre alguna que otra porción de pizza. Sin ninguna duda, una buena noticia para aquellos que disfrutan desayunándola o comiéndola al día siguiente, por aquello que de su sabor se intensifica. Para guardarla, lo mejor es envolverla en papel de horno, introducirla en un táper y, después, meterlo en la nevera (o al congelador), según el tiempo que vayamos a tardar en consumirlo. 

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