Kukura, la mejor versión de cada plato desde la cocina industrial de Cinco Olivas

Lorena Palacios tiene raíces en este pueblo zaragozano donde vive desde la pandemia. Desde allí, impulsa un negocio de pastelería saludable y otras elaboraciones por encargo.

Lorena Palacios, en su Andorra natal, con la chaqueta de cocinero de un concurso nacional en el que quedó tercera
Lorena Palacios, en su Andorra natal, con la chaqueta de cocinero de un concurso nacional en el que quedó tercera
Heraldo.es

Nació en el Principado de Andorra y estudió Publicidad, Diseño Gráfico, Marketing con la especialidad en Gastronomía, Nutrición y muchas otras cosas en Barcelona, ciudad donde vivió durante una temporada pero que acabó por abrumarla. Se trata de Lorena Palacios, una apasionada de la cocina que nunca perdió el contacto con el pueblo de sus abuelos, Cinco Olivas (Zaragoza). “Mi abuelo fue el primero de la localidad en emigrar a Andorra en busca de trabajo. Luego llegaron otros y muchos de sus descendientes, que tenemos casa en el pueblo, nunca dejamos de venir”, explica Lorena.

Por casualidad, la pandemia de la covid-19 la pilló en Cinco Olivas, un pueblo de la Ribera Baja del Ebro de apenas cien habitantes. Por su profesión, siempre ha podido teletrabajar y estar en el pueblo, en la naturaleza y con tranquilidad, le gusta desde que nació. Por eso, cuando sucedió la tragedia del confinamiento, para ella fue la oportunidad de poder establecer el municipio zaragozano como domicilio habitual. “No se podía ni ir a Zaragoza, como para cruzar la frontera a otro país…”, recuerda. Pese a algunos episodios iniciales de caos por la falta de datos móviles para conectarse a internet a nivel profesional, la experiencia de Lorena desde su nueva oficina, en el medio rural aragonés, no puede ser más positiva.

Tanto es así que en su nuevo hogar ha encontrado, además, la posibilidad de sacar adelante un nuevo negocio. Se trata de Kukura, un proyecto que está todavía en trámites pero que espera ver la luz a corto plazo. Se basa en la elaboración de comida por encargo y, en una primera fase, va a empezar con la pastelería saludable. “El concepto es tratar de sacar la mejor versión de cada plato, y en el caso de la pastelería, eliminar el azúcar y emplear edulcorantes como la fruta o el eritritol, así como usar solo harinas integrales, nada refinado”, resume. Es consciente de que los paladares están acostumbrados a sabores muy dulces, por eso, hace miles de pruebas para conseguir el equilibrio perfecto entre lo que se considera más saludable pero sin perder el sabor, la consistencia y textura de, por ejemplo, una cookie.

“El concepto es tratar de sacar la mejor versión de cada plato, y en el caso de la pastelería, eliminar el azúcar y emplear edulcorantes como la fruta o el eritritol, así como usar solo harinas integrales, nada refinado”

Para llegar hasta su situación actual, Lorena ha trabajado por cuenta ajena en agencias de marketing y, sobre todo, se ha labrado una carrera como asesora gastronómica autónoma de restaurantes y hoteles. Ha tenido la oportunidad de viajar a países como México, Tailandia, Indonesia o Egipto, de los que siempre se ha ido con algún producto alimentario en la maleta y habiendo realizado alguna actividad gastronómica. Entre otros trabajos, ha sido la encargada de actualizar toda la cocina de los hoteles que el grupo Plaza tiene en Andorra. “Esto me llevó dos años. Dos años viviendo en lo que en el gremio se conoce como la batalla de una cocina”, explica. Un proceso que le ha hecho empaparse bien de cómo funciona este sector y, al mismo tiempo, le ha servido para darse cuenta de que ella quería buscar una alternativa. “A mí me gusta desarrollar la creatividad en gastronomía y eso, en un restaurante, se tira por tierra porque no hay tiempo para explorar y probar”, asegura. Por eso, cuando vivía en Andorra su labor consistía en investigar, hacer pruebas y cocinar recetas que después grababa en vídeo y se replicaban en las grandes cocinas para las que trabajaba.

Desde que está en Cinco Olivas ha dejado aparcada esa faceta, que también incluye la gestión de redes sociales, así como el diseño de su carta y la imagen de marca, en general, de sus clientes. Ahora, sus esfuerzos se centran en lanzar su propio negocio. “Después de muchos años ayudando a otros a triunfar quería sacar adelante algo mío”, dice. Hacerlo en su pueblo es todavía más especial y lo hace, en parte, por su abuelo, que falleció el año pasado. “Aunque no va a poder ver el resultado, porque al final se ha demorado mucho con todo el papeleo, los permisos y la burocracia, sí era conocedor del proyecto y le hacía mucha ilusión”, asegura Lorena, emocionada.

Pastelería y cocina mexicana

Lorena se define como muy perfeccionista y quiere hacer las cosas bien y poco a poco con el lanzamiento de Kukura. En parte, lo de hacerlo con tiempo le viene por obligación, ya que los procesos, desde que alquiló la cocina industrial al Ayuntamiento de Cinco Olivas, están siendo más lentos de lo que esperaba. En una primera fase, va a vender productos de pastelería, hechos siempre previo encargo. “Así me aseguro de que son frescos y no pierden calidad. Además, no quiero intentar abarcar mucho y que salga mal. Haré la cantidad que pueda, porque estoy sola”, explica. Por otro lado y motivado por su pasión por la cocina mexicana, también va a hacer tacos, nachos y otros platos típicos de esta cultura. “La idea es prepararlo y distribuirlo todo por separado, para que el cliente termine de montar el plato en el momento de consumirlo. Así no se estropean las texturas”, añade.

Es consciente de que este de tipo de producto y de negocio no es habitual en el medio rural pero confía en ir dándose a conocer por el boca a boca e ir conectando con sus clientes. De momento, en Cinco Olivas es muy conocida porque, además de vivir allí ahora y de haber pasado largas temporadas desde pequeña, ha estado haciendo 'show cookings' y dando clases de cocina. Esto le ha ayudado a difundir sus buenas dotes en la cocina y cuenta con poder desarrollar estas actividades en sus instalaciones a partir de ahora. También tiene, como no podía ser de otra manera, su página web (kukuracook.com) y un whatsapp business a través del que gestionará los pedidos (611 03 09 83).

De momento y conforme termina con los trámites, Lorena sigue haciendo pruebas para encontrar esa mejor versión de cada plato que quiere poner al servicio de los vecinos de Cinco Olivas y comarca. Si todo va como espera, al principio solo se podrá recoger en la localidad pero después repartirá por la zona. “Ojalá crezca tanto que me tenga que mudar a Zaragoza”, dice. Mientras tanto, disfruta de la tranquilidad de su pueblo y sus puestas de sol: “Nadie lo sabe, pero son las mejores del mundo”.  

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