economía

La TUR del gas se atraganta en algunas comunidades de vecinos: "De 20 que se pasaron solo me ha llegado una factura"

Los Administradores de Fincas denuncian que después de hacer el papeleo y de instalar los vecinos repartidores de costes muchos bloques aún no han podido completar el cambio a la nueva tarifa.

Calefacción central en un edificio con sistemas de caudal variable.
Calefacción central en un edificio con sistemas de caudal variable.
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Algunas comunidades de vecinos que dieron el paso de cambiar de tarifa de gas del mercado libre al regulado intentando ahorrar calefacción se han encontrado con que los trámites van tan lentos que pueden llegar a la primavera sin conseguirlo. La tarifa de último recurso (TUR) 'vecinal' que creó el Gobierno central a finales de octubre, específica para bloques de viviendas con calefacción central, está tardando en ser una realidad para algunos solicitantes. 

A los retrasos para materializar el paso a la nueva compañía de gas, ya que la tarifa regulada solo la pueden prestar determinadas compañías (comercializadoras de último recurso, CUR), se une la ausencia de recibos. "De 20 comunidades que se pasaron solo me ha llegado una factura", pone como ejemplo Beatriz González, portavoz del Colegio de Administradores de Fincas de Aragón. En su caso, trabaja con 40 comunidades con calefacción central en Zaragoza, de esas, la mitad pasaron a la TUR, pero incluso las que lo consiguieron no cuentan con todas las facturas para poder comparar la diferencia de precios. 

"No sabemos los consumos o si llegarán cuatro recibos a la vez", teme. Además, al no tener respuesta, no pueden conocer con seguridad qué ha ocurrido y siguen esperando. El Gobierno creó la nueva tarifa regulada de gas para las comunidades de vecinos como única vía para que estas pudieran beneficiarse de los precios 'topados' que ofrece la TUR. Se incluyó en el Real Decreto-ley 18/2022, de 18 de octubre, de medidas de refuerzo de la protección de los consumidores de energía y de contribución a la reducción del consumo de gas natural. 

El balance cuatro meses después es negativo para algunos profesionales. "Tengo algunas comunidades que nos han confirmado que han pasado a la TUR, otras que no y no hay manera de saber por qué, se han quedado en el sueño de los justos", explica la administradora. En algunos casos cree que se ha podido deber a que mientras se tramitaban se emitió alguna factura que no se pudo pagar por no tener recursos la comunidad y esto impide solicitar la nueva tarifa.

"Indignación" entre los vecinos

En estos bloques, la situación entre los administradores y propietarios es de "inquietud" y también de "indignación" porque afrontaron el pago de las inversiones necesarias con la instalación de repartidores de costes y otros elementos, que aún no saben si han amortizado. "Hemos tenido que correr para hacer reuniones sobre si ponían repartidores de costes, si se encendía la calefacción, en muchas comunidades hicimos dos y tres reuniones entre septiembre y noviembre para adaptarlo todo", recuerda González. Ahora tiene que explicar por qué se ha retrasado todo.

Pese a la situación, cree que el invierno anterior fue peor, el primero con facturas desorbitadas de calefacción por la escalda del gas, que descuadraron las cuentas de muchas comunidades de vecinos. "Nos cogió a todos fuera de juego. Ahora aunque no tengamos las facturas las derramas se están haciendo, pero necesitas facturas para saber el precio y si hemos conseguido bajar el precio y en qué porcentaje", reconoce. Este año además se han aprobado más medidas de eficiencia como reducir las horas de encendido desde el principio de la temporada, en un invierno mucho más suave. 

Junto a estas comunidades hay casos en los que el cambio tardó algo más de un mes, pero les ha llegado a tiempo para tenerlo listo a principios del año. Es el caso de una comunidad en el centro de Zaragoza en la que su presidente explica que "la adhesión ha sido muy lenta en un primer momento, no sé si por colapso de las comercializadoras de las TUR o por desidia de sus matrices. Actualmente, ese tránsito es mucho más ágil, aunque se siguen presentando incidencias y anomalías", apunta. "Ya tenemos facturas y están correctas", afirma. En su caso, pagaban un precio indexado al mercado, en función de los cambios, con facturas récord el año pasado. 

El bono social sigue sin llegar a todos los beneficiarios

El Gobierno creó además el año pasado una nueva categoría del bono social por la que hogares trabajadores de bajos ingresos, no solo los más vulnerables, podían tener un descuento del 40% en la factura de la luz. Esta medida tampoco ha cumplido los objetivos, a tres semanas para que finalice oficialmente el invierno, como apuntan desde organizaciones que asesoran a colectivos afectados por la pobreza energética. Nuevo descuento, los mismos problemas que con el bono social ya existente. "Lo ha solicitado muy poca gente por desconocimiento y por la burocracia. El que había hasta ahora no está llegando", apunta Cecilia Foronda, de Ecodes. 

"Mucha gente no sabe que puede ser preceptora", insiste. De su experiencia estos últimos años "un 60% de todas las personas que atendemos podían disfrutar el bono social y no lo está solucionando", afirma. Entre las barreras, la "cantidad de documentos que hace falta conseguir", a veces difíciles para los colectivos vulnerables a los que va dirigido. "Muchas veces cuando deniegan el bono no ponen la causa, lo que dificulta saber la razón", añade.

La organización viene reclamando que la concesión sea "automática", mediante el "cruce de datos entre las Administraciones".

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