Comprar un coche nuevo será entre 800 y 2.200 euros más caro el año que viene

Los coches más contaminantes tendrán que pagar más impuestos a partir del 1 de enero. El año que viene se van a actualizar los datos de cada modelo de consumos y emisiones, lo que hará que a algunos les corresponda pagar más Impuesto de Matriculación. El importe de este tributo para los coches nuevos "se calcula como un porcentaje sobre el precio de venta. Ese porcentaje se fija por tramos, en función de las emisiones de CO2", explican desde la asociación de consumidores OCU, que advierten a quienes tengan pensado comprar coche que se informen bien del precio e incluso adelanten su compra a este año.

Desde los concesionarios de automóviles y el motor en general se ha criticado la subida porque llega en un momento de descenso de ventas debido a la crisis provocada por la pandemia de covid.

Más subida para los más caros

Al tratarse de un porcentaje sobre el precio, la subida será mayor para los vehículos más caros. OCU advierte que muchos coches nuevos "pasarán a cotizar en un tramo mayor" en el impuesto, al actualizarse las emisiones reales. La normativa cambia el sistema para analizar las emisiones del ciclo NEDC de medición al ciclo WLTP, "más exigente y ajustado a la realidad".

La asociación ha hecho un cálculo de cuánto puede suponer el aumento de precio en tres modelos de vehículo:

-El Seat León TSI 110 CV pasará de estar exento, a cotizar en el tramo que paga el 4,75%. Costará 817 euros más en su versión más barata.

-El Dacia Sandero 1.0 75 CV también pasará de pagar el 0% al tramo que paga el 4,75%, con lo que costará 395 euros más en su versión básica.

-El Mercedes GLC 300d 4 matic, por su parte, pasaría del tramo que paga el 4,75% al 9,75%, con lo que pagaría 2.212 euros más.

Por ello, OCU recomienda a los consumidores que tuvieran pensado adquirir un coche a corto plazo, que se informen de si para ese modelo va a incrementarse el impuesto, ya que podría interesarles adelantar la compra a este año.

Por otro lado, OCU considera que si de verdad se pretende penalizar la contaminación que generan los motores de combustión, también deben medirse las emisiones de NOx y de las partículas en suspensión, unos contaminantes especialmente habituales en los modelos diésel y los más perjudiciales para la salud. La organización lleva tiempo exigiendo a las autoridades que los impuestos se basen en las emisiones reales de los diferentes contaminantes, para lo que puso en marcha una campaña por una movilidad inteligente.

La organización pide que se tengan en cuenta otros factoras porque cree que "este método de cálculo favorece a los coches diésel, que consumen menos litros de combustible, en detrimento de los de gasolina, y olvida que los diésel emiten más partículas, algo que también debería considerarse".

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