SD Huesca

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Tiempo de reflexión en la SD Huesca

La derrota en Burgos del domingo acrecentó las dudas sobre un equipo y un técnico a los que se les exige reaccionar.

Burgos - SD Huesca
Agencia Lof

La derrota en Burgos del domingo no fue una más de las cinco que ya se han sufrido en doce jornadas. El 3-1 dolió por cómo se produjo, por la constatación de que el camino que lleva la SD Huesca no es el que conduce al ascenso y porque dejó al descubierto las carencias que los resultados anteriores habían permitido ir pasando por alto. Tanto el entrenador como el capitán fueron duros en sus declaraciones en El Plantío. Nacho Ambriz no quiso poner paños calientes a la actuación de los suyos y afirmó que del duelo no había "nada que rescatar", mientras que Jorge Pulido, que antes de levantar la vista hacia cotas altas fijó el objetivo más inmediato en lograr los 50 puntos, los de la salvación, reconoció que "cada uno puede dar más de sí mismo". El calendario, que en las últimas dos semanas había deparado cuatro jornadas, da en la actual un respiro con solo un compromiso fijado, la visita del Amorebieta el sábado (16.00), antes de que en la siguiente haya que afrontar de nuevo dos citas, con la Ponferradina y el Leganés. Van a ser días para la reflexión y la búsqueda de soluciones en el vestuario y en el seno del club, cuya cúpula ha intercambiado pareceres en las últimas horas y en la que hay preocupación. Los azulgranas, son 12º a cuatro puntos del ‘play off’ de ascenso. No es dónde se esperaba encontrarlos a estas alturas, por ello urge la reacción.

El camino hasta el actual punto es conocido. Un buen inicio en el que el Huesca se colocó líder tras dos victorias consecutivas, seguido de tres derrotas que dieron paso a una sucesión de careos en los que los resultados, sin ser brillantes, mantenían el encendido de la alarma a la espera. Antes de Burgos la racha era de una derrota en seis encuentros con dos victorias y tres empates en los que las paradas de Andrés y la pegada en ataque habían suplido la falta de juego.

En El Plantío, frente a un conjunto ordenado que básicamente sacó provecho de sus opciones y de los fallos de su rival, Salvador adelantó a los oscenses. Después un error de Andrés significó el empate antes del descanso y ya en la segunda parte dos contras tras córner sentenciaron.

El Huesca sigue buscándose así mismo. La propuesta de Ambriz desde el principio ha sido clara, quiere un equipo dominador, dinámico, que recupere pronto y que encierre al rival en su campo. Sin embargo su correcta ejecución no alcanza los noventa minutos. En Burgos, por ejemplo, se puso en práctica durante el cuarto de hora inicial, prácticamente hasta el tanto de Salvador. Al mexicano no se le puede achacar que no haya probado alternativas, ha ido variando el esquema y los jugadores, pero no acaba de dar con la tecla.

El Huesca es el segundo equipo que más posesión acumula en los partidos, un 57%, pero de poco le sirve. La mayoría de la misma se poduce en su mitad del campo, zona en la que también es el segundo que más pases da (65,47%). Así, y aunque ha logrado dejar su portería a cero en la mitad de las jornadas, es el quinto que más disparos recibe (149) y el 13º que más realiza (100). Ha marcado 15 goles, solo cinco rivales han conseguido más, y lamentado 13, lo que le sitúa en la zona media de esa particular clasificación.

Dejando al margen los dos 2-0 iniciales con el Eibar y el Cartagena, sus números son mejores a domicilio que en El Alcoraz, donde no ha vuelto a sumar más que dos puntos en cuatro encuentros gracias a dos 0-0, frente a siete como visitante.

Para afrontar el curso se apostó por una plantilla corta, 21 futbolistas, contando con Insua que debido a su lesión aún no ha podido jugar y que ha hecho que hasta la fecha Ambriz solo haya tenido disponibles dos centrales naturales, Pulido y Miquel. La cifra global no es la más baja de la categoría si se atiende al número de dorsales con ficha profesional, pero sí que es cierto que los conjuntos que no la alcanzan, cinco, cuentan con canteranos con papel útil que elevan la cantidad real de efectivos. Además, los diferentes momentos en los que se fueron incorporando los refuerzos han hecho que todavía no se haya aunado el estado de forma de los jugadores, algunos de ellos con muchos minutos, a lo que se añade que en las últimas semanas se han produciendo lesiones. 

Joaquín y Ferreiro fueron bajas en El Plantío, donde el técnico para refrescar introdujo cinco novedades en el once. Dio descanso a Buffarini, Rico, Seoane y Escriche -los dos últimos habían sido siempre titulares- y también hubiese querido sentar a Mateu, pero, como lamentó, no tenía recambio. Era un día para la reivindicación de nombres como Lombardo o para que piezas llamadas a marcar las diferencias como Pitta y Gaich diesen un paso. No lo hicieron.