La buena noticia del día en la SD Huesca este domingo la dejó Cheick Doukouré. El centrocampista, que continúa recuperándose de la rotura del ligamento en la rodilla izquierda que sufrió en febrero y de los sucesivos derrames que ha padecido en la articulación tras incorporarse a la disciplina altoaragonesa en el último día del mercado de verano, volvió a pisar el césped durante una sesión en la que se ejercitó en solitario y en la que probó a correr y tocar el balón.

El regreso del costamarfileño cedido por el Levante a la actividad competitiva se quiere llevar desde el club con prudencia para evitar recaídas, pero se espera que poco a poco vaya recuperando la forma y la confianza para acabar entrando en los planes de Míchel. No en vano, desde su llegada, el jugador, considerado un refuerzo importante, todavía no ha podido disputar ni un minuto.

Su ausencia ha dejado para la demarcación del mediocentro defensivo únicamente a Mosquera y a Seoane. Mientras que el primero solo se ha perdido hasta el momento la visita al Mirandés, por estar sancionado, y el cruce copero con la Cultural Leonesa del sábado, el segundo a penas ha contado con oportunidades y en el actual mercado de invierno podría salir cedido en busca de minutos.

A este respecto, junto a la búsqueda de un delantero centro, dentro de un frente en el que la llegada de Rafa Mir está encarrilada, el otro objetivo en el que se trabaja desde la dirección deportiva para reforzar el bloque es el de un centrocampista de características parejas a la de Doukouré, que, si todo va bien, podría reaparecer en febrero.

Doukouré se lesionó el 24 de febrero en un encuentro entre el Levante y el Real Madrid no volviendo ya a jugar durante el resto del ejercicio. Sin embargo, para cuando se incorporó a la SD Huesca ya venía trabajando con normalidad con los granotas. Posteriormente llegaron los problemas y se decidió que se sometiese a una artroscopia.