Akim Zedadka, lateral franco-argelino del Real Zaragoza, dijo adiós a la temporada y a su paso por el club zaragocista en la recta final del pasado partido ante el Racing de Ferrol. Una lesión muscular es la razón de su prematuro punto final a la campaña, a falta aún de dos partidos para la finalización de la liga. 

El defensor sufrió un pinchazo en el muslo derecho al ejecutar un lanzamiento a portería y se marchó cojeando ostensiblemente hacia el banquillo. La rotura muscular era algo cantado desde ese mismo primer diagnóstico visual sobre el césped de La Romareda. Fue sustituido por su compatriota Lecoeuche en los últimos minutos del segundo tiempo ante los gallegos. 

El parte médico oficial del club ha llegado a primera hora de la tarde de este miércoles, una vez se han diagnosticado las pruebas radiológicas a las que fue cometido Zedadka. El daño se trata de "una lesión a nivel del recto femoral de la pierna derecha", según relata es escueto comunicado del Real Zaragoza. 

Zedadka fue el fichaje postrero y sorprendente del director deportivo, Juan Carlos Cordero, en el final del mercado de enero. Llegó cedido del Lille de la Primera División de Francia, con credenciales de lateral derecho y sin haber jugado ni un solo minuto en toda la primera parte de la temporada 23-24 en curso. No se ajustaba su perfil a los tres o cuatro puestos preferentes donde el Real Zaragoza necesitaba reforzarse: la delantera (el gol), la línea de creación y el lateral izquierdo, especialmente. 

Aun así, Zedadka ha dispuesto de hasta 11 oportunidades de alinearse como zaragocista, 7 como titular, en las últimas como lateral izquierdo, a contrapie de sus características, forzado Víctor Fernández por las lesiones y ausencias de otros jugadores susceptibles de ocupar esa posición. Han sido 678 minutos de escaso y correcto valor en la figura de un jugador ya veterano, de 28 años, cuya aportación en un año horrible no va a pasar de los mínimos exigibles, sin más.