¿Cuál es el estado anímico y el ambiente en el vestuario del Real Zaragoza cuando, a falta de dos jornadas para el final de la liga, el equipo está al borde del descenso de categoría a Primera RFEF?

En la habitual (no fija) rueda de prensa de entresemana, el elegido para trasladar los mensajes relativos a las vivencias del equipo tras el 2-2 acontecido el domingo en La Romareda ante el Racing de Ferrol fue el delantero centro Sergi Enrich. El veterano ariete balear, de 33 años, fue el autor de empate postrero, ya en el minuto 93, que alivió lo que iba a ser una derrota con aroma letal para el zaragocismo. 

"En Segunda División, las ligas son de rachas y altibajos. Y el que sabe salir de esas fases positivamente es que está al final arriba. Nosotros tuvimos una racha muy buena al principio pero, tras perderla, a partir de ahí, nos costó mucho volver a ganar y llegamos a una situación que nadie esperábamos entonces", rememoró el de Menorca haciendo uso de su larga experiencia en la división. 

Tal vez, como ya pasó en años precedentes, el hecho de no asumir a tiempo el verdadero calado del problema clasificatorio ha llevado al actual Zaragoza a un punto muy extremo en sus riesgos por caer al escalón inferior, la Primera RFEF, fuera del profesionalismo. Enrich, a 22 de mayo, demasiado tarde, sí que dijo lo que hubiese sido más conveniente admitir hace dos meses. "Lo que nos sucede es una realidad: estamos luchando por no descender a falta de dos jornadas. Hay que apretar y apretar los dientes hasta el final para salir de esto", subrayó el futbolista.

El Real Zaragoza necesita dos puntos para cuadrar las matemáticas. Es decir, sendos empates en Santander y en el último partido en La Romareda contra el Albacete o, por supuesto, una victoria en cualquier de ellos, preferiblemente en el primero en Cantabria para evitar vértigos y carambolas perniciosas. Pero, asimismo, aun perdiendo en El Sardinero el domingo próximo, podría salir salvado si el Alcorcón, el Amorebieta y el Mirandés no vencen simultáneamente en sus tres compromisos. 

El mandato que está recibiendo la plantilla es la de tratar de hacer los deberes propios y dejarse de favores externos que puedan llegar caídos del cielo. Jugar a las loterías tiene mucho de fantasía y de espejismo en cualquier faceta en la vida. 

"Lo único que sé es que ganando nosotros nuestros partidos estamos salvados. No debemos mirar nada más. Hay que fijarnos solo en nosotros. Nadie nos va a regalar nada. El trabajo lo tenemos que hacer nosotros solos. Vamos a ver qué pasa. Estoy convencido de que vamos a hacer lo que debemos en estos dos partidos, empezando por el domingo en Santander ante el Racing", remarcó Sergi Enrich.