REAL ZARAGOZA

Cordero, 30 días para mejorar a un Real Zaragoza defectuoso

El director deportivo del Real Zaragoza se erige en el próximo mes en la clave para reconducir un mal año. Se inicia este martes día 2 un mercado de enero con capacidad económica para ejecutar varios fichajes de altura.

Raúl Sanllehí y Juan Carlos Cordero, el 9 de enero del año pasado, en la llegada del segundo.
Raúl Sanllehí y Juan Carlos Cordero, el 9 de enero del año pasado, en la llegada del segundo.
Francisco Jiménez

Se inicia este martes, 2 de enero, el periodo de fichajes y traspasos de invierno en la liga española. Un clásico desde finales del siglo XX, cuando se instauró esta ventana que permite a los equipos profesionales restaurar sus plantillas a mitad de curso. La persiana estará abierta hasta la medianoche del miércoles 31.

El Real Zaragoza va a ser sujeto activo en este parquet de bolsa futbolístico a lo largo de estos próximos 30 días. Anunciada está desde su cúpula de mando la intención –por necesidad– de mejorar las prestaciones de una plantilla que no ha funcionado según las expectativas generadas en verano, cuando se diseñó.

«Vamos a ver con Juan Carlos Cordero donde se pueden hacer mejorías en el equipo», dijo hace 20 días Jorge Mas, el presidente de la SAD, en su breve estancia en Zaragoza, cuando vino por última vez desde Miami (Estados Unidos) para dar vuelta por el negocio y presidir la junta general de accionistas, entre otros eventos.

A la vez, el director general, Raúl Sanllehí, apostilló las intenciones: «Estamos a expensas de lo que nos diga el área técnica y, en lo que pueda hacer falta, vamos a hacer un esfuerzo. La prioridad va a ser tener un equipo más competitivo», dijo el ejecutivo catalán, principal referente en la ciudad de la multipropiedad internacional que rige los destinos de la entidad hace año y medio. «A Julio Velázquez se le van a dar todas las armas para acabar la temporada como queremos. La prioridad es tener el equipo más potente», apostilló Sanllehí.

Así pues, por primera vez en los últimos 11 años en Segunda División, no se afronta el mercado invernal en el Real Zaragoza con sus dirigentes asidos a la falta de liquidez, a las enormes limitaciones financieras que han envuelto estos episodios desde los tiempos del hundimiento agapitista –en torno a 2012-13– con ese admitido cliché conformista en la década de mayor crisis general en el Real Zaragoza. De hecho, el propio Raúl Sanllehí, en la inauguración de la tienda del club en la calle Alfonso I antes de la Navidad, subrayó que «el mercado invernal lo podemos afrontar», en términos dinerarios.

Juan Carlos Cordero, la estrella polar

Como ya sucedió en verano, en el trimestre junio-julio-agosto cuando la plantilla del Real Zaragoza fue sometida a una mano profunda de reconstrucción y cirugía estética, el director deportivo, Juan Carlos Cordero, se convierte desde hoy en el foco de atención máxima del zaragocismo. De su trabajo, su arte, su olfato, su cintura, su puntería y su criterio futbolístico depende el éxito –o no– del crucial plan de rehabilitación del vestuario en este primer mes del año natural, 2024.

A Cordero, esta responsabiliad no le genera vértigos. Es veterano en sus labores. Conoce el percal en todos sus recovecos. Pero, a la vez, asume que tiene ante sí este mandato de hondura por parte de la propiedad como consecuencia de que su primer proyecto, el estival, no ha funcionado. El equipo es 14º en el ecuador de la liga y presenta diversos defectos con los que no se contaba en su construcción inicial. Hay demasiadas piezas que no han rendido acorde a lo pretendido.

Cordero está ya hace 12 días, los que lleva parada la liga, sintonizado en frecuencia única, de onda larga, tratando de sacar a varios jugadores del actual elenco y, simultáneamente, cerrar paso a paso los refuerzos perentorios que ha escrito en su libro de ruta.

Ha de encontrar acomodo al portero Poussin, francés que fue apuesta suya en julio y que, con sus yerros gruesos, atípicos y reiterados, ha originado tan graves perjuicios al proyecto que tiene imposible su recuperación para la causa. También el lateral derecho Marcos Luna, destarifado en los planes técnicos hace meses, pide con claridad una salida –cedido, probablemente– en busca de los minutos que aquí difícilmente podrá disfrutar, mucho más tras la eclosión de Borge. Podría valorar alguna oferta que patrocine la marcha de Bermejo, futbolista contestado desde la grada y que solo suma cuatro titularidades y 570 minutos a día de hoy, reflejo de su hundimiento tras cuatro años en el club.

En el listado de contrataciones básicas para subir el nivel de solvencia del actual Real Zaragoza, Cordero tiene remarcado con tinta roja el puesto de portero (al caso Poussin se suma la lesión delicada del veterano Cristian Álvarez y el techo bajo mostrado en los 10 partidos que ha tenido como oportunidad el tercer guardameta, Rebollo). También, a la par, el de delantero centro goleador. No ha salido bien la apuesta por Bakis, inédito de cara al gol y, desde hace dos meses, lesionado en una rodilla con muy mala pinta (no hay parte médico detallado por parte del club desde que se produjo el daño). Azón, tras el calvario de problemas físicos que arruinó su temporada pasada, volvió a entrar en el agujero negro de las patologías de rodilla hace mes y medio y lucha por volver a reaparecer, pero sin prisa. Y Sergi Enrich, otra pirueta de mercado de Cordero en verano para poblar la zona de los goleadores, es otro fiasco hasta ahora: no ha anotado un solo gol en 16 apariciones. O sea, que es necesario al menos un goleador fresco y certero, a nadie escapa.

También se requiere un centrocampista diferente a los que posee el plantel. Un tipo de características marcadamente físicas, alto, fuerte, con aportación defensiva y versatilidad en ataque, de área a área. Hasta ahora, Aguado, Grau y Moya se han manifestado como un trío de poca llegada al área rival, de escaso o nulo gol en sus pies, insuficientemente diferenciales en el proceso creativo del equipo. Cordero ha de hallar alguien con más brillos, más luces y más rentabilidad inmediata, mientras se aguarda el despertar de estos tres, o de alguno de ellos.

Un mercado raro e histórico

Sabe Cordero que este es un mercado invernal raro, histórico. La mitad de sus días, 15 de 30, los primeros, transcurrirán sin partido oficial para el Real Zaragoza. Un escenario ideal para poder fichar a alguno de los refuerzos pretendidos y que puedan llegar a debutar el día 15 en el campo del Eldense, cuando se reanude el torneo 26 días después de iniciarse el parón navideño el 20 de diciembre.

Esta vez, la faena del director deportivo, ese constante repiqueteo diario de los teléfonos en pos de cuajar las entradas y salidas diseñadas sobre el papel, va a tener menos ruido, menos obligaciones que repercutan en el día a día del equipo. Solo habrá tres partidos que atender y tener en cuenta desde el despacho de Cordero: el 15 en Elda, el 19 en casa con el Andorra y el último fin de semana (en torno al 27 y 28) en Alcorcón. En años precedentes, la primera quincena de enero traía en el programa otros tres partidos más. Este año, singularmente, no existen.

Desde el punto de vista de la dirección deportiva (la del Real Zaragoza y todas las demás de Segunda), este especial diseño de la competición puede acrecentar la tendencia a que muchos clubes lleven sus operaciones de mercado a la recta final, a la semana definitiva. Si no hay competición, no hay ‘efectos cuña’ que precipiten o aceleren decisiones. Es otro modo de ver el asunto.

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