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Real Zaragoza: esperanza fundada en un repunte en la segunda vuelta

En la última década en Segunda División, el equipo aragonés ha mejorado números y eficacia tras el ecuador de la liga en la mayor parte de los casos.

El último gol del Real Zaragoza en la primera vuelta. Maikel Mesa acaba de conectar el cabezazo que significó el pasado día 20 el 2-0 a favor de los aragoneses ante el Levante, marcador que acabó igualando 2-2 el rival granota. En la imagen se ve a Mollejo, el otro delantero ‘improvisado’ que con sus goles está manteniento vivo al equipo.
El último gol del Real Zaragoza en la primera vuelta. Maikel Mesa acaba de conectar el cabezazo que significó el pasado día 20 el 2-0 a favor de los aragoneses ante el Levante, marcador que acabó igualando 2-2 el rival granota. En la imagen se ve a Mollejo, el otro delantero ‘improvisado’ que con sus goles está manteniento vivo al equipo.
Guillermo Mestre

El Real Zaragoza despide el año 2023 y va a recibir el 2024 aparcado en boxes tras la conclusión de la primera vuelta de la liga. Todas las fechas navideñas va a pasarlas el equipo aragonés en el foso mecánico.

Ahí, en su recogimiento de la Ciudad Deportiva, está sometido a labores de reparación, ajustes, mejoras y revisión de rendimientos –individuales y colectivos– que puedan derivar, en los próximos cinco meses de competición que lo llevarán al 2 de junio (última jornada), hacia una mayor solvencia en la consecución de resultados positivos y puntos. Y, a través de ella, a la obtención de una clasificación mucho mejor que la lograda en el primer 50% del torneo.

Los últimos 11 años del Real Zaragoza tras la jornada 21

Porque este Real Zaragoza ha llegado al ecuador de su carrera en el puesto 14º. Una mala posición para un proyecto que, como es ineludible en esta plaza, ha de mirar el ascenso a Primera como objeto único. Jorge Mas, su presidente, dijo en su reciente visita que «quiere subir ayer», un modo imperativo que aclaró de inmediato al subrayar que ese ascenso «ha de llegar lo antes posible».

Los 28 puntos sumados en la mitad del recorrido solo le dan para ver la promoción de ascenso (el 6º lugar, que ocupa el Racing de Santander) a 5 puntos de distancia. Y el ascenso directo (el 2º lugar, ahora en poder del Racing de Ferrol), a tiro de 9 puntos. Solo ha sido mejor que ocho rivales de la división. Y peor que 13. Es la realidad. Una foto fija sin retoques.

Pese a que esta ubicación queda lejos de la ideal a estas alturas de la liga, hay motivos para la esperanza. Es legítimo considerarlos en cualquier apriorismo que se quiera hacer respecto de los 21 partidos que restan. En primer lugar, porque las distancias en la zona alta no se han hecho este año gigantes como en otros modelos de liga precedentes. La igualdad, la proximidad entre un bloque amplio de equipos, aún permite especular con una reacción positiva que dé réditos visibles a equipos rezagados como el Real Zaragoza. Y, en segunda instancia, porque la jurisprudencia de la última década –la que ya lleva vivida el equipo en la inhóspita categoría de plata– dice que la tendencia zaragocista en las segundas vueltas es a mejorar lo hecho en las primeras.

Siete años con repuntes

De los diez precedentes ya historiados desde que el Real Zaragoza pisó la Segunda División tras su último descenso, en siete el equipo aragonés hizo mejor segunda vuelta que la primera.

En cinco de esos siete casos, el repunte fue, felizmente, una conducta obligada en grado extremo por las circunstancias, pues el estado de las cosas a estas alturas del intermedio de la liga auguraba problemas serios para mantener la categoría y el riesgo de descenso a Segunda B (luego, Primera RFEF) fue muy real.

Así aconteció el año pasado, cuando el recién llegado Fran Escribá, que acababa de sustituir al catatónico Carcedo, miró la segunda vuelta desde el puesto 16º, con solo 25 puntos, a 4 del descenso. El año anterior, Juan Ignacio Martínez ‘Jim’, en la liga del récord de empates, reunió 26 puntos para sobrevivir en el 15º escalón a mitad del camino, 6 por encima del descenso (igual que ahora se halla el equipo de Julio Velázquez).

Aún fue peor lo vivido hace tres campañas, en la 20-21. En este parcial, el Real Zaragoza que había recogido cadáver Jim en la peor y más grave de las vicisitudes conocidas en esta etapa (tras los horribles tramos de dirección de Baraja e Iván Martínez), era 17º, solo tenía 20 puntos, cifra que marcaba precisamente el descenso.

Y dos años antes, en la 18-19, Víctor Fernández ya había tenido que venir asimismo a un rescate suicida, heredando un Zaragoza K.O. tras la tutela de Idiakez y Alcaraz. En el cambio de vuelta, aquel equipo era 16º, con 22 puntos, solo con uno de ventaja sobre el ras letal del abismo.

En este cuarteto de temporadas con apuros superlativos, la segunda vuelta fue balsámica, con rendimientos en positivo. Escribá, el año pasado, pasó del 16º puesto al 13º final. Hace dos, Jim mejoró del 15º al 10º. Hace tres temporadas, el propio Jim llevó al equipo del 17º al 15º lugar en el mayor milagro de la historia, por su formato de marcadores y trayectoria. Y hace cinco cursos, Víctor Fernández logró algo parecido, aupando levemente a un equipo muy deficiente del 16º al 15º puesto definitivo.

¿Cuál es el quinto caso de salida del atolladero a través de un mejorado equipo tras el ecuador liguero? El más sorprendente por el radical cambio experimentado: el que protagonizó, en el torneo 17-18, Natxo González como técnico.

Su primera vuelta fue catastrófica: 24 puntos, en la 17ª posición. A estas alturas, aquel Zaragoza estaba a 3 puntos del descenso... a 10 de la promoción de ascenso. Se temía por la supervivencia. No se miraba arriba. Pero, en un repente sin igual, el segundo tramo de la liga fue inverso por completo y el equipo acabó 3º y jugó por el ascenso (cayó en la promoción ante el Numancia).

Este es un paradigma anómalo por ser una conducta extrema en positivo la aquel Zaragoza, que pasó de los 24 puntos del intermedio a los 71 finales (sumó 47 en la segunda parte del torneo, ritmo de campeón). Pero dejó claro que siempre es posible creer, incluso en un medioambiente tan enrarecido como era aquel.

Las otras dos mejorías fueron en años buenos. En la liga 19-20, Víctor Fernández pasó de ser 5º con 33 puntos en el inicio de enero a acabar 3º con 65. Se perdió la promoción con el Elche. Y en la 14-15, Ranko Popovic (sustituto de Víctor Muñoz) evolucionó desde el 7º puesto y los 31 puntos de la primera vuelta al 6º, con 61, que valieron la promoción perdida ‘in extremis’ en Las Palmas.

Solo dos empeoramientos

Solo en dos de los 10 años precedentes el Real Zaragoza empeoró resultados en la segunda vuelta respecto de la primera. En el restante, los igualó.

En el estreno en Segunda, en la 13-14, con Paco Herrera al frente, el equipo acabó 4º la primera vuelta, a un punto del ascenso directo. Remató el año 14º con Víctor Muñoz al mando. Y en la 16-17, la de Milla-Agné-Láinez en el banquillo, se pasó del 13º lugar al 15º final. La que acabó igual que llegó al intermedio fue la 15-16, con el Zaragoza (de Popovic y Carreras) 8º en cada estación.

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