REAL ZARAGOZA

Caramelo copero envenenado para el Real Zaragoza ante el Atzeneta

El equipo aragonés visita al modesto rival, de la Tercera RFEF de Valencia, a las 20.00 en Onteniente. La primera eliminatoria, a partido único, es un arma de doble filo para que Escribá lime o no la crisis.

El Real Zaragoza se ejercitó este miércoles en el campo 1 de sus instalaciones de la carretera de Valencia, de hierba sintética, para acercarse lo más posible a las sensaciones del bote del balón (distinto al de la liga) que tendrán hoy en El Clariano de Onteniente.
El Real Zaragoza se ejercitó este miércoles en el campo 1 de sus instalaciones de la carretera de Valencia, de hierba sintética, para acercarse lo más posible a las sensaciones del bote del balón (distinto al de la liga) que tendrán hoy en El Clariano de Onteniente.
José Vidal

Comienza este jueves la Copa de Rey 23-24 para el Real Zaragoza. Lo hace en Onteniente (Valencia), en campo neutral, el de El Clariano, ante el Atzeneta Unió Esportiva, rival de Tercera RFEF cuyo terreno de juego, El Regit, quedó descartado desde el primer día por no cumplir con los mínimos exigibles por la Real Federación Española de Fútbol para recibir a un adversario profesional. La cita será a las 20.00 en un estadio que fue durante décadas feudo de Segunda B e, incluso, a principios de los 70 del siglo pasado, de Segunda División. Hoy es un remozado estadio de césped artificial, como tantos cientos, miles, en toda España. Es el neofútbol de rango inferior sometido a las modernidades.

El Real Zaragoza llega a este prefacio de la Copa en medio de la confusión interna que genera su anormal y deficiente racha de los últimos ocho partidos, donde solo ha sumado 6 de los 24 puntos dirimidos. Fran Escribá y sus muchachos sobreviven gracias al impecable inicio de temporada, con aquellos cinco triunfos concatenados en las primeras cinco jornadas del liga (15 de 15, traducido a puntuación), que ya han quedado devaluados por completo en su valor verdadero. Si por su vigente racha adversa fuera, el volcán, en vez de emitir solo gases y alguna fumarola, expulsaría lava a mares, muy incandescente.

Escribá sabe que este es un caramelo envenenado en mitad de la semana. Una eliminatoria a partido único en la que todo lo que no sea ganar es un fracaso. Bien lo conoce el técnico valenciano, que el año pasado se estrenó por estas fechas en su cargo con un fiasco estrepitoso, cayendo 1-0 en la similar eliminatoria del debut copero ante el Diocesano de Cáceres, equipo de colegio que ese día tuvo que irse a Arroyo de la Luz, localidad próxima a la capital cacereña, pues el campo de su centro educativo no daba la talla para acoger a los zaragocistas. Viene aprendido, por lo tanto, el apurado preparador del Real Zaragoza al que, eso sí, no le entra en la cabeza que puedan existir críticas o dudas serias sobre su situación. Curioso.

Como cada año en este episodio de la temporada ante un contrincante de tanta distancia en el escalafón de divisiones, el Real Zaragoza sabe que se trata de vencer o, de lo contrario, llegará un bofetón sonoro con similares apelativos. Es el problema de jugar obligado por las circunstancias. Lo suyo es que los de Escribá ganen y, si todo es normal, incluso con holgura. Cualquier otro desenlace se marchará por los terrenos de la anomalía.

No hay excusas cuando un equipo como el de Escribá se enfrenta al que es 3º del grupo valenciano de Tercera División, hoy llamada de la RFEF. Da igual que el campo sea inhóspito, de césped artificial, que se vaya a jugar con un balón distinto que el de La Liga, dicen que algo más pesado. Por todo esto, este tipo de caramelos contienen una dosis peligrosa de veneno en su interior. Advertidos están todos. Y aprendidos deberían llegar al día de hoy.

Escribá, los cambios y el talante

Fran Escribá necesita este partido como base de impulso hacia la superficie de la normalidad, toda vez que acumula un bimestre de escasa rentabilidad y de evidentes dificultades en su juego y su puesta en escena semana a semana en la liga de Segunda División. Para ello, el técnico anunció ayer lo ya sabido de antemano por todo el mundo: habrá revolución en la alineación. Esta vez con mayor justificación que en las anteriores conductas similares del preparador de Valencia en los duelos ligueros. La Copa y ante un rival tan dispar al zaragocista, siempre admite remodelaciones de hondura.

Poussin será el portero. De hecho, Rebollo, el tercer guardameta de la plantilla convertido de repente en el primero, por la lesión de Cristian Álvarez y la destarifación del francés por su mala praxis en las breves apariciones recientes, se quedó ayer en tierra, reservado para el lunes ante el Oviedo en liga.

Maikel Mesa fue baja de última hora antes de partir el autobús, al sentir unas molestias musculares. Algo semejante a lo que ha sacado del carril a Moya, contracturado en el calentamiento de Burgos hace 72 horas. Francho, por su parte, pasará de los dos meses de baja al no llegar a tiempo de ser citado para este duelo copero, como se calculó en su día. No está aún redondo el canterano de su seria dolencia en un muslo, ocurrida el 10 de septiembre.

Es una noche para los Luna, Sergi Enrich, Mouriño, Lluís López, Bermejo, el canterano Vaquero... Mucho de experimental. Con ello, debería ser suficiente para ser mejores que un equipo de tres niveles más abajo en el escalafón.

El Atzeneta es 3º en la tabla de su grupo de Tercera. De sus jugadores y estructura poco puede extraerse como noticiable a priori. El técnico, Bernardo Ballester, fue jugador en su momento de Fran Escribá en el filial del Valencia, el Mestalla. Es el nexo de unión actual de dos mundos tan dispares y lejanos como son los modestos miembros del club de la Albaida y el histórico Real Zaragoza.

Escribá avisa de que no hay excusas para fallar en este caso tan especial. Recuerda el ridículo del año pasado en Cáceres y trata de mentalizar a los suyos para que no se repita aquel accidente y todo quede en una anécdota positiva.

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