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Jaime Mata emerge como fichaje posible para el Real Zaragoza en el rol de '9' veterano

El ariete del Getafe, que en octubre cumplirá 34 años, fue internacional español hace 3 años en plena eclosión goleadora en campañas excelentes en Girona, Valladolid (fue pichichi de Segunda con 33 tantos) y el club madrileño.

Jorge Mata, a la izda. celebrando un gol con el Getafe; y a la derecha en su debut con la selección de España ante Noruega en marzo de 2019.
Jorge Mata, a la izda. celebrando un gol con el Getafe; y a la derecha en su debut con la selección de España ante Noruega en marzo de 2019.
Getafe CF/J. M. Twitter

Jaime Mata, uno de los 'nueves' de moda del fútbol español en los últimos ocho años, está entre las posibilidades surgidas de última hora en el mercado como posible fichaje del Real Zaragoza, que tiene como objetivo primordial la contratación de un '9' veterano y con galones que dote a su vanguardia de peso específico, gol e intimidación, algo de lo que ha carecido por completo en las dos últimas campañas de tantos sufrimientos en la clasificación. El punta madrileño (Tres Cantos, octubre de 1988) va a dejar su club de las últimas cuatro temporadas, el Getafe CF, después de atravesar un largo periodo de recuperación de una latosa lesión de pubis que, tras meses mermándolo seriamente en su rendimiento, terminó en el quirófano el pasado mes de abril (también fue intervenido de un hombro).

Ahí está la clave de que esta singular maniobra pueda quedar, si todo sale bien, a mano de las economías de equipos de Segunda División y, en concreto, del Real Zaragoza. Mata ya no tiene sitio en el Getafe, donde fue dupla sobresaliente con otro legendario delantero aún en activo cumplidos los 40: Jorge Molina. Y después de dos temporadas a la baja en minutos jugados y, sobre todo, en eficacia goleadora (valor que ha sido siempre su credencial infalible para ascender desde el Lleida de Segunda B, pasando por Segunda en Gerona y Valladolid, hasta el Getafe europeo de Primera y la propia selección absoluta de España), Mata es consciente de que el devenir de los delanteros de su perfil lo va a reubicar de nuevo en la división de plata por sus condicionantes (lo de irse al extranjero, en su caso, parece ser que no lo contempla). 

En unos primeros escarceos llevados a cabo por los ejecutivos zaragocistas y el entorno de Mata, las opciones de que haya coincidencia de intereses se dan. El futbolista se ve en condiciones de recuperar su estatus de anotador empedernido en un equipo importante de Segunda en el que pueda tener minutos y responsabilidad (algo que en Primera ya no va a ser posible), al estilo de Rubén Castro o Yuri en estas últimas temporadas. Y el Real Zaragoza sigue siendo una plaza que enamora en este sentido a jugadores como Mata, mucho más con el nuevo proyecto que nace este curso. 

La clave, a estas alturas de la segunda semana de agosto, es el dinero. Como siempre. Mata es sabedor de que su futuro inmediato ha de contemplar una rebaja ostensible en sus emolumentos de los últimos años. Y el Real Zaragoza conoce que, pese a ese retroceso salarial que aguarda al ariete madrileño allá donde vaya, su nómina será del rango más alto de los que rigen ahora mismo en el reparto de futbolistas de la entidad aragonesa. El esfuerzo se puede acabar valorando como bueno, que merezca la pena. 

Para que todo esto pueda ser viable, Raúl Sanllehí, el director general del Real Zaragoza, está, ya sí, en la obligación urgente de deshacerse de contratos caros del actual plantel, esos que coartan hoy en día poder cerrar cualquier negociación de un nuevo fichaje que pueda consumarse en pocas horas. Los números del tope salarial blanquillo están en las lindes de estar sobrepasados. Necesitan esclarecer el balance financiero, abrir espacio importante para nuevas entradas

Piezas como Petrovic, Larrazabal y Narváez, a los que se les sugirió al inicio de verano que buscasen otro acomodo fuera del Real Zaragoza, son las piedras angulares de lo que falta por fichar. Entre los tres absorben en torno a un millón de euros del presupuesto de salarios del equipo.

Mata sería un fichaje con tintes de lujo, al estilo de Kagawa o, en su día, el de Toquero. Obviamente, con la apetencia de los dirigentes de que todo saliese mucho mejor que con los citados, por no recordar otros llamativos refuerzos en esta década sin fin en Segunda División que, pese a su renombre y condición de internacionales, terminaron no siéndolo, casos de Samaras, José Enrique, Barkero, Luis García e, incluso, el zaragozano Cani.

Por ahora, se trata de una simple aproximación. Un tanteo con chispazos enamoradizos. Pero, como el verano de fichajes está ya encarando su recta final, ya no queda cintura para demasiadas demoras ni alargamientos de este tipo de negociaciones. Si ha de ser, será pronto. Y, si no, también se romperá el idilio en breves minutos. En este caso (como en cualquier otro que emprenda en serio el Real Zaragoza para reforzar su delantera u otras posiciones pendientes), es imprescindible tener siempre en cuenta, mientras no se halle solución, que antes que ir de compras es necesario despejar las presiones de caja con varias bajas en la actual plantilla. Condición sine qua non. 

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