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El ambiente de alivio y calma envuelve por fin el trabajo del Real Zaragoza

Después de muchos meses de tensión, caras largas, honda preocupación y sensaciones de híper responsabilidad, los futbolistas y técnicos blanquillos se entrenan con un talante de sosiego que agradecen.

La plantilla del Real Zaragoza, con buen talante, en la Ciudad Deportiva.
La plantilla del Real Zaragoza, con buen talante, en la Ciudad Deportiva.
Francisco Jiménez

Se palpa de un solo golpe de vista que la plantilla del Real Zaragoza se ha liberado en apenas 15 días de un peso de muchas toneladas en su mente. El ambiente de trabajo, en este lunes 7 de marzo, destilaba alivio, sosiego y calma por todos los poros de la piel de los futbolistas, técnicos y auxiliares blanquillos. Nada que ver con los rostros cruzados de tantas y tantas semanas atrás. Los tres triunfos seguidos ante Las Palmas, Sporting -en Gijón- y, sobre todo, el del viernes pasado ante el gigante Almería han supuesto un vagón inmenso de oxígeno puro para la sangre y los cerebros de todos los protagonistas del equipo, que se vieron en un laberinto de difícil salida tras caer en Leganés hace nada y enlazar 8 partidos seguidos sin catar un triunfo, cayendo de nuevo -como en la primera vuelta ya les ocurrió- a la zona de peligro en la clasificación en puertas de la recta final de la liga. 

Se han liberado. Han roto amarras con el caos que empezaba a aturdirlos. La dinámica negativa ha sido volteada de forma radical y, de repente, han desaparecido de cuajo la tensión, las caras largas, la honda preocupación y las sensaciones de híper responsabilidad en el vestuario y sus alrededores. El fútbol tiene estos vaivenes, estos cambios de humor y de comportamientos, según vengan los resultados, las críticas, las presiones y el envoltorio natural de un deporte de masas como es este.

Y todos lo agradecen. Juan Ignacio Martínez 'Jim', el entrenador-psicólogo, el primero. Los jugadores, a la par. Han tenido que lidiar situaciones extremas en las últimas semanas en medio de una burbuja que no ayudaba. El equipo se despeñaba y ello contribuyó a que la afición, muy cansada de estos 9 años en Segunda División y de ir perdiendo el olor a la élite progresivamente (hay una generación, los más jóvenes, que ni lo han conocido), iniciara una serie de protestas en el estadio y sus afueras que adornó los partidos clave de circunstancias que aumentaban los grilletes en las mentes de muchos futbolistas, nada acostumbrados a este modelo de equipo grande venido a menos, con una masa de seguidores de muchos miles, con una exigencia natural día a día que hace de Zaragoza una plaza singular en Segunda, en la que muchos no están capacitados para rendir al cien por cien. Sabido es ya desde años precedentes este agobio que anula la voluntad de algunos sobre el césped.

Este lunes algo ha cambiado en la Ciudad Deportiva. Y los protagonistas del equipo lo celebran mentalmente y lo harán, seguramente, en lo sucesivo durante los partidos. Ya no aprieta el cuello de la camiseta, ni pesa tanto el escudo en el pectoral izquierdo. 

A expensas de la Real Sociedad B, el peligro de descenso se ha diluido

La jornada 30 concluirá en la noche de este lunes con el partido Real Sociedad B-Sporting de Gijón en Anoeta. De este marcador depende que el Real Zaragoza haya abierto una brecha enorme, de 13 puntos, con los puestos de descenso que hace dos semanas estaban rozándole los talones. Así será si los jóvenes donostiarras pierden ante los asturianos, pues ni el Amorebieta ni el Fuenlabrada puntuaron el domingo. Si el resultado es otro, la distancia se recortará a 12 o a 10, en virtud de que haya una igualada o un triunfo vasco. En cualquier caso, un trecho ya considerable cuando solo faltan 14 jornadas para el final del campeonato liguero. 

Se mira hacia atrás por inercia, por costumbre. Porque el objetivo, lejos de la 'pomada' de la promoción de ascenso que propugnó Miguel Torrecilla -el director deportivo- en verano y repicó en enero (con solidaridad grupal de Jim), hace días que quedó establecido de veras en salvar el pellejo y seguir un año más, el décimo, en Segunda a la espera de mejores y nuevos tiempos en lo societario, algo que la propiedad tiene en marcha desde hace infinidad de meses, como se viene informando en HERALDO DE ARAGÓN.

Lo de colegir que esa 'pomada' queda a 7 puntos de distancia a fecha de hoy es tan obvio como, por el momento, secundario. Hay hasta 7 equipos por delante del Real Zaragoza que, estando fuera del sexteto de privilegio que encabezan la clasificación, tienen más cerca ese objetivo. Para que las opciones de llegar al final de la liga en esa 'pomada torrecillana' fuesen reales el equipo zaragocista tendría que bordar una serie de victorias enlazadas que, además, se combinasen con infinidad de derrotas de esos 7 compañeros de la amplia media tabla que ahora tienen ligera ventaja, unos más y otros menos. 

Nadie quiere dar una sensación de bipolaridad y se prefiere disfrutar de lo informado al inicio de esta pieza: la calma y el alivio impregnan cada ejercicio de los entrenamientos. Que no es poco después de las histerias y vértigos vividos recientemente. Así que, por ahora, Jim ha instado a los suyos a vivir con agrado el fútbol, a tratar de cogerle el tranquillo a eso tan difícil que es jugar en Segunda en Zaragoza por tantas cuestiones históricas y de idiosincrasia de la plaza. Esa es la misión en lo sucesivo mientras se van aclarando las cosas en la tabla. 

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