Cuarenta y dos puntos de 57 posibles; 16 jornadas de las 19 disputadas en puestos de ascenso directo; siete victorias y dos empates en casa… No es fácil pescar esta temporada en el Mediterráneo almeriense, pero el desplazamiento le llega al Real Zaragoza en un momento que invita al optimismo.

La expedición, el equipo que viene de ganar al Eibar con una exhibición de fútbol colectivo, viaja este viernes a tierras andaluzas –en AVE hasta Málaga y en autocar hasta el hotel de concentración en Almería– con la maleta cargada de ilusión. Una victoria catapultaría a los de Jim hacia la zona noble de la tabla. Dispararía las aspiraciones de un bloque que, si algo ha demostrado, es su capacidad para competir sea cual sea el rival.

A Jim se le dan bien los oponentes con empaque. No es nada nuevo. El preparador alicantino se siente cómodo cediendo el protagonismo. Sabe esperar su momento. Pero esa espera, en Almería, este sábado (18.15) admitirá menos concesiones que frente a cualquier otro equipo.

Los franjirrojos presentan el mejor ataque (34 goles a favor, a una media de 1,8 por encuentro) y la mejor defensa (13 en contra) de Segunda. Joan Francesc ‘Rubi’ ha construido un bloque temible en ambas áreas, que cabalga con paso firme hacia el ascenso.

El Almería ya es matemáticamente campeón de invierno. A falta de dos jornadas para la conclusión de la primera vuelta de la competición, el cuadro andaluz suma 42 puntos y aventaja en siete al segundo clasificado, la Ponferradina.

Hay que remontarse a la campaña 2013-14, cuando el Elche le sacaba ocho puntos al Girona (45 por 37), para encontrar un líder tan solvente como el actual Almería, que, a pesar de haber empatado los dos últimos encuentros (Huesca y Fuenlabrada), no ofrece ninguna sensación de debilidad.

Rubi maneja una plantilla amplia y compensada en todas las líneas del campo. Fernando Martínez, Chumi y Babic lideran la retaguardia; los Samu, De la Hoz o Portillo combinan trabajo y calidad en el centro del campo; y en la delantera, Sadiq es el delantero que necesita cualquier aspirante al ascenso.

Mañana, la pareja Jair-Francés asumirá el reto de frenar al atacante nigeriano. La fortaleza defensiva es una de las principales armas de un Real Zaragoza que en su día ya secó a otros de los grandes delanteros del campeonato, como Stoichkov (Eibar), Borja Bastón (Oviedo) o Djurdjevic (Sporting de Gijón).

Para ello, más allá de los duelos individuales, será imprescindible que surta efecto la presión alta que el cuadro aragonés viene practicando. Tanto Juan Ignacio Martínez como Joan Francesc ‘Rubi’ coincidieron ayer en este aspecto. Jim adelantó que el Zaragoza irá «a buscar al rival como siempre hace» y su competidor reconoció que a lo largo de la semana ha incidido en el juego vertical, en el modo de conseguir que el cuadro aragonés se vea obligado a recular.

«El Zaragoza solo ha encajado más de un gol tres veces esta temporada y es un equipo muy dinámico. Hay que tratar de encerrarlos entrando por dentro», completó ayer Rubi en la rueda de prensa previa al encuentro, recordando, además, que el bloque zaragocista «solo ha perdido un partido de los últimos 16».