Real Zaragoza-Oviedo: una tarde para reencontrarse

El Real Zaragoza recibe este sábado (18.15, La Romareda) al Oviedo con la necesidad de sumar su primera victoria en casa.

"Un partido lo cambia todo". Lo asegura Juan Ignacio Martínez y puede corroborarlo cualquier otro avezado en el mundo del fútbol, pero las jornadas pasan y el Real Zaragoza no despega. El triunfo en Alcorcón es un islote en mitad de un océano titubeante. Antes, el equipo encajó dos derrotas y un empate a pesar del buen juego. Después vinieron otras tres igualadas con sensaciones variadas, aunque casi siempre motivadas por la falta de eficacia hacia la portería contraria. El fútbol es un estado de ánimo supeditado a los goles. Los goles, dependiendo de la red que besan, generan confianza o dudas. Y en esas está el vestuario de Jim, en la necesidad de que una racha de victorias consolide las intenciones.

Ganar este sábado (18.15) al Oviedo en La Romareda podría ser el principio del comienzo. Un comienzo que Jim viene anunciando desde hace semanas y no llega. Un comienzo que, alcanzada la octava jornada de liga, no puede tardar. El Zaragoza arrancó la jornada con siete puntos y en decimoctava posición. La victoria lo lanzaría a la zona media y la derrota lo devolvería a la parte baja. Las urgencias clasificatorias existen, aunque Jim no quiere oír hablar de alarmas. El alicantino es inflexible en su discurso. Sigue reiterando que la victoria es consecuencia del buen juego, pero no debe obviar el raciocinio invertido: el buen juego también es consecuencia de la victoria porque, cuando no llega, la inseguridad aflora.

Se pudo comprobar en el duelo del pasado domingo en Lugo. Por momentos, el Zaragoza ofreció la versión más desconcertante de la temporada. No solo por la transformación del once -en cierto modo obligada por las lesiones- que propuso Jim. También los jugadores se mostraron más confusos a la hora de plasmar un planteamiento que, más allá de los nombres, no distó mucho de los anteriores encuentros.

Este sábado tampoco se espera una propuesta distinta, pero sí que haya una nueva mutación de los encargados de ejecutarla. Principalmente, en las dos áreas, en las zonas en las que se deciden los partidos y el Zaragoza sufre para ser el equipo dominante que Jim persigue.

Ante el Oviedo, que suma cinco partidos sin perder, dispone del plantel al completo. En defensa, Gámez y Chavarría están aptos para ocupar los laterales, por lo que lo lógico es que Francés regrese al eje de la zaga acompañado de Jair. En ataque, Narváez es quien ya ha superado sus molestias lumbares y recuperará el puesto; ese puesto ubicado en la izquierda de forma engañosa.

Partiendo desde la izquierda, el colombiano es el jugador que más veces dispara a puerta de la categoría. A su facilidad para generar espacios, hay que añadir la labor de quienes le acompañan en la vanguardia. Álvaro y Azón -hoy compiten por la titularidad- fijan a los centrales; la versatilidad de Mesa es un incordio para cualquier rival; y Eguaras da luz al último pase.

El fútbol del navarro es una de las obsesiones del entrenador que hoy se enfrenta al Zaragoza. Ziganda ha ensayado distintos esquemas con los que ahogar la salida de balón del Zaragoza. El preparador del Oviedo, que cuenta con las bajas de Cornud, Luismi y Obeng no descarta cambiar de sistema, algo que dependerá del sustituto del africano. Si el escogido para acompañar a Bastón es Pombo, el cuadro carballón presentará un ataque exzaragocista.

Es una tarde para reencontrarse. Con Pombo y Bastón. Con los goles y la victoria. Con una Romareda repleta, que nos devuelve al fútbol de antaño.

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