El SOS lanzado por Víctor Fernández, reclamando "ayuda" de un más allá puramente futbolístico, resume la trascendencia del duelo de este domingo (18.30) ante Las Palmas. La necesidad de reaccionar reincide semana tras semana en el Real Zaragoza, pero la crisis de identidad del equipo, magnificada en los tres últimos partidos, preocupa incluso más que los malos resultados. El bloque se muestra desbordado e inseguro. Nadie lo identifica con lo que fue en el arranque de liga. Ni en juego ni en estructura, pues las persistentes bajas imposibilitan alinear un once titular tipo. Y así, Víctor Fernández se ha visto obligado a variar continuamente su esquema sin dar con la solución acertada.

Frente a Las Palmas, el técnico aragonés deberá componer una defensa inédita. Con Simone Grippo sancionado y Pichu Atienza aquejado de un esguince en la rodilla que lo mantendrá apartado de los terrenos de juego durante más de un mes, Clemente y Guitián se postulan como pareja de centrales. La duda es si estarán acompañados atrás por Lasure y Raúl Guti, o si este último volverá al centro del campo tras el regreso de Delmás al lateral derecho. 

Hacia arriba, los contratiempos persisten. Álex Blanco, con molestias musculares derivadas de una sobrecarga, y Shinji Kagawa, que no ha superado los dolores lumbares que arrastró durante la semana, se cayeron a última hora de una lista de convocados de circunstancias en la que tampoco figuran Raphael Dwamena –baja indefinida por afección cardiaca–, Alberto Zapater –recientemente operado en Londres de la rodilla– y Vigaray, que volverá a ser de la partida la próxima semana.

Así, la inclusión del jugador del Deportivo Aragón Ahmed Belhadji fue la principal novedad de la citación, compuesta por Cristian Álvarez, Álvaro Ratón, Daniel Lasure, Federiko Bikoro, Alberto Guitián, Miguel Linares, Jorge Pombo, Alberto Soro, Javi Ros, James Igbekeme, Raúl Guti, Iñigo Eguaras, Giorgi Papunashvili, Julián Delmás, Luis Suárez, Enrique Clemente, Carlos Nieto y el mencionado extremo derecho de origen argelino. 

Al conjunto blanquillo le urge romper la dinámica negativa (tres derrotas consecutivas y tan solo 6 puntos sumados de los últimos 24 posibles) que lo ha apartado de los puestos punteros en los que se había instalado en el inicio de la competición. Un triunfo devolvería la confianza y posibilitaría la reconciliación con una afición que en las últimas semanas no se identifica con los mismos jugadores que ilusionaron en verano. El final de este ocaso otoñal, tan recurrente a orillas del Ebro, pasa por doblegar a un equipo que cada vez que pisa La Romareda evoca a aquella final que dejó al Real Zaragoza a siete minutos del ascenso.

El rival, también mermado

Si el Zaragoza llega lastrado por las numerosas bajas y con una galopante crisis de juego, Las Palmas no anda mucho mejor. Pepe Mel, cuestionado tras las últimas derrotas ante Cádiz y Fuenlabrada, afronta el choque sin Araujo, Rubén Castro, Benito, Drolé, Mantovani, Lemos, Rubén Fernández, Dani, Rapaic y Pedri, que se encuentra disputando el Mundial Sub-17 con España.

El principal peligro canario será Jonathan Viera. El mediapunta isleño, cedido por el Beijing Guoan chino hasta el mes de enero, es el jugador más efectivo de Segunda División a balón parado (suma tres goles) y la principal baza ofensiva de un conjunto que suma 18 puntos, uno menos que el Real Zaragoza.