Regreso a la fiable Romareda

Después de dos salidas, el Real Zaragoza recibe este sábado a un Lugo a la baja. En el 2018, los aragoneses han vencido 11 de sus 14 encuentros de liga en casa.

Alberto Zapater, en el centro, trata de cortar un pase de Medina sobre Gual en el entrenamiento de este miércoles en la Ciudad Deportiva.
Alberto Zapater, en el centro, trata de cortar un pase de Medina sobre Gual en el entrenamiento de este miércoles en la Ciudad Deportiva.
Toni Galán

Superadas las salidas a Oviedo y Almería, el Real Zaragoza regresa este sábado a La Romareda. El conjunto que dirige Imanol Idiakez volverá a su casa, a su estadio, el lugar en el que fortificó el curso pasado su gran reacción de la segunda vuelta y en el que ha mantenido un notable nivel de fiabilidad en el arranque de temporada -dos victorias y un empate-.

Después de varios años en los que el Zaragoza no ha estado a la altura de La Romareda, en los que los puntos se fugaban del estadio con peligrosa naturalidad, el equipo aragonés está volviendo a honrar en el presente 2018 la historia de su campo. En este sentido, los números hablan por sí mismos: el Real Zaragoza ha disputado 14 encuentros de liga en su estadio durante el 2018 y ha sumado 11 victorias. Un registro sobresaliente y esperanzador, que evidencia un tremendo cambio de tendencia con respecto a los años precedentes. En casa apenas ha empatado dos partidos -el curso pasado ante el Barcelona B y este frente a Las Palmas- y solo ha perdido uno, frente al sorprendente Sevilla Atlético a finales del mes de marzo.

Además, hace una semana superó con solvencia la ronda copera frente al Deportivo de La Coruña de Natxo González. El único, evidente y grave lunar de este año en casa es la eliminación en la vuelta de la promoción de ascenso a Primera frente al Numancia. Una mancha que no debería ensuciar la trayectoria global del Zaragoza en su estadio, donde ha conseguido, además, generar una comunión primordial con el aficionado.

Los recibimientos al autobús, el himno a capela, el clásico bufandeo, la masiva afluencia de público, el número de abonados, el color blanquillo de las gradas... la propia atmósfera de La Romareda se ha convertido durante el 2018 en un elemento básico, fundamental, para que el Real Zaragoza afronte con mayores garantías su objetivo de pelear por el ascenso a Primera División. La Romareda, como ha hecho siempre, vuelve a sumar puntos de tres en tres. Y la plantilla y el cuerpo técnico son conscientes del valor único y diferencial que tienen en su estadio. "Estamos emocionados con el comportamiento de la afición", señalaba Imanol Idiakez tras empatar contra Las Palmas hace quince días. "El zaragocismo se merece un premio y vamos a luchar en cada partido por que este año lo tenga. La energía de La Romareda es algo fantástico", reconocía en un mensaje que han repetido sus futbolistas siempre que se les ha cuestionado por el asunto.

En ese contexto alcista, de ola positiva, el Zaragoza recibirá este sábado a un Lugo que ha arrancado con dudas el campeonato, con apenas una victoria (3-2 al Numancia), un empate (1-1 en Granada) y tres derrotas (1-2 con el Málaga, 1-0 en su visita al Rayo Majadahonda y 0-2 ante el Oviedo). El sábado, los gallegos deberían seguir alimentando la fiabilidad zaragocista de La Romareda. Lo contrario supondría un frenazo inesperado en la naciente temporada.

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