El Real Zaragoza desmonta el retrovisor de la caravana

Hasta hace 3 jornadas, los de Natxo vivían a solo 2 puntos del descenso. Pero sus tres victorias seguidas, a la vez que la Leonesa perdía sus tres partidos, han alejado el riesgo a 11. El problema ya no lo es.

Los jugadores del Real Zaragoza celebran uno de sus goles ganadores el pasado domingo frente al Oviedo.
Los jugadores del Real Zaragoza celebran uno de sus goles ganadores el pasado domingo frente al Oviedo.
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¿Cuál ha sido la conjunción de elementos que ha llevado al Real Zaragoza del borde del abismo letal de la cola de la clasificación a una posición alejada del riesgo de descenso, que tanto preocupó durante meses hasta enero? ¿En qué ha consistido esta carambola maravillosa en tan solo 15 días?

El acelerón del Real Zaragoza tiene una clara y rotunda explicación: mientras el equipo de Natxo González ha ganado, en cadena, sus tres últimos partidos, el equipo que marca la catástrofe, el cuarto por la cola que es la Cultural Leonesa desde hace 4 jornadas, perdía simultáneamente sus tres compromisos ligueros. Por eso, a través de esta combinación perfecta, la mejor, la impecable para los intereses blanquillos al regreso del feo día de Alcorcón, la que hubiera escrito en un guión cualquier zaragocista a partir de la vuelta de Madrid el 4 de febrero, se ha cumplido con total exactitud. Mejor era imposible que sucedieran los acontecimientos.

En aquel momento de dudas mayores, a la conclusión de la jornada 25ª, el Real Zaragoza acabó con 31 puntos, por los 29 que tenía el rival leonés, el primero que pisaba las arenas movedizas en el cuarteto de cola (había caído ahí porque el Barcelona B, inquilino de la temida 19ª plaza durante muchas semanas, había empezado su despertar). Una distancia mínima y, en conciencia, muy preocupante porque el caminar torpe y renqueante de los zaragocistas venía desde mucho tiempo atrás.

Ahora, tras la finalización de la jornada 28ª, con el paso únicamente de 15 días entre una fecha y otra, el Real Zaragoza se ha ido a los 40 merced a su pleno de victorias y la Leonesa se ha quedado anclada en sus escasos 29, que no han sido modificados por su fatal serie de tres derrotas concatenadas. En este factor está la clave de la escapada zaragocista del vagón del infierno.

Mientras el Real Zaragoza ganaba 2-0 al Lugo, 0-2 en Tarragona y 2-1 al Oviedo, la Cultural Leonesa perdía 1-0 en Huesca, 2-3 en su campo ante el Rayo Vallecano y, este último fin de semana, 2-1 en Almería. Un golpe séxtuple perfecto de los de Natxo, con los tres marcadores que estaban en su mano solucionados de forma redonda y, en el retruque, favorecidos porque el rival referencial para marcar distancias con el punto de huida hizo todo lo que era necesario para que la rentabilidad de esta trilogía de choques ligueros fuera del cien por cien, impecable.

Así que, después de circular por la liga desde finales de octubre, cuando el equipo blanquillo empezó a entrar en bache y ya no enlazó dinámica buena alguna, mirando siempre al retrovisor porque los hitos a tener en cuenta, por su cercanía, eran cada semana mucho más los de la cola que los de la cabeza de la clasificación, en este final de febrero, Natxo González y la plantilla, todo el zaragocismo con ellos, ya puede plantar sus ojos con firmeza en el frente de la carretera porque es delante donde está el objetivo principal: la promoción de ascenso queda a solo 4 puntos, la marca el Numancia con 44, y es justamente el equipo soriano el adversario del próximo duelo en Los Pajaritos, este sábado venidero a las 16.00.

Después de cuatro meses dejándose los ojos todo el zaragocismo en los espejos laterales y en el de encima del salpicadero, intentando meter un acelerón que no llegaba para perder de vista a los hostigantes perseguidores de la zona caliente, lo que impedía prestar atención por delante a los alejados predecesores, este parece un buen momento para ir desmontando los retrovisores de la caravana. Esos gigantes que se añaden al normal que trae el coche de fábrica con un mecanismo extensible y que aumentan el campo de visibilidad en la panorámica trasera. Lo normal es que al Real Zaragoza ya no le hagan falta de aquí a junio. Ahora, lo importante debería ser tener la luna delantera bien limpia cada 7 días, con una buena óptica, con temple al volante y agilidad con el cambio de velocidades. Mucho embrage y poco freno requiere el largo esprint que ha iniciado el Real Zaragoza en este punto de la temporada y que, para bordar la reacción perfecta, deberá tener continuidad y sostenimiento durante unas cuantas semanas más.

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