baloncesto

Real Madrid-Casademont Zaragoza: una última adversidad para iniciar el curso

El equipo aragonés sube el telón a la Liga Endesa este domingo (12.30) en la pista del Real Madrid, reciente campeón de la Supercopa de España.

Mark Smith, junto a Emir Sulejmanovic, sonríe durante un entrenamiento de esta semana en el Príncipe Felipe.
Mark Smith, junto a Emir Sulejmanovic, sonríe durante un entrenamiento de esta semana en el Príncipe Felipe.
Guillermo Mestre

A pesar de no haber iniciado oficialmente la nueva temporada, el Casademont Zaragoza ya ha sufrido en las últimas semanas un importante reguero de infortunios. Este domingo, después de demostrar una más que notable capacidad de reacción en el mercado, el conjunto aragonés sube el telón al nuevo curso 2023-24 en la Liga Endesa. Y lo hace en una de esas pistas que, por innumerables motivos, supone una adversidad imposible de sortear en el calendario. A partir de las 12.30, la plantilla de Porfirio Fisac visita el WiZink Center para rendir visita al reciente campeón de la Supercopa de España, el Real Madrid.

Por la enorme dificultad que entraña el reto y, sobre todo, por ser el encuentro inaugural, el Casademont Zaragoza viaja a Madrid con la maleta libre de cualquier presión. Ni mental ni clasificatoria. Caer en la pista del Real Madrid es una de esas cábalas que todos los equipos tienen registradas en su hoja de ruta antes del primer choque. Sin embargo, la mente de los jugadores guarda un pequeño rincón para soñar con protagonizar el que sería uno de los grandes campanazos de la temporada.

De hecho, el conjunto aragonés no ha ganado nunca en la pista del Real Madrid. Ni siquiera el curso pasado, cuando visitó el WiZink Center con el conjunto blanco inmerso en una intensa e inolvidable (por distintos motivos) eliminatoria de Euroliga contra el Partizán de Belgrado. Entonces, el equipo de Fisac remó y remó para abrirse un pequeño hueco en la historia, pero acabó doblando la rodilla (93-86), después de acariciar durante varios minutos el triunfo.

En nada se parece aquel partido al que ambos conjuntos disputan este domingo en la capital de España. El Casademont no solo se presenta con un bloque altamente renovado, sino que el Real Madrid, lejos de tener la cabeza en otro sitio, llega después de conquistar el pasado fin de semana el primer título oficial de la temporada.

Emegano, única baja

Porfirio Fisac tiene a casi toda la plantilla disponible para el choque. El preparador segoviano cuenta con una única ausencia, la del escolta Obi Emegano, que todavía estará fuera del grupo durante dos semanas aproximadamente.

A pesar de disponer de un alto número de efectivos, la realidad es que el Casademont llega al partido sin que varios de sus jugadores más importantes hayan podido acumular una amplia carga de minutos durante la pretemporada. El llamado a ser base titular, Trae Bell-Haynes, fue presentado el pasado jueves, después de conquistar el tercer puesto del Mundial con Canadá.

La estrella del equipo, Jahlil Okafor, todavía no ha jugado ni un segundo con sus nuevos compañeros, después de varias semanas entrenando entre algodones. El pívot estadounidense, flamante número 3 del draft de la NBA en 2015, arrastra una lesión del tendón de Aquiles que sufrió hace ocho meses, lo que le obliga a trabajar permanentemente con un extraordinario cuidado.

Se espera que ambos, tanto Bell-Haynes como Okafor, puedan disputar este domingo sus primeros minutos con el Casademont Zaragoza. Igual que el resto de incorporaciones: Miguel González, Dejan Kravic, Mark Smith, Emir Sulejmanovic, Thomasz Gielo y Andrea Cinciarini. Estos dos últimos, el ala-pívot polaco y el veterano base italiano, se han sumado al proyecto sobre la bocina, como medida de urgencia ante la imprevisible baja de Simanic (extirpado de un riñón) y la inesperada fuga de Jovic (traspasado al Valencia Basket tras su sobresaliente Mundial con Serbia). En este escenario de máxima adversidad, el Casademont de Fisac busca sus primeras buenas sensaciones del curso. Conseguir la primera victoria de la historia en Madrid se atisba más complicada que nunca.

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