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Victoria sobre la bocina del Casademont Zaragoza en su debut en la Champions

El conjunto aragonés se ha impuesto por 85-86 al Start Lublin polaco en un mal partido que ha decidido Dj Seeley en el último lanzamiento. 

Foto del partido Start Lublin-Casademont Zaragoza
Foto del partido Start Lublin-Casademont Zaragoza
championsleague.basketball/

Presumiblemente era un partido asequible, propicio para que el Casademont Zaragoza se estrenase con victoria en esta nueva edición de la Champions, pero el guión solo se cumplió durante el primer cuarto y un breve tramo del primero. A partir de ahí, hacia el descanso y durante el grueso de la segunda mitad, la clarividencia en el juego de los de Ocampo se apagó, favoreciendo la reacción de un Start Lublin que no supo culminar su superioridad. Tras un brillante tercer acto (24-12 de parcial), a los polacos les entró el reconocido miedo a ganar. No supieron gestionar su ventaja en el desenlace de un encuentro que se resolvió con un canastón de Seeley sobre la bocina que no debe tapar las carencias del Casademont. 

Con el nuevo formato de la competición –fase inicial de seis partidos en la que se clasifican los dos primeros– no hay margen para las concesiones. Lo importante era ganar, sumar en el debut, pero solo la aparición en el encuentro fue rescatable. El Casademont Zaragoza empezó el partido con fluidez en el juego, y de esa rapidez en el movimiento del balón surgieron las cuatro primeras acciones (dos canastas de Benzing y otras tantas de Brussino, una de ellas desde el 6,75) que establecieron la primera ventaja considerable (3-9) en el marcador. 

A los polacos les costaba encontrar el aro, solo sumaban desde la línea de tiro libre, pero esta faceta les valía para mantenerse en el encuentro sin brillantez. Sí la puso Dylan Ennis con un triple desde su casa cuando todavía no se había cumplido el minuto cinco de juego, para colocar el 8-14 en el luminoso. También el recién incorporado Luka Rupnik, que ofreció minutos de juego sobresalientes. El nuevo base estuvo intenso en la presión, robando varios balones, y en la dirección de juego, hilvanando ataques elaborados que permitieron al Casademont seguir ampliando diferencias hasta una máxima de +13 (10-23) a falta de dos minutos para el final del acto inaugural. 

El Start Lublin seguía encontrando dificultades para anotar. Vivían de acciones aisladas y de las pérdidas de concentración de los hombres de Diego Ocampo. Principalmente, de aquellos jugadores talentosos (Ennis, Seeley...) que en un partido de ida y vuelta, de transiciones rápidas, asumen riesgos que pueden romper el partido o apretarlo, como ocurrió antes del primer respiro (16-25).

Ya en el segundo acto, la tónica fue similar. El Casademont mantuvo la velocidad en la circulación; encontró acciones interiores que tuvieron a Thompson como principal valor; pero no sacó rendimiento de los tiros cómodos que generó hacia el exterior.

Fruto de esos errores en el triple (con Benzing como máximo exponente, con 0 de 8 en intentos en el cómputo global del encuentro), el equipo local consiguió recortar distancias. A falta de cinco para el descanso, el marcador reflejaba un 27-35 que ensalzaba a Szymanski y Dziemba como los principales activos ofensivos del Start Lublin.

Vuelve Rupnik

Ocampo decidió sentar a San Miguel para volver a darle minutos al debutante Rupnik en busca de la reacción que no llegaba. Los despistes en defensa, las pérdidas de balón y el desacierto en el tiro, que empezó a ser inquietante, metieron de lleno a los locales en el partido.

El equipo aragonés había perdido la lucidez en la circulación. Se nutría de las individualidades de Thompson o Brussino, autores de 13 puntos respectivamente antes de enfilar el camino a los vestuarios con un resultado de 38-44. Hacia la segunda parte, el Casademont necesitaba repartir el protagonismo anotador. Solo seis hombres habían visto canasta, pero tres de ellos (Ennis, Rupnik y Seeley) estaban con cinco puntos o menos. Los polacos, por su parte, únicamente tenían a dos jugadores inéditos en ataque (Gospodarek y Pelczar) y la aportación creció en la segunda mitad. 

Los polacos se vienen arriba

El inicio del tercer cuarto fue un intercambio de golpes que favoreció al Lublin. Los locales salieron con una marcha más y siguieron reduciendo las diferencias. Laksa, su principal estrella, hacía y deshacía a su antojo, mientras los actores secundarios (Dorsey-Walker y Medford dieron un paso al frente) se limitaban a explotar sus virtudes. Y así, sin grandes alardes pero con intensidad en ambos lados de la cancha, lograron su primera ventaja en el marcador (52-51) a falta de poco más de cinco minutos para el final del tercer parcial. 

El partido que inicialmente parecía atascado para el Casademont ahora pintaba muy mal, en parte por la relajación y en parte por un desacierto en el lanzamiento exterior (4 de 21 en triples en ese momento del encuentro) que contribuyó a que el repunte se agrandase antes de entrar en el último cuarto (62-58).

El parcial definitivo exigía una reacción concienzuda, pero la escasez de ideas empezó a resolverse con cinco puntos consecutivos de Ennis, en destellos sueltos que no aparentaban poder frenar un Start Lublin que se sentía cómodo en el intercambio de golpes. Blandos en la pintura y desajustados en la defensa zonal, los aragoneses propiciaron su mayor desventaja en el partido (73-66) a falta de de seis minutos para la conclusión. 

Las alarmas se encendieron en el Casademont. Los nervios, también. Cada ataque era un martirio, con decisiones precipitadas. Los polacos eran ahora quienes manejaban el partido, al tiempo que los de Ocampo buscaban reactivarse sin argumentos sólidos, a base de acciones aisladas como las que Rupnik y Brussino protagonizaron a falta de poco más de dos minutos para el desenlace –dos fantásticos triples– que comprimieron el marcador (79-74).

El escenario había cambiado. El Casademont seguía vivo y al Start Lublin le entró el reconocido miedo a ganar. El aro se hizo pequeño para los polacos y el cuadro zaragozano encontró un nuevo triple de Barreiro para igualar el partido (79-79) con un minuto y medio por delante. Las dudas habían cambiado, otra vez, de bando. Las individualidades iban a marcar el desenlace. Y en ese intercambio de golpes decisivo volvió a aparecer Laksa (previo error de Brussino en el tiro libre) para convertir otro lanzamiento de tres, que fue correspondido por otra canasta de Lester Medford hasta colocar el electrónico en 84-80.

Seeley decide sobre la bocina

Restaban 20 segundos para el final y el Casademont necesitaba un milagro. Seeley se jugó un triple que no entró y seguidamente, Rupnik fue objeto de una falta más allá del 6,75 que le valió para sumar esos tres puntos vitales. 84-83 y apenas 12 segundos por delante. El Casademont apostó por hacer falta rápida y Laczynski se dejó un punto crucial en la línea del tiro libre. Rupnik condujo desde la línea de fondo a campo contrario, para abrir un balón a Seeley que este convirtió en oro. Triple sobre la bocina para una victoria (85-86) con apenas diez minutos rescatables. La introducción fue el arquetipo y el desenlace, un juego de azar que ayer tuvo final feliz

Ficha técnica:

85 - Pszczólka Start Lublin (16+22+24+23): Laczynski (8), Laksa (17), Borowski (7), Dorsey-Walker (10), Szymanski (5) -cinco inicial- Jeszke (3), Dziemba (9), Medford (10), Sharma (10), Moore (6) y Pelczar (-).

86 - Casademont Zaragoza (25+19+14+28): San Miguel (-), Ennis (17), Brussino (21), Benzing (12), Hlinason (-) -cinco inicial- Barreiro (6), Seeley (6), Jaime Fernández (-), Thompson (13) y Rupnik (11).

Árbitros: Jasevicius (Lituania), Kalpakas (Suecia) y Sahin (Italia). Excluyeron por personales a Sharma (m.38) y Brussino (m.40).

Incidencias: primer partido del grupo D de la Liga de Campeones disputado en el Globus Arena de Lublin (Polonia) a puerta cerrada

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