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James Igbekeme, la esperanza de Baraja
El técnico recupera al centrocampista nigeriano tras su oleada de lesiones y apunta a tener minutos en Butarque en el partido de este jueves contra el Leganés.
Rubén Baraja confirmó este miércoles el regreso de James Igbekeme a las convocatorias del Real Zaragoza, casi cuatro meses después de su última comparecencia en las filas del equipo aragonés. No es una novedad cualquiera. El centrocampista nigeriano representa la esperanza principal del entrenador zaragocista en sus planes de composición del centro del campo. Por su perfil de futbolista dinámico, intenso y territorial; es la pieza de la plantilla que más se acerca al traspasado Guti, ausencia que ha roto el equilibrio natural con el que se desenvolvió el doble pivote del Real Zaragoza durante la pasada temporada con Eguaras al timón. Ese encaje se ha desvanecido. La pasada temporada, la mejor versión del equipo se observó con el navarro a los mandos, asistido, completado y aliviado por la extensión espacial de Guti y el equilibrio de James escorado al sector izquierdo.
Sobre ese mapa, ha concebido Baraja su Real Zaragoza del 4-4-2, con James Igbekeme siempre presente en una de las dos posiciones potenciales: o como acompañante de Eguaras en el doble pivote o como interior tirado hacia la izquierda en funciones defensivas. Hasta ahora, el principal problema del equipo aragonés en la creación y elaboración del juego radica en la excesiva rigidez de su línea central.
Apenas hay soluciones escalonadas por delante de Eguaras (esa ausencia de sistema condena al creador navarro), no se ocupan espacios intermedios, no hay vida interior, ni se solapan las alturas en las diferentes líneas (Javi Ros está lejos de ofrecer lo que se le pide a un ‘8’ tanto en precisión y conducción con balón como en posición). Todo esto ata de pies y manos el funcionamiento ofensivo. James Igbekeme, además de proporcionar recursos defensivos y potenciar en el equilibrio sin la pelota, también se espera que contribuya en esa mejora ofensiva, dadas sus condiciones y virtudes: ritmo, conducción, superación de líneas, atracción de rivales, protección de la pelota, verticalidad…
Pero, para ello, el nigeriano precisa un tono físico y unas prestaciones atléticas a la altura. La falta de continuidad viene devorando su fútbol en el último año, con casi una decena de contratiempos musculares de diferente naturaleza y localización. Su última dolencia, una microrrotura en el recto anterior de la pierna derecha, ya se anuncia recuperada, como los severos problemas inguinales que le obligaron a parar en julio, en la recta final del campeonato, y a dosificar su participación desde febrero para evitarle el paso por el quirófano.
Rubén Baraja planea darle en Leganés, este jueves, los primeros minutos para comenzar su progresión hacia la titularidad, a la que le abrirá la puerta tan pronto como pueda. El reto es devolverle la versión de su primera temporada y recuperar el James Igbekeme cuyo traspaso al Granada paralizó Víctor Fernández en agosto de 2019.
Si el Zaragoza, tras vender a Guti, no acudió al mercado en busca de un perfil aproximado al todoterreno aragonés fue por la presencia de James Igbekeme. Ahora queda la duda de cuál será la respuesta física del nigeriano y cuánto tiempo necesitará para poner su motorcillo a pleno rendimiento. Baraja, en el doble pivote, le observa capacidades muy similares a las que explotó en el Tenerife en la figura de Luis Milla: un jugador dinámico, de alto ritmo, capaz de iniciar las jugadas en campo propio y acelerarlas en campo rival…
En Leganés, un puñado de minutos esperan a James, en el banquillo de un equipo que tendrá varias novedades nominales: Jair Amador y Pep Chavarría en la defensa; Sergio Bermejo en la segunda línea; Vuckic en la delantera y posiblemente Buyla en el centro del campo apuntan a ser las cinco novedades del once del Real Zaragoza en Butarque.
