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Un campo de fútbol sin acabar para el club más antiguo de Aragón
El UD Casetas se fundó en 1922, el mismo año que nació la Federación Aragonesa de Fútbol.
Es el club de fútbol más antiguo de Aragón y lo habitual es que sus jugadores tengan que irse a casa sin duchar después de los partidos porque no hay vestuarios suficientes o que una persona tenga que hacer guardia junto al cuadro eléctrico porque la luz se dispara de forma repentina.
El UD Casetas, fundado en 1922, el mismo año que nació la Federación Aragonesa de Fútbol, lleva desde 2019 esperando que el Ayuntamiento finalice un proyecto de renovación de sus instalaciones que nunca llega. El campo actual se inauguró aquel año con carencias y a falta de servicios para el público, como aseos o un bar en condiciones.
Pero como se podía jugar, los 19 equipos, que implican a alrededor de 300 chicos y chicas, desarrollan en estas instalaciones sus entrenamientos y competiciones en prácticamente todas las categorías de liga. Uno de los principales inconvenientes con los que se encuentran los jugadores es que solo hay dos vestuarios, por lo que cuando se está disputando un partido, los que llegan para jugar el siguiente encuentro no tienen donde cambiarse de ropa. “Los locales suelen usar el cuarto del fisio o el del árbitro para que el visitante tenga vestuario”, indica Cecilio García, presidente del UD Casetas y padre de uno de los jugadores del club.
Hasta hace apenas unas semanas, los cortes de luz eran frecuentes en el campo. Tanto que, durante los partidos, una persona tenía que quedarse de guardia para volver a poner en marcha el sistema cuando se producía un apagón. “El problema es que todavía tenemos el suministro eléctrico a través de la instalación del campo viejo, que se hizo en el año 75. Así, solo podíamos encender 3 ó 4 focos y aún así se disparaba la luz”, explica Cecilio García. Ahora, parece que este problema se ha resuelto, tras la intervención de técnicos del Ayuntamiento. Además, se está en conversaciones con Endesa para que se aumente la potencia contratada y terminar así con este inconveniente.
En cualquier caso, la directiva del UD Casetas sigue reclamando que falta mucho por hacer en un campo que fue reformado a medias hace tres años. “El proyecto de la segunda fase que está redactado y pendiente de ejecutar incluye derribar la parte de la instalación antigua que está deteriorada y obsoleta y construir un edificio nuevo con bar, oficinas y los cuatro vestuarios que faltan”, explica el presidente. En la nueva instalación también se incluyen aseos de acceso público, ya que los dos únicos baños que hay ahora en el campo están dentro de los vestuarios, por lo que, en principio, solo los jugadores podrían usarlos.
Este es el panorama con el que se encuentran todos los fines de semana decenas de jugadores de fútbol de todas las edades llegados de localidades de todo Aragón. De los equipos del UD Casetas, dos juegan en categoría Regional y todas las categorías están dobladas. De benjamines y alevines hay tres equipos y también juegan veteranos, así como los deportistas de la escuela, que no compiten pero sí entrenan en estas precarias instalaciones. “El problema es que en lo que a servicios se refiere no tenemos nada. El aseo de la zona vieja va a un vertido ilegal, por lo que está cerrado y el bar antiguo lo usamos por tener un mínimo pero es una construcción de hace muchos años”.
El actual campo de fútbol del UD Casetas es de hierba natural y pertenece al Ayuntamiento de Zaragoza desde la temporada 2007-2008. El club tiene la cesión de uso y sus obligaciones son llevar el mantenimiento y la limpieza de las instalaciones. “Algo que, en este caso de precariedad, resulta más costoso de lo que sería si el campo estuviera en condiciones”, apunta García
El origen de este espacio se remonta a 1975, cuando se habilitó el campo antiguo en una zona de balsa que pertenecía a un sindicato de riego local. Muchos años después, en 2017, se pone en marcha el proyecto de renovación del complejo, construyendo el campo de hierba natural actual, anexo al antiguo. Pero aquella obra, inaugurada en 2019, se quedó a medias e incluso lo que se hizo está ya deteriorado, como el vallado metálico. “Se supone que con unas ayudas de la Diputación Provincial de Zaragoza de 2021 se iba a haber hecho algo. De la partida total asignada a Casetas, 400.000 euros se iban a destinar a estas mejoras pero al final no se ha hecho nada”, dice el presidente.
Por su parte, desde la concejalía de Deportes del Ayuntamiento de Zaragoza reconocen ser “conscientes de la necesidad de ejecutar la segunda fase de este campo nuevo, que se construyó en 2019 con una inversión muy importante”. Al mismo tiempo, recuerdan que en los últimos cuatro años se han invertido 11,7 millones de euros en equipamientos deportivos en los distritos y barrios rurales de la ciudad, entre ellos, las piscinas municipales de Casetas.
