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La afición del Real Zaragoza opina sobre la nueva Romareda: "Habrá más visibilidad y será accesible"
Las peñas piden conocer antes de la campaña de abonos cómo se organizará a los socios y si será necesario un plan B.
"Cada vez le estamos cogiendo más el gustillo al diseño". Con buenos ojos, y sobre todo esperanzados, mira la afición del Real Zaragoza al proyecto de la nueva Romareda, que ha presentado este lunes el arquitecto César Azcárate, concretando más alguno de los detalles que ya se conocían y arrojando luz sobre otros nuevos. El presidente de la Federación de Peñas, Pablo Palomar, destaca entre las bondades del futuro estadio la ampliación del aforo (superará los 43.000 asientos para cumplir con las exigencias de la FIFA) y el incremento de la visibilidad, que permitirá seguir el partido incluso fuera de la zona de las gradas.
Valora el aumento del número máximo de espectadores pensando sobre todo en la evolución del equipo, ya que si se consigue el deseado ascenso a Primera División "se va a disparar la demanda". También prevé un mayor volumen de aficionados animado por las comodidades del nuevo equipamiento. "Es uno de los puntos más conflictivos porque teníamos dudas de si se iba a quedar corto para una posible evolución futura", manifiesta Palomar.
Otro aspecto especialmente positivo, según apunta, son los cambios en la estructura interna del estadio, que lo dotarán de una mayor funcionalidad y visibilidad. "Estamos acostumbrados a que los servicios, como el baño o el bar, estén escondidos debajo, pero con el nuevo diseño estarán en un bulevar abierto hacia el campo", indica. Eso permitirá que "la interacción del público con el campo" aumente, ya que será posible seguir el partido prácticamente desde cualquier punto.
Igualmente, se ha diseñado un estadio accesible que permitirá acabar con uno de los grandes problemas que tiene ahora La Romareda. Se eliminarán las barreras arquitectónicas para que las personas con movilidad reducida tengan mucha más facilidad a la hora de desplazarse por cualquier zona y se incluirán además ascensores. Actualmente sí que hay un acceso pero, según lamenta Palomar, "es un poco incómodo", por lo que este cambio será "muy bueno de cara a que todos los espectadores puedan disfrutar del campo en su interior".
Mientras duren las obras
Pero antes de poder disfrutar de todas estas mejoras, la afición aguarda con "incertidumbre" al inicio de las obras, previsto para la semana del 8 de julio. Mientras duren los trabajos, el objetivo es, según ha anunciado este lunes en la presentación la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, garantizar la asistencia de entre 20.000 y 21.000 espectadores, aunque seguirá estando sobre la mesa el plan B -todavía por determinar- por si finalmente fuera necesario jugar algún partido fuera.
Desde la Federación de Peñas explican que, en cualquier caso, aún se debe concretar cómo se organizarán los accesos, ya que el número de socios alcanza actualmente los 29.000. Habrá que ver si se opta por hacer rotaciones o si se decide otro tipo de sistema, por ejemplo, primar la antigüedad. Sea como sea, está claro que "no va a contentar a todo el mundo", pero piden que el sistema elegido pueda conocerse antes de que comience la campaña de abonos, ya que es "una información fundamental de cara a renovar".
Si finalmente hubiera que jugar fuera, la solución es más complicada y los aficionados no se decantan por una u otra. Todo tiene su lado bueno y malo. La construcción, por ejemplo, de un estadio provisional sería lo más cómodo para los espectadores pero conllevaría un gran gasto que habría que ver quién asume. Desplazarse hasta otra ciudad sería "un engorro" y sería difícil encontrar además un estadio acorde en cuanto a distancia y número de asientos, el que más se acerca a ambas cosas es el de Logroño, pero tampoco allí cabrían todos los abonados.
Con todo, Palomar destaca que la construcción de la nueva Romareda es muy necesaria y añade que deberá ir acompañada de una buena gestión, que permita aprovechar un equipamiento de semejantes características no solo para el fútbol, sino para muchas otras actividades.
Desde la Federación Aragonesa de Fútbol manifiestan igualmente su apoyo a la construcción de un estadio "acorde con la quinta ciudad de España", que además, añaden, permitirá que la ciudad "tenga muchas posibilidades como sede para albergar el Mundial 2030".
