Arquitectura sostenible

De Zaragoza a la Antártida para crear edificios móviles para bases militares

El proyecto Life Zero Energy Mod tiene como objetivo crear un módulo que se pueda mover y que reduzca las emisiones de carbono. Se ha probado en la Base de San Jorge y en climas extremos.

El módulo habitable móvil instalado en la Base de San Jorge, en Zaragoza.
El módulo habitable móvil instalado en la Base de San Jorge, en Zaragoza.
HA

Hacer bases militares sin emisiones, completamente móviles y habitables es una posibilidad que está cada vez más cerca de llegar. Y todo gracias a un proyecto empezado en Aragón y que tiene la huella de la Comunidad. La iniciativa Life Zero Energy Mod echó a andar hace ya seis años con las primeras pruebas para crear un módulo móvil habitable -como si fuera una 'mini' casa- que soporte temperaturas extremas, que reduzca las emisiones de CO2, y que pueda transportarse con facilidad. Ahora, este espacio está probándose en la Base de San Jorge, en Zaragoza, para posteriormente viajar hasta la Antártida.

Esta iniciativa 100% aragonesa forma parte del proyecto 'Life +', un instrumento de financiación de la Unión Europea para el medio ambiente y la acción climática. Lo lleva a cabo un consorcio formado por la Fundación para el Desarrollo de las Nuevas Tecnologías en Aragón (FHA), la empresa de equipos móviles de campaña Arpa, el Centro Universitario de la Defensa de Zaragoza, y el estudio de arquitectura eficiente B+Haus.

"El objetivo es diseñar un prototipo de un módulo habitacional destinado a albergar personas, donde puedan trabajar o dormir. Para que puedan tener usos flexibles, que fuera fácilmente desmontable y trasportable", explica Roberto Higuero, arquitecto técnico socio del estudio de arquitectura B+Haus Arquitectura Eficiente. El principal requisito, además, es que este espacio tuviera un alto nivel de eficiencia energética. Para ello, a estas 'mini' casas se les ha colocado un 'abrigo'. "Tenemos unos 50 centímetros de aislamiento en la fachada y en el suelo y en el techo. Son espacios pequeños y necesitan mucho aislamiento para soportar las temperaturas extremas", dice Higuero.

Todo ello, con la finalidad de hacer un espacio habitable para las bases militares, para que puedan reducir al máximo sus emisiones de CO2 y, además, para que puedan ser autosuficientes a través de energías renovables. "Hemos trabajado junto con la Fundación de Hidrógeno para crear un sistema de generación, almacenaje e hidrógeno que luego se utiliza para su consumo", detalla este arquitecto, gracias a un innovador sistema.

El prototipo de módulo móvil habitable construido en la base de San Jorge, en Zaragoza.
El prototipo de módulo móvil habitable construido en la base de San Jorge, en Zaragoza.
HA
Un plano de uno de los módulos habitables móviles.
Un plano de uno de los módulos habitables móviles.
Life Zero Energy Mod

Además, para conseguir ese aislamiento térmico se hace uso del certificado Passivhaus, un tipo de construcción o de casa en la que se utilizan los recursos de la arquitectura bioclimática combinados con una eficiencia energética muy superior a la construcción tradicional.

La primera piedra de esta iniciativa se colocó en 2017, aunque el proyecto como tal comenzó en 2020 y se prevé que termine más allá de 2025. Actualmente, este módulo habitable y móvil se encuentra en el regimiento de San Jorge, en Zaragoza. "Está en fase de pruebas para verano e invierno, para ser testeado en climas cálidos y fríos como los de la capital aragonesa", desarrolla Higuero. Está en proceso de monitorización.

Guerra de Ucrania

En el proyecto estaba previsto, además, hacer pruebas en el campo base de Adazi, en Letonia, un espacio con un clima continental, con inviernos muy fríos y veranos muy calurosos. No obstante, la guerra en Ucrania hizo que se tuviera que cambiar la localización, debido a la proximidad con este país. "A finales de verano, este módulo se desmontará y se llevará a otro emplazamiento de clima de frío extremo. Finalmente, en 2025, se trasladará hasta la base Gabriel de Castilla, en la Antártida, para ser probado en un clima extremo", detalla este arquitecto. El equipo se quedará allí instalado definitivamente.

La empresa ARPA Equipos Móviles, sita en La Muela, ha sido la encargada de construir estos espacios portátiles. "Esperamos conseguir un modelo habitacional de contenedor que se pueda hacer replicable. A través de una patente industrial podamos tener los derechos de explotación y poder ofrecer este tipo de producto a sus clientes", afirma Roberto Higuero. Actualmente tiene un fin militar, pero en un futuro estos contenedores móviles podrían ser alcanzables para todo el mundo.

El prototipo de módulo móvil habitable construido en la base de San Jorge, en Zaragoza.
El prototipo de módulo móvil habitable construido en la base de San Jorge, en Zaragoza.
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Estas 'mini' casas pueden hacer de las bases militares un lugar más confortable para las tropas, que deben pasar muchos días en lugares con temperaturas casi extremas, pero también necesitan desplazarse. Además, según los cálculos del consorcio, se reduciría en un 85% el consumo de energía por módulo, así como el consumo de diésel al año, la emisión de CO2, y aumentar el consumo al año de energías renovables.

¿Cómo son estos edificios móviles?

Una semana. Ese es el tiempo que tarda en montarse uno de estos edificios móviles. Son contenedores marítimos de 20 pies, que cumplen con la estandarización de la OTAN y del ejército. "Vienen a ser 56,7 m2 superficie útil", manifiesta este arquitecto de B+Haus, quien añade que se trata de una planta totalmente cuadrada, ya que se entrelazan varios de estos espacios. Así, se dispone de dormitorios, dos baños con lavabos y ducha y unos pasillos. En el centro, un vacío, y la sala del hidrógeno que le permite el autoconsumo se encuentra separada.

Al tener un fin militar, debe reunir características únicas. Por ejemplo, además de ser fácilmente transportable por camiones estandarizados del ejército, su fachada está recubierta de una "piel" que es un "panel sándwich" que termina en una chapa de acero inoxidable. "Esto hace que la base militar sea más difícil de detectar para los drones que llevan cámara, ya que la chapa refleja y no podrían ver el calor que se genera dentro de las salas", explica Higuero. Además, en este tipo de localizaciones se levantan fuertes rachas de viento, de hasta 180 km/h, y disparan piedras que bien podrían ser proyectiles, por lo que las estructuras deben de resistir todo esto. "La idea es ir mejorando el modelo", asegura.

El germen del proyecto lo puso el estudio de arquitectura aragonés B+Haus. Ahora, esta iniciativa, que está "gustando mucho" entre los evaluadores de Life +, encara una fase importante. ¿Qué depara al futuro, entonces, de las casas modulares?

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