Cuenta atrás para las obras de la nueva Romareda: los plazos y las incertidumbres

Tras la aprobación de los pliegos de condiciones de la construcción y explotación del campo de fútbol, el proyecto debe seguir quemando etapas.

El campo de fútbol de La Romareda, en un partido celebrado en 2018.
El campo de fútbol de La Romareda, en un partido celebrado en 2018.
Archivo Heraldo

Con los pliegos de condiciones del concurso público que va a regir la operación Romareda ya sobre la mesa, el proyecto de nuevo estadio sigue quemando etapas. La más próxima es conocer la valoración del Real Zaragoza, que ha manifestado en varias ocasiones su deseo de explotar el estadio. ¿Lo hará?

La previsión del Ayuntamiento de Zaragoza es que así sea, dado que el proyecto se ha adaptado a los planteamientos del club como principal usuario de las instalaciones. De hecho, podría ser el único licitador, de la mano de un grupo inversor.

Pero es algo que todavía debe explicitar, dado que hay varias amenazas en el horizonte. Por un lado, el Gobierno de Aragón es contrario a la operación que plantea el equipo municipal de Jorge Azcón. El presidente, el socialista Javier Lambán, reiteró este sábado que no va a judicializar el proyecto, pero la consejería de Vertebración, dirigida por José Luis Soro (CHA), ha dejado abierta la puerta.

Si el estadio acaba en los tribunales por iniciativa de la DGA es probable que espante al club, lo que dañaría no solo la posibilidad de que Zaragoza tuviera un nuevo campo, sino el sueño de la ciudad de volver a ser sede del Mundial de fútbol. Por otro lado, está la incertidumbre electoral, dado que la socialista Lola Ranera no ha aclarado hasta el momento si paralizaría la operación si logra la alcaldía de Zaragoza.

Al margen de la posición del club, está la carrera por el Mundial 2030. El día 19 visitan la ciudad los técnicos de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) que analizarán el grado de definición del proyecto. Para el Consistorio, tener licitada la construcción y explotación de un estadio ex novo, con unos plazos ya definidos, significa haber hecho los deberes.

Si el club anuncia su deseo de presentarse al concurso del nuevo estadio, sería un respaldo determinante a la candidatura mundialista. Otra cuestión, más en clave política que técnica, es si el Real Zaragoza hará público a corto plazo, antes de las elecciones, el diseño en el que está trabajando el arquitecto César Azcárate para La Romareda. Esa es precisamente la imagen que intenta evitar el Gobierno de Aragón y que más interesa al Ayuntamiento, dado que convertiría en tangible el proyecto de campo de fútbol.

A partir de ese momento, en junio se abrirá la carrera por el Mundial 2030. La FIFA informará de los requisitos definitivos que deben cumplir las ciudades que aspiran a acoger partidos en esta cita internacional, que serán muy similares a los del anterior campeonato de 2026. Durante el verano la Federación analizará los proyectos de las candidaturas y en septiembre se resolverá la incógnita de las 11 sedes que habrá en España. Hasta 2024 no se sabrá cuál es el país en el que se celebra el Mundial.

Zaragoza, en la reunión en la Federación Española de Fútbol de las candidatas a albergar el Mundial 2030: Raúl Sanllehí, Óscar Fle, Víctor Serrano y Miguel Ángel Marín
Zaragoza, en la reunión en la Federación Española de Fútbol de las candidatas a albergar el Mundial 2030: Raúl Sanllehí, Óscar Fle, Víctor Serrano y Miguel Ángel Marín (representante de la DGA)
Enrique Cidoncha

Es precisamente en septiembre cuando la ciudad estará en disposición de adjudicar las obras. El plazo de presentación de ofertas concluye el 15 de ese mes y, según las previsiones del Ayuntamiento, un par de semanas después, en octubre, el proyecto podría estar adjudicado. Los pliegos de condiciones establecen un plazo de cuatro meses para presentar el proyecto básico y el de demoliciones (se derriban el edificio del Cubo y el de la antigua Gerencia de Urbanismo), que supone un coste de más de 5 millones de euros.

Quemada esta etapa, se dan seis meses más para finalizar el proyecto de ejecución, por lo que en el verano de 2024, acabada la temporada, podrían empezar las obras. Eso sí, en el Ayuntamiento creen que podría anticiparse unos meses las demoliciones previstas.

La adjudicación del contrato permitirá conocer el plan de obras de la adjudicataria, otro de los elementos clave de la operación. El Real Zaragoza deberá jugar en todo momento. Se ha previsto que el campo se construya por fases y durante un periodo de al menos cuatro años. A finales de 2028 o en 2029, un año antes del Mundial, las obras estarían finalizadas, tal y como exige la FIFA. El camino hasta entonces es hoy  todo un desafío.

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